Dieciséis tarjetas amarillas y cuatro rojas mostró el árbitro ruso Valentin Ivanov en el partido de octavos de final de la Copa del Mundo de Alemania 2006 entre Portugal y Holanda, la cosecha más abundante de amonestaciones en la historia de los Mundiales que iguala el récord establecido por el español Antonio Jesús López Nieto en 2002.
La "batalla de Nuremberg" entre Portugal y Holanda registró la cifra más alta de expulsados en un solo partido de un Mundial, con cuatro, todos ellos a consecuencia de una segunda amonestación.
El holandés Mark Van Bommel inauguró la cuenta de amonestados ya en el segundo minuto y le siguieron Khalid Boulahrouz (7 y 63, expulsado), Maniche (20), Costinha (31 y 46, expulsado), Petit (50), Giovanni Van Bronckhorst (59 y 95, expulsado), Luis Figo (60), Deco (73 y 78, expulsado), Wesley Sneijder (73), Rafael Van der Vaart (74), Ricardo (76), Nuno Valente (76).
El partido terminó con victoria por 1-0 de Portugal, que acabó con nueve hombres sobre el campo frente a un equipo holandés con la misma cifra.
En el anterior Mundial (Corea-Japón 2002) el árbitro español Antonio Jesús López Nieto estableció un récord, con dieciséis amarillas, en el partido Camerún-Alemania en Shizuoka (Japón), que concluyó con dos expulsados por doble amonestación.
El número de amonestaciones que hizo López Nieto, el único árbitro español presente en aquél Mundial, superó a las 12 del partido entre las selecciones de Senegal y Uruguay disputado unas horas antes en Suwon (Corea).
Hasta entonces el mayor número de tarjetas amarillas mostradas en un Mundial estaba fijado en 10, correspondientes al partido de octavos de final México-Bulgaria en Estados Unidos 1994, que precedió a las 9 que hubo en la semifinal jugada por Bulgaria e Italia en ese mismo campeonato.