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El 'kit de sexo' que molestó a Scolari antes de ganar el Mundial del 2002

Veinticuatro de mayo de 2002, Kuala Lumpur, Malasia. Ambiente tranquilo en el vestíbulo del hotel "El Palacio de los Caballos Dorados", que fue la sede al equipo brasileño antes de los duelos amistosos ante el combinado local. Sorpresivamente, Luiz Felipe Scolari aparece furioso y se dirige a los periodistas.

"No distribuyo revistas pornográficas. Deseas perturbar el ambiente, pero no tendrás éxito. Si quiero, terminaré su cobertura. ¿Quiere ver, quiere apostar? En un minuto puedo hacerlo", dijo Felipão, en un momento explosivo capturado en la edición del día siguiente de "Jornal do Povo".

Pero, ¿de dónde vino la furiosa queja de Scolari contra la prensa que seguía los pasos de Brasil?

Minutos antes, el técnico se enteró de una nota publicada por el periódico que indicaba que los jugadores de la selección recibirían el llamado "kit sexual", con revistas de contenido para adultos como una forma de "reflexión" durante el largo período de confinamiento rumbo la Copa del Mundo: pasarían 53 días juntos, desde el comienzo de la preparación hasta el regreso a territorio carioca.

El material no se entregó a todos los jugadores. Uno de los excluidos fue Kaká, un centrocampista de São Paulo, quien entonces tenía 20 años, evangélico y el más joven de ese equipo que, poco después de un mes, ganaría el campeonato mundial.

Felipão se volvió "loco" cuando leyó la nota del periódico y actuó impulsivamente, bajando de la habitación para interrogar a los periodistas. Claramente enojado, el entrenador discutió con Rodrigo Paiva, encargado de prensa de la Selección de Brasil. La historia se cuenta en el libro autobiográfico del técnico, escrita por Ruy Carlos Ostermann en colaboración con Scolari.

"¡No puedes ocultarme nada!", Dijo Felipão a Paiva.

"Mira, Felipe, mientras casi golpeas al periodista, estaba haciendo lo que debía hacerse, preparando una negación oficial. ¿Cuándo entenderás que no eres tú quien tiene que ir a pelear con la prensa? Ese papel es mío", Paiva respondió.

Con un espíritu más tranquilo, Felipão tuvo una nueva conversación con los periodistas durante la próxima conferencia de prensa. Pidió a todos que apagaran las cámaras y grabadoras, bajó el tono y garantizó que el "kit sexual" era una mentira. También explicó que este tipo de información denigra su imagen y la de los futbolistas por lo que la historia le molestó mucho.

En un comunicado oficial, negó que se distribuyeran revistas para adultos a los jugadores. Antes o después del caso, no se sabe, Felipão y el grupo de jugadores llegaron a un acuerdo: inicialmente opuesto a la idea, el entrenador permitió a los jugadores tener relaciones sexuales después de los partidos, pero siempre "con moderación". El tema generó bromas.

"Si Felipão no lo permite, tendré que comprar una muñeca inflable", dijo el delantero Edilson en ese momento, en una nota publicada por la revista "IstoÉ".

Todo el mundo sabe el final de la historia: con o sin el "kit sexual", el equipo brasileño regresó del largo confinamiento con la Copa del Mundo, al ganar los siete partidos del certamen y concluir con éxito la primera etapa de Felipão al frente de Brasil .