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Shakhtar Stalevi: El equipo en Ucrania que está 'hecho de acero'

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Shakhtar Stalevi, hechos de hierro, una nueva oportunidad

A tres tres años del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, más de 50 mil ucranianos han perdido una extremidad. A modo de ayuda, uno de los clubes de fútbol históricos del país ha formado un equipo de amputados.

ESTAMOS A FINALES DE OCTUBRE, y al atardecer de principios de otoño se disputan tres partidos de fútbol en una parcela de césped artificial de Coram's Fields, al norte de Londres. En dos de las tres canchas, la gente juega fútbol social -aunque super competitivo- después del trabajo. En la otra se juega un torneo de cuatro equipos entre Escocia, Brighton, Arsenal y Shakhtar Stalevi.

Sus gritos resultan familiares, de una competitividad inquebrantable. Son amputados: víctimas de minas terrestres, de la guerra, del cáncer o de accidentes de tráfico. El tintineo de las muletas al chocar en el aire y el ruido sordo cuando golpean el suelo resuenan en este pequeño rincón de Londres.

La cantidad de ucranianos que han perdido miembros desde que el presidente ruso Vladimir Putin anunció la invasión a gran escala el 24 de febrero de 2022 varía según a quién se le pregunte. La cifra real se mantiene en secreto, pero es probable que oscile entre los 50,000, atribuidos al Ministerio de Sanidad ucraniano en noviembre de 2024, y los 100,000, que el presidente de la Asociación Ucraniana de Fútbol, Andriy Shevchenko, citó en enero de 2025 al explicar por qué el fútbol para amputados es una prioridad. "El fútbol tiene un poder único para ayudar en la rehabilitación y la recuperación", afirmó Shevchenko.

Shakhtar Stalevi tiene 13 jugadores de estas características. Antes de la guerra, un par ya eran soldados, como el primer capitán de Stalevi, Ivan. El resto eran civiles que se alistaron para luchar, salvo un jugador que tenía 12 años cuando empezó la guerra.

Tres de ellos cuentan sus experiencias en Londres. Andrii H, de 34 años, era maquinista jefe en una planta de producción de cartón corrugado. Tiene mujer y dos hijos. "Fui herido el 16 de octubre de 2022, durante la liberación de la provincia de Kherson, concretamente cerca del pueblo de Veremiivka. Pisé una mina terrestre; mi pie explotó [y] mi talón parecía una rosa".

Andrii K, padre de tres hijos, trabajaba en la construcción. "El 10 de mayo de 2023 estaba apostado cerca de Soledar. Había bombardeos de artillería, así que nos escondimos bajo una persiana en una trinchera. La artillería nos alcanzó. Éramos cinco dentro. Dos de mis compañeros de armas murieron en el acto, otro murió en cuidados intensivos, y yo perdí un brazo y me lastimé una pierna".

La casa de Tymofii, un estudiante de 14 años, fue alcanzada por un misil ruso en marzo de 2022. Sufrió numerosas heridas de metralla en la cabeza, el cuerpo y las extremidades, y perdió dedos de la mano derecha.

Cuando el club más grande de Ucrania, Shakhtar Donetsk, escuchó historias como las de Andrii H, Andrii K y Tymofii, formó su propio equipo de fútbol para amputados. El objetivo: utilizar el fútbol para ayudar a soldados y civiles heridos con sus traumas y colaborar en su rehabilitación. Proceden de todos los rincones de Ucrania, de diferentes orígenes y condiciones sociales, pero comparten la experiencia común de haber sufrido lesiones que les cambiaron la vida durante el conflicto.

Todos ellos han encontrado una nueva hermandad en Stalevi. "Incluso después de las lesiones, incluso después de los fracasos, no nos damos por vencidos", afirma Andrii K.

Luego de tres horas de torneo, el equipo se relaja en un pub local, donde las televisiones muestran las últimas noticias de la guerra entre Ucrania y Rusia. Ese mismo día conocieron a Valerii Zaluzhnyi, comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas hasta febrero de 2024, cuando fue nombrado embajador de Ucrania en el Reino Unido. Tymofii les enseña a unos turistas franceses sentados en una mesa cercana el bolígrafo que le firmó Zaluzhnyi. Quieren invitar a los jugadores a una copa, diciendo que son héroes, pero el trío del Shakhtar declina cortésmente la invitación, alegando que sólo cumplían con su deber.

