Se conocen de memoria. No sólo por lo que hicieron en la Selección sino porque coincidieron a nivel clubes en dos oportunidades: jugaron junto en el Porto, en una de las mejores etapas del club portugués, y luego se cruzaron en el Monaco.
Tuvieron, en algún punto, un recorrido parecido en sus carreras: triunfaron siendo jóvenes en el fútbol argentino, James fue campeón con Banfield, Falcao con River, y a partir de allí construyeron sólidas carreras.
La Selección se nutrió y se nutre de ellos. James ofrece la excelente pegada, el buen manejo de balón, es el enlace perfecto entre el mediocampo y la ofensiva.
El Tigre es el arma letal dentro del área, el goleador temible que siempre responde cuando se lo necesita.
Los dos fueron piezas fundamentales para que el conjunto de José Néstor Pekerman llegara a Brasil 2014. Y esperan repetir en esta clasificatoria hacia Rusia.
James tiene 57 encuentros con el equipo nacional, donde marcó 20 goles y dio 17 asistencias. Falcao es el máximo anotador histórico de Colombia: en 68 partidos suma 27 tantos.
Sin dudas se complementan a la perfección, pero también se destacan cuando el otro está ausente. Falcao se perdió el Mundial de Brasil por una dura lesión, y James se puso el equipo al hombro: fue el goleador de ese certamen, con cinco tantos.
La pasada temporada los mostró, a nivel clubes, en momento diferentes. Falcao, como máximo goleador del Mónaco, con quien se consagró campeón en la Ligue 1. James, alternando buenas y malas en el Madrid, donde pese a que fue suplente en muchos partidos, también se coronó campeón.
Hoy, en el arranque de esta nueva temporada, James busca su lugar en el Bayern Munich, donde acaba de ser destituido Carlo Ancelotti, el DT con el que mejor rindió. Falcao sigue marcando goles en Monaco, donde es gran figura.
Lo cierto es que los dos están metidos de lleno en la Selección. Saben que juntos, se potencian. Y que si dan lo mejor de sí, Colombia estará más cerca de Rusia 2018.