Al cabo de 51 partidos se acabó la racha del Bayer Leverkusen que fue aplastado por un Atalanta que humanizó a Xabi Alonso como pocos habrían apostado.
Al cabo de 51 partidos se acabó la racha del Bayer Leverkusen. Campeón de la Bundesliga con una superioridad y hasta brillantez tan indiscutibles como extraordinarias, el próximo sábado cerrará la temporada con la disputa de la final de la DFB-Pokal ante el Kaiserslautern, pero ya no lo hará buscando un triplete único y con la condición de invicto durante todo el curso porque habrá regresado de Dublín derrotado.
Más aún, aplastado por un Atalanta que humanizó a Xabi Alonso como pocos habrían apostado en las horas previas a la final de la Europa League. Tan favorito parecía el Bayer Leverkusen antes de comenzar el partido, que al llegarse al descanso con una desventaja de 2-0 aún se hacían cábalas para adivinar cuándo llegaría la reacción y remontada del campeón alemán.
Si había sido capaz de eliminar al Qarabarg en los octavos de final o evitar la prórroga ante la Roma en semifinales, manteniendo su invicto en tiempo añadido. Si en la Bundesliga salvó derrotas seguras ante Stuttgart o Borussia Dortmund, era imposible no sospechar que el Atalanta de Gian Piero Gasperini, quizá agotado por el esfuerzo físico descomunal del primer tiempo, acabaría cediendo a la lógica aplastante del equipo de la aspirina.
Pero si el veterano técnico italiano le dio una lección a Xabi Alonso en la primera mitad, lo repitió en la segunda con un cambio de registro que pareciendo dar confianza, terreno y dominio al Bayer lo que en realidad hizo fue cederle una posesión que apenas nunca convirtió en ocasiones.
Derrotado hace una semana por la Juventus en la final de la Coppa, el Atalanta trabajó la final ante el Bayer con una laboriosidad digna de elogio y convirtió al nigeriano (de origen inglés) Ademola Lookman en el héroe inesperado. Dejó señalado a Exequiel Palacios para anotar el 1-0 y se inventó un soberbio disparo ajustado para lograr el 2-0 antes de la media hora.Y cuando el tiempo se le escapaba de las manos al Bayer, a falta de un cuarto de hora para el final, anotó un monumental 3-0 que convirtió la victoria en goleada, en fiesta, en historia.
Al cabo de 19 meses desde su llegada al banquillo del Bayer Leverkusen y seis semanas después de liderar la conquista de la primera Bundesliga de la historia del club, Xabi Alonso sufrió su derrota más dura como entrenador.