En cambio, quieren hablar de fútbol. Los jugadores de Stalevi van a reunirse al día siguiente con la estrella ucraniana Oleksandr Zinchenko tras el partido de Champions League entre Arsenal y Shakhtar. La conversación vuelve a Stalevi y a un torneo que tienen en enero de 2025, llamado la Liga de los Poderosos. Están desesperados por mejorar e impresionar. Pero en todo momento hacen referencia a lo que este equipo significa para ellos.

Como dijo Andrii H: "Shakhtar me está devolviendo la vida".


LOS JUGADORES DE STALEVE SE REÚNEN Y ENTRENAN tres veces por semana en Kyiv. Acuden a los entrenamientos directamente desde el centro de rehabilitación, el hospital, los centros militares o sus nuevos empleos. Los entrenamientos son competitivos, rápidos y sin concesiones, y todos los jugadores se esfuerzan al máximo.

"Sabemos que el número [de heridos y amputados] es enorme, y sabemos que el fútbol es una herramienta de socialización y rehabilitación", afirma Inna Khmyzova, directora de la fundación social de Shakhtar. "La idea era darles a nuestros soldados la oportunidad de encontrar algo de esperanza, algún objetivo en la vida, y hacer algo bueno por ellos, porque ellos nos protegieron y ahora tenemos que ayudarlos".

Shakhtar Donetsk es 15 veces campeón de la primera división ucraniana. Originalmente tenía su sede en la región de Donbás, en el este, pero desde que los separatistas rusos invadieron esa parte de Ucrania en 2014, se ha visto obligado a llevar una existencia nómada. En la última década, han jugado en Lviv y Kharkiv; actualmente, sus partidos de liga se disputan en Kyiv y los europeos, al otro lado de la frontera, en Gelsenkirchen (Alemania).

El equipo se fundó el 5 de febrero de 2024. Shakhtar nombró a Bohdan Bilko, un entrenador de la academia, como el primer entrenador del equipo. Todos los integrantes del equipo tienen sus propias historias sobre cómo encontraron a Stalevi. Después de que Andrii H perdiera una pierna al pisar una mina terrestre en Veremiivka, fue evacuado a Kirovohrad, Vinnytsia y, finalmente, a Kyiv. "Mi última reamputación fue en enero de 2024", dice Andrii. "Pasé por siete operaciones en total". Mientras se recuperaba de esa última cirugía, recibió la visita en el hospital del ex arquero de Shakhtar Andriy Pyatov. Como parte de sus labores de embajador del club, Pyatov recorría hospitales y centros de rehabilitación en busca de posibles jugadores para el equipo. En un hospital de Kyiv conoció a Andrii H.

Les dieron a los jugadores fundadores del equipo algunas sugerencias sobre cómo podría llamarse el conjunto. "No queríamos enfatizar todo el tiempo que se trataba de fútbol para amputados, que era para gente que se había lastimado", dice Khmyzova. El grupo optó por llamarse "Shakhtar Stalevi", que se traduce más o menos como "Hecho de acero". "Éste es un equipo de hombres ucranianos fuertes e inquebrantables... recién empezamos", afirma Andrii H.

A Andrii le apasiona el fútbol y le encantaba ver al exdelantero ucraniano Andriy Shevchenko. "Después de la lesión, Shakhtar me está devolviendo la vida física, cambiando la dirección de mi desarrollo", dice Andrii. "Seguimos desarrollándonos, pero ahora como futbolistas. Ha sido un cambio muy grande en términos de actividad".

Andrii repasa su último año en su nuevo trabajo como conductor de reparto por Kyiv. "Quería volver [al frente]", dice. "Pero mi mujer está totalmente en contra. No quiere que vuelva bajo ningún concepto. Mucha gente piensa así". Esta tarde debe transportar alfombras pesadas, pero le duele la pierna derecha de tanta presión ejercida por el fútbol. Las reglas del fútbol para amputados establecen que los jugadores de campo deben quitarse las prótesis cuando juegan, e impulsarse con muletas. Los arqueros se meten el brazo lesionado dentro de la camiseta. Cuando Andrii se detiene en varios puntos de entrega, sube y baja del camión con suma facilidad. Stalevi lo mantiene activo.

"Shakhtar Stalevi FC es como otra familia para mí. Tengo mi familia civil, mi familia militar, y ahora también mi familia futbolística. Ahora tengo dos razones para vivir: mi familia y el fútbol".

Uno de los mejores amigos de Andrii en Stalevi es Valentyn, de 23 años. "[Antes de la guerra] me levantaba como un estudiante normal, me lavaba la cara, iba a la universidad, iba a clase. Quería que pasaran más rápido para poder ir a los entrenamientos de fútbol, a las discotecas, a pasear o a relajarme. Era joven. Me encantaba la vida".

La noche del 23 de febrero de 2022 jugó al fútbol con sus amigos; se había despertado con el anuncio de Putin de la invasión rusa a gran escala de Ucrania. Un día después se alistó.

El 23 de junio de 2023, fue enviado a ayudar en la contraofensiva contra Klishchiivka, un pueblo del este de Ucrania ocupado por Rusia. La siguiente vez que despertó, estaba en el hospital, con una herida de bala en la pierna derecha por encima de la rodilla. "La bala había rebotado con mucha fuerza y había roto las arterias. No llegaba sangre a la extremidad inferior. Me dijeron que habían probado con una prótesis arterial para restablecer el flujo sanguíneo. No lo consiguieron, así que, desesperados, simplemente cortaron la pierna. Eso es todo".

Recuerda que, tras la lesión, solía estar tumbado en la cama del hospital preguntándose si volvería a jugar al fútbol. Entonces encontró a Stalevi. "Al principio, el fútbol fue para mí una especie de rehabilitación, incluso psicológica", dice Valentyn. "[Antes de Stalevi] tenía dos horas de clases con especialistas en rehabilitación y todo el día libre. Y te pasas todo el día libre tumbado en la cama entre cuatro paredes blancas, mirando a un techo blanco. Y ahora está Shakhtar, un sitio al que puedo ir a relajarme, y también a jugar al fútbol. Es genial".

Bohdan es el entrenador del equipo. Antes trabajaba con niños, y pasó cuatro años dirigiendo en la academia de fútbol de Shakhtar Donetsk. Cuando le ofrecieron la oportunidad de dirigir a Stalevi, tenía un conocimiento limitado del fútbol de amputados.

"Tuve que preguntarme: ¿en qué puedo serles útil? ¿Cómo puedo ayudarlos? ¿Sería capaz de enseñarles? Y una vez que me di cuenta de que podía y que sería capaz de hacerlo, acepté inmediatamente el puesto", dice Bohdan. "Es una experiencia nueva para mí, igual que para ellos. Aprendemos todos juntos".

En su primer entrenamiento sólo contaban con un puñado de jugadores, pero él tenía que formar un plantel. Para arqueros como Andrii K y Tymofii, vio un primer obstáculo. "Por lo que he observado, los arqueros tienen una especie de barrera psicológica que les impide caerse, porque [caer sobre el muñón] duele muchísimo", dice Bohdan. "Éste es el objetivo nro. 1 para los arqueros: superar este miedo y poner en práctica la técnica: saltar, caer, reagruparse".

Algunos jugadores de Shakhtar y de Ucrania donaron uniformes de recambio. Andrii K recibió un par de guantes del arquero de Benfica y de Ucrania, Anatoliy Trubin. "Yo sólo necesitaba el derecho, el otro arquero recibió el izquierdo", dice Andrii K.

A medida que los jugadores se iban uniendo, Bohdan podía ver su proceso de sanación. "Sus emociones se volvieron más vívidas, se abrieron más", afirma. El primer capitán de Stalevi es Ivan, un joven de 28 años de Poltova. Habla en voz baja, pero de manera deliberada, con suave autoridad. El brazalete se lo entregó Taras Stepanenko, capitán del primer equipo de Shakhtar. "Lo más importante es no deshonrar nunca este brazalete, como no debes deshonrar nunca a tu unidad [militar], el emblema de tu club o el brazalete de capitán", afirma Ivan.

Los jugadores no se atuvieron a rangos militares cuando se unieron al equipo: se unieron como iguales. "Todos y cada uno de ellos son realmente líderes", señala Bohdan. "Eso es algo que entiendo y siento".


DESPUÉS DE CADA ENTRENAMIENTO, el equipo va a tomar un té o un café a una cafetería de Kyiv cercana al lugar donde entrenan. Hablan del equipo, de sus familias, del nivel de Shakhtar en la Champions League y de los jugadores que el equipo debería fichar. Lo que llama la atención es de lo que no hablan.

"Lo importante es que los chicos charlen entre ellos", explica Ivan. "Es uno de los pocos momentos y lugares en los que los soldados no hablan de la guerra, porque cada vez que nos reunimos, acabamos recordando sucesos de la guerra. Aquí podemos hablar durante horas sin que nadie mencione siquiera el servicio militar. Ayuda con el TEPT".

A Ivan, uno de los pocos jugadores que estuvo en el ejército antes de la invasión rusa, le encantan estas pausas. Cuando los separatistas rusos invadieron la región de Donbás, en la frontera oriental de Ucrania, en 2014, Ivan se alistó y sirvió en el cuerpo de señales durante un año. Decidió vivir en otro lugar de Europa de 2015 a 2019, pero la atracción de Ucrania se mantuvo constante. "¿Por qué construir algo en Europa cuando puedo construir algo aquí, en mi propio país?".

El 23 de febrero de 2022, un día después de que se anunciara la invasión a gran escala, se alistó de nuevo. En abril del año siguiente, Ivan fue enviado a la "Zona Gris", una tierra de nadie entre las fuerzas ucranianas y rusas que no está estrictamente controlada por ninguna de las dos fuerzas. "El 2 de septiembre de 2023 estábamos en una misión de rutina: nuestra unidad de fuerzas especiales realizaba tareas de reconocimiento en la Zona Gris". Además del combate, se le encomendó la tarea de encontrar a sus compañeros caídos para poder evacuarlos o recoger sus cadáveres. "Tras completar la tarea, toqué un artefacto explosivo al salir. Mi pierna derecha voló en seguida. Dije por radio: 'Stal-300, está todo bien, soy zurdo'. Así que tal vez me ayude en el fútbol el hecho de seguir teniendo mi pierna fuerte".

"Gracias al heroísmo y a las acciones coordinadas de los chicos, me sacaron rápidamente. Eso no siempre ocurre en la Zona Gris", dice Ivan. "Mi evacuación duró cuatro horas y me salvaron la segunda pierna, tenía un torniquete. Si la evacuación hubiera durado ocho horas en lugar de cuatro, me habrían amputado las dos piernas. Pero, en general, mi lesión no fue la peor. Inmediatamente llamé a mi madre y le dije: 'Mi cabeza está bien, mi columna está intacta, mi estómago está bien'".

El tratamiento de Ivan duró cuatro meses. "La parte más larga de la rehabilitación fue esperar a que la pierna se encogiera. Recién entonces ajustan los encajes de la prótesis".

Encontró a Stalevi por casualidad. Caminaba cerca del centro de rehabilitación de Kyiv y se topó con alguien, Bohdan, quien llevaba el uniforme completo de Shakhtar. Ambos charlaron sobre el proyecto de crear un equipo de fútbol. "Le hablé a nuestro servicio médico de esta iniciativa, y ellos también invitaron a otros chicos. Y así es como aparecieron los primeros jugadores", cuenta Ivan.

"Lo que te mata no es la lesión, no es que te falte una extremidad, sino el ocio, la falta de actividad, esa es la perdición de un militar", dice Iván. "El fútbol es cuestión de confianza, igual que el ejército. Sin confianza y entendimiento, nada funciona.

En Stalevi, Ivan encontró amistad, pero también el amor. Ivan aprovechó Stalevi para recuperar su mejor estado físico, pero también fue fundamental en su recuperación su fisioterapeuta (y ahora jefa médica de Stalevi) Olya. "Podría decirse que ella me enseñó a caminar de nuevo", cuenta. A medida que avanzaba su recuperación, las sesiones se hicieron menos frecuentes, pero ambos mantuvieron el contacto. Ella le ayudó a acostumbrarse a su pierna ortopédica y él le enseñó a conducir.

El pasado mes de agosto, el equipo participó en un entrenamiento conjunto con equipos de amputados de Cherkasy y Lviv. Ivan le propuso matrimonio allí, delante de sus compañeros. "Ayuda a los chicos en todo lo que puede. Enfoca la fisioterapia desde múltiples ángulos. Trata a los chicos con masajes, vendajes, agujas secas y acupuntura. Y encaja perfectamente en el puesto porque se preocupa de verdad. Es voluntaria por naturaleza. Puede que todos estos caminos me llevaran a ella".

"La quiero mucho. Ella es todo para mí". Tienen una hija juntos, y otro niño en camino.

Debido a la complejidad logística, Shakhtar juega amistosos contra los otros cuatro equipos ucranianos de amputados una o dos veces al mes, pero su primer torneo oficial -la Liga de los Poderosos- llegó en enero de 2025. Ivan capitaneó al equipo, pero también sería su última aparición con la camiseta de Shakhtar durante un tiempo. "Quiero que esto progrese y que se una más gente. A la larga, creo que nuestro equipo de militares amputados ganará torneos internacionales. Un equipo de soldados debería ser imbatible. Son gente que lucha hasta el final".

Ivan vuelve al frente. "Se podría comparar con los bomberos que apagan una casa en llamas. No dejan el trabajo sin terminar. Es mi profesión. Si un bombero sufre una quemadura que no le impide trabajar, no abandona", dice Ivan. "Algunos piensan que perder un miembro es el final. No, no es el final. Yo me casé".


ES 11 DE ENERO DE 2025 y las escenas previas al partido en el vestuario de Shakhtar son como cualquier otra. Andrii H recibe un masaje en la zona lumbar. Andrii K agacha la cabeza, preguntándose si lo elegirán para el arco. Ivan está ensimismado. Otros jugadores se sientan encorvados hacia delante, escuchando; algunos ya se han quitado las prótesis de las piernas y se ponen una media de Shakhtar en el extremo de la pierna amputada.

Bohdan está utilizando imanes en una pizarra para explicar algunos planes tácticos. "¿Tienen fuerza interior? ¿Qué es el fútbol comparado con esto?", le dice Bohdan al equipo. "Pero estas cualidades les ayudan a dominar a su adversario. Y hoy, el que mantenga más tiempo la concentración, el que sea más disciplinado y el que le ponga más ganas será el que se imponga. Eso es lo que marca la diferencia".

Estos son el primer y el último partido de Ivan como capitán, frente a MSC Dnipro en el partido inaugural de la Liga de los Poderosos. Previo al inicio del torneo, Shevchenko -el legendario ex delantero de Chelsea y AC Milan- se dirige a los jugadores y seguidores. "Este primer torneo de fútbol para amputados de la UAF demuestra que nada es imposible cuando hay determinación y un equipo que nos apoya", declaró.

Participan cinco equipos. Hay un nuevo equipo mixto llamado FC Kyiv, está el MSC Dnipro de Cherkasy, y dos de Lviv: FC Pokrova AMP y FC Pokrova-2. Y está Stalevi. Shakhtar empata con MSC Dnipro y pierde ante AMP FC Kyiv por 2-0.

De cara a la segunda jornada, tras una pequeña ceremonia en el vestuario, Ivan le cedió la capitanía a Valentyn, de 23 años. "Valik fue uno de los primeros en incorporarse", explica Ivan. "Y está muy involucrado en la vida del equipo en todos sus aspectos, con los chicos y la organización. Por eso es el elegido".

Un par de días después del torneo, Valentyn está en el centro de rehabilitación, donde le están colocando una nueva prótesis. Está tumbado en una camilla, hojeando fotos del torneo, y una máquina le alivia el dolor en la pierna amputada.

Shakhtar terminó el torneo sin triunfos, pero marcó su primer gol. Fue contra Pokrova AMP, cuando Ruslan, de 36 años, recibió la pelota en la línea del mediocampo, se acercó gambeteando al arco de Pokrova AMP y metió un hermoso remate cruzado que se coló por la esquina izquierda. Ruslan cayó al suelo boca abajo, exhausto. Ivan fue el primero en felicitarlo antes de que fuera engullido por sus compañeros. Valentyn e Ivan lo ayudaron a incorporarse.

Valentyn sonríe cuando le preguntan por el honor de ser nombrado capitán después de Ivan, y cómo ha cambiado su perspectiva de la vida. "¿Qué ha cambiado [en mi vida]? Quizá nada haya cambiado radicalmente: la visión del mundo, la visión de la vida en general y el sentido de la vida. Simplemente me volví un poco más consciente de algo que antes no me daba cuenta, por ejemplo. Recuerdo que antes me quejaba constantemente y ahora lo entiendo. Bueno, era un tonto. Todo estaba bien".

Valentyn fue la elección unánime para suceder a Ivan, y a él le corresponde conducirlos a su primera victoria. Si le preguntan qué espera lograr en este rol: "Estar a la altura de las esperanzas de los que me confiaron este brazalete de capitán, de los que querían que fuera capitán".


ES 4 DE FEBRERO DE 2025 y Shakhtar Stalevi celebra su primer cumpleaños. Se reúnen un puñado de jugadores, entre ellos Valentyn, Andrii H y Tymofii. Posan para una foto grupal delante de globos naranjas y negros y un número uno dorado. Durante el último año, hicieron 104 sesiones de entrenamiento y jugaron 12 partidos amistosos. Durante este tiempo se formaron más equipos de amputados en Ucrania, y en abril hay un torneo en Inglaterra en el que Stalevi espera participar. La esperanza es que viajen los cinco equipos ucranianos de la Liga de los Poderosos, mientras que Brighton y Arsenal volverán a estar presentes, junto con West Brom, Irlanda y Escocia. Los jugadores de Stalevi quieren demostrarles a los demás equipos lo mucho que han mejorado desde sus partidos del pasado mes de octubre.

Tymofii sigue estudiando en Kyiv, pero entrena tres veces por semana después de clase. "Es un equipo muy importante para mí", asegura. "Antes de la guerra soñaba con jugar en Shakhtar, y este sueño se hizo realidad durante la guerra".

Andrii H está ansioso por mejorar en el mediocampo de Stalevi, pero hoy su valoración de la vida está en parte definida por la devastación que presenció en el frente. "Hay que valorar las cosas", dice. "Debes valorar lo que tienes hoy. Puede que mañana no llegue nunca. Esa es la dura realidad del presente. Valora a tus seres queridos, a tu familia, a tu entorno, y valora en general lo que tienes, lo que has logrado. No tengas envidia, porque tienes algo cuando algunos directamente no tienen nada".

El capitán del equipo, Valentyn, quiere liderar el conjunto de la misma manera que Ivan, pero también tiene sus propias metas. "Mi objetivo es correr 50 metros sobre el asfalto. Correr y quedarme sin aliento, sin oxígeno", dice Valentyn. "Eso es lo que realmente quiero. Pero entiendo que querer no es suficiente, hay que trabajar en ello".

Stalevi sigue acogiendo a nuevos jugadores. La brutalidad de la guerra hace que cada día haya nuevos amputados. Bohdan ha asistido a las 104 sesiones de entrenamiento y ha sido testigo directo de los beneficios que puede ofrecer este equipo. "Tienen un deseo feroz de jugar", dice Bohdan. "Veo el fuego en sus ojos. Y cuando los veo jugar contra otros equipos, se olvidan de todo.

"Entienden que la vida sigue. He vivido lo que cualquier otro ucraniano: tragedia, tristeza. Pero, dicho esto, en general hay esperanza.

"Entiendo que puedo ser útil para nuestros chicos, para nuestros veteranos. Este proceso [de rehabilitación] es una vía de doble sentido. Creo que el fútbol les ayuda mucho a resolver sus problemas, sus tareas, sus cosas personales. Muchos de ellos solían soñar con jugar en Shakhtar FC. Y ese sueño se hizo realidad, ya que hoy son jugadores de Shakhtar Stalevi FC".

Tras el festejo, el equipo recoge los globos, Tymofii toma el número uno dorado y se dirigen a los bancos, donde