PARÍS - La oposición francesa criticó hoy al presidente del país, Emmanuel Macron, por "acaparar" la celebración del Mundial, lo que hizo que los aficionados apenas tuvieran tiempo de ver a los campeones del mundo.
El retraso acumulado en el vuelo que les traía de Rusia y las prisas del presidente por comenzar la fiesta que les había preparado en el Elíseo provocó que la caravana del autobús descapotable pasara a toda velocidad por los Campos Elíseos, donde durante horas les esperaban cientos de miles de aficionados.
"Eso generó mucha frustración porque el presidente quiso apropiarse de manera exclusiva e irracional de una alegría que pertenece al pueblo de Francia", aseguró ante la prensa el portavoz del Partido Comunista de Francia, Sébastien Jumel.
Agregó que Macron, que había preparado una recepción con 3.000 invitados, "parecía tener prisa" por reunirse con los "bleus" lo que provocó que los aficionados, que habían esperado "entre cuatro y cinco horas", apenas pudieran ver a los campeones "unos segundos".
Aunque inicialmente el recorrido por los Campos Elíseos debía durar una hora, el autobús lo recorrió en poco más de diez minutos, rodeado de impresionantes medidas de seguridad que impidieron a los aficionados que abarrotaban la avenida acercarse al vehículo.
Un contraste con las imágenes de hace 20 años, cuando el equipo encabezado por Zinedine Zidane recorrió esa misma arteria de la capital rodeado literalmente de una masa de aficionados que pudieron estar durante horas en contacto con los futbolistas.
Jumel no dudó en acusar a Macron de este cambio y afirmó que se toma por "el capitán del equipo".
En el mismo sentido se pronunció el excandidato presidencial y diputado centrista Jean Lassalle, quien aseguró que "Macron quiso acaparar al equipo en el Elíseo y el resultado fue un pueblo entero decepcionado diez horas después de haber bailado todos juntos".
No fue el único momento en el que los aficionados se vieron decepcionados.
Miles de ellos acabaron la jornada frente al hotel Crillon, donde se esperaba que los jugadores hicieran una fiesta nocturna, que no tuvo lugar.
Muchos otros se mostraron frustrados porque la marca de ropa deportiva que viste a la selección francesa anunció que hasta agosto no tendrá camisetas de los "bleus" con la segunda estrella recién conquistada.