Aguirre contemplaba observar a Fidalgo y Campillo para los ensayos de noviembre ante Uruguay y Paraguay
LOS ÁNGELES -- Un fin de semana desventurado en el futbol mexicano. Dos muertes que inevitablemente se vinculan al balompié, pero que son un obituario actualizado del caos civil, emocional y de valores que corroe a la sociedad mexicana. Lamentable, además, la deshumanizada reacción de Cruz Azul, UNAM y principalmente de la podredumbre espiritual de la Liga MX, sobre el asesinato en la periferia del Estadio Olímpico Universitario.
Pero, quede claro, cualquier muerte que ocurra dentro, o en el perímetro de un estadio de futbol en México, está destinada a ser clasificada como “un accidente” y/o un “caso aislado”, a partir de la tolerancia cómplice de la FMF tras la siniestra y ensangrentada devastación aquel 5 de marzo de 2022, cuando Yon de Luisa y Mikel Arriola ungieron la impunidad y la inmunidad. Los vivos enterraron a sus muertos y ambos directivos, Yon y Arriola embalsamaron a los vivillos.
Y en cancha también hubo lamentos, guardando la proporción entre el luto y el accidente. Alexis Vega, Diego Campillo, Álvaro Fidalgo y el hondureño Choco Lozano impactaron con su desgracia hasta selecciones nacionales.
Javier Aguirre, nuevamente, se plantará como un daltónico ante un Cubo de Rubik. Para los ensayos de noviembre de México ante Uruguay y Paraguay, contemplaba observar a Fidalgo, a Campillo, y por supuesto, tratar de extirpar el Síndrome del Jamaicón a Alexis Vega (“es un demonio jugando en Toluca, pero no cuando sale de ahí”, dijo). Y además, deberá saber negociar con AC Milan sobre las condiciones de Santiago Gimenez y su tobillo sentido y resentido.
Seguramente ni Toluca ni América aceptarán ceder a sus jugadores. Ambos deben llegar en su mejor forma a la Liguilla, porque El Turco Mohamed quiere un Bicampeonato, y André Jardine ya probó la picanha de la gloria tres veces y quiere otro trozo.
En el caso de Campillo, su fractura en el quinto metatarsiano lo margina de los planes inmediatos de Chivas y de cualquier posible observación a futuro con el Tri de cara a la Copa del Mundo. Su rendimiento ha sido clave a partir de entender el cómo y el dónde debe jugar en la cancha. Su respaldo para el oficio y el rendimiento de Luis Romo es determinante. Sin Campillo no hay Romo, y ya se verá ante Pachuca este fin de semana. Ni Micky Tapias, ni Tiba Sepúlveda ni Daniel Aguirre pueden hacer esa específica chamba.
En tanto, Álvaro Fidalgo ha sido inocente, bobalicona y sorprendentemente franco. “No hay lesión. Tengo una rótula bipartita. Si me pegan, me duele y a veces no puedo seguir jugando”, explicó el español, un futbolista temerario y nada temeroso. Ojalá que no se le aparezca un Sergio Ramos –diría Mohamed Salah– en la Liguilla, o un imitador (El KnorrSuiza Briseño), porque intentarán saber si eso que dijo el asturiano es cierto. Pasará la pelota, pero la rótula bipartita, jamás.
Alexis Vega no jugará contra Atlas ni América por una lesión muscular. Y obviamente no reportará con el Tri, porque Javier Aguirre será empático y porque Mohamed no lo permitiría. Alexis deberá extrañar el confrontar a dos de sus clientes: Zorros y Águilas, pero recuérdese que el mismo Turco aceptó que quiere conseguir un Tricampeonato, y que por ello renovó por dos años, e incluso en junio próximo –reveló–, harán una revisión contractual.
Sin duda, el Vasco verá también afectada otra parte de su planeación para 2026, año mundialista. El técnico del Tri ha solicitado partidos amistosos en El Salvador, Honduras y Guatemala, en enero del próximo año. Ojo, Aguirre deberá esperar a que esta petición la apruebe la #YuntaDeDueños (dixit Sven-Goran Eriksson, QEPD).
Sin embargo, en enero, para una convocatoria que se empalmará con el cierre de la fase de pretemporada de los clubes, con jugadores lejos de su plenitud, más expuestos a una lesión, será poco probable que los dueños aprueben estos citatorios.
Recuérdese que Aguirre quiere estos partidos para calibrarles el termómetro de la testosterona, la adrenalina, la devoción y la fuerza y rudeza de carácter de los jugadores que aspiren a jugar la Copa del Mundo. El que encoja la patita en los terrenos inhóspitos de Centroamérica se quedará fuera.
Acompaña a Javier Alarcón, Ricardo Peláez, Jorge Pietrasanta, Roberto Gómez Junto y Mauricio Ymay en el debate de la mesa de Futbol Picante sobre el 9 de la Selección Mexicana.
¿Hay congruencia? Desde la perspectiva del Vasco, totalmente, porque vería a quiénes se le arrugan las entrañas y quiénes sí asumen responsabilidades. Pero, para dueños y entrenadores, exponer a jugadores a un castigo innecesario y atentatorio para sus intereses, simplemente para que el Vasco les mida el agua a los camotes con los seleccionables de la Liga Mx.
Así, mientras el futbol mexicano sigue permitiendo que se perpetre la violencia, en terrenos banales, Javier Aguirre, consciente de que la caballada no sólo esta flaca, sino anémica espiritualmente, sus planes inmediatos se verán trastocados drásticamente. Y sí, Vasco, a los daltónicos se les complica el desafío del Cubo de Rubik.