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Gustavo Poyet dijo que dirigir a Uruguay "es una meta" y que le quedó el reto de ser DT de Peñarol

Gustavo Poyet, entrenador de Universidad Católica, habló en “Locos por el fútbol” de DelSol FM sobre su actualidad en el equipo Cruzado, donde debutó con victoria en la Supercopa de Chile ante Colo Colo y también se refirió a la frustrada chance de asumir en Peñarol y en la "meta" que significa dirigir alguna vez a la Selección Uruguaya.

Es un club muy ordenado, es todo muy prolijo. La forma en que trabaja este equipo es muy cómoda, todo se hace con sentido común”, señaló. Dijo que tienen un muy buen plantel para el medio chileno, y que espera tener un poco de mejor suerte en el sorteo de la próxima CONMEBOL Libertadores que el que tuvieron en las últimas dos ediciones, donde a su equipo le tocaron dos rivales brasileños en el grupo. También, reconoció que tiene “presión de la buena, la de ganar, que es la más linda” por conseguir el tetracampeonato, inédito hasta ahora en el fútbol de Chile.

Antes de firmar con Universidad Católica, Poyet sonó muy fuerte como uno de los candidatos a asumir como DT de Peñarol. Sobre esa etapa, dijo que ha aprendido que para aceptar o no una propuesta laboral debe poner todos los elementos arriba de la mesa, y en su caso, parte de su staff no podía acompañarlo.

Iba a ir solo, quería ir en las mejores condiciones y no ir por ir”, apuntó. En ese momento, Uruguay tenía sus fronteras cerradas por la pandemia y Poyet dijo que su personal hubiera llegado con el campeonato ya empezado por la necesidad de hacer cuarentena al arribar al país. “No llegaban ni al inicio del torneo, era penoso. Me quedé con ganas. Sé que causa enojo en alguna gente que haya dicho que no ahí y aceptado acá, pero espero que me entiendan”, comentó.

El entrenador reafirmó que no fue un tema de que no tuviera intenciones de llegar a Peñarol, y dijo que era un desafío que se había impuesto. “Cuando a uno lo llaman de algún lado y hay un acercamiento, y te dicen si estarías interesado en ir a tal lado, muchas veces decís que no y se termina ahí y nadie se entera de nada. O también pasa que yo quiero ir y me dicen ‘no, no te tenemos’. En este caso yo quería ir, no tengas dudas. Es un desafío personal. Cuando fui a vivir a Uruguay en 2004 o 2005, ante cualquier cosa que quería hacer me decían ‘no, eso acá no se puede, vos venís de Europa, no entendés’. Y en ese momento dije, no se podrá. Cuando pasás los 50 años y te empezás a poner viejo caprichoso, decís ¿por qué no? ¿Por qué no funciona? Y de caprichoso dije quiero ir a intentarlo, pero no pude, me quedé con las ganas”, indicó Poyet.

De todas maneras, afirmó que tiene contrato hasta fin de año en Universidad Católica y que no hay posibilidades de que llegue a Peñarol por ahora, por el compromiso que tiene con el club Cruzado.

LA GLORIA CELESTE
Poyet repasó su etapa como jugador de la Selección Uruguaya, donde fue campeón de la Copa América en 1995. Reconoció que le hubiera gustado ser parte de una Selección como la actual, en referencia al nivel organizativo que existe y contó los dos pedidos que realizó cuando vestía la Celeste.

En 1993, después de que echaron a Luis Cubilla, le pedí a un directivo de la AUF: ‘¿pueden arreglar la cancha del estadio, por favor?’. Y me respondió: ‘¿está tan mal?’, así que le dije ‘sos un desastre’. Y la otra vez fue que les pedí a los directivos que se reunieran en una habitación, pasaran tres días, eligieran un DT y lo dejaran cuatro años. Que asumieran un poquito la responsabilidad. Llegamos a jugar Eliminatorias con tres entrenadores. Lo logró el Maestro Tabárez de 2008 a esta parte. Lo peor es que en una Selección casi no podés entrenar y si no tenés continuidad, es imposible que te puedas adaptar”, expresó.

Además, Poyet dijo que ser el entrenador de la Selección Uruguaya “es una meta”. Explicó que cuando un futbolista empieza a jugar, quiere hacerlo en el mejor equipo que pueda y en la Selección de su país. “No hay nada mejor que jugar en tu Selección. Tuve suerte de ganar títulos en Europa, los celebré y me emocioné, pero la Copa América del 95... olvídate, fue una cosa de locos”, comentó.