El capitán James fue el mejor de Colombia en la derrota contra Brasil en la Eliminatoria. Dio una asistencia y colaboró en recuperación.
Mereció más en el Mané Garrincha. Porque físicamente estuvo impecable y le dio criterio con la pelota a la Selección. Primero en solitario, después con respaldo de los demás mediocampistas. Rodeado por Jefferson Lerma, Richard Ríos y sobre todo por Jhon Arias, lideró en los momentos difíciles del partido.
Su aporte fue valioso en la asistencia a Luis Díaz en el 1-1 parcial. Apoyado por Lerma simplificó una jugada en el área a pura técnica. Tocó a la derecha y dejó al extremo con su perfil ideal en su remate.
Colaboró con Jhon Córdoba en la presión a la mala salida de Brasil. Recuperó como en León de México. Tuvo siete en los 89 minutos que jugó. Su sacrificio fue desperdiciado por otra siesta en tiempo de adición. También fue peligroso con los cobros de pelota quieta.
Néstor Lorenzo indicó que pese al cansancio le pidió quedarse un tiempo más en el campo. Lo reemplazó Kevin Castaño en la adición.
“Lo del cambio teníamos que refrescar, James me dijo que podía seguir, Lucho igual. Teníamos que tapar un poco las bandas con un jugador que ayudara como volante también, Carrascal lo hace bien por derecha e izquierda”, explicó el DT.
Su rendimiento estuvo a la altura del rival. Batalló, repartió fútbol y rozó un resultado importante que aliviaba en la tabla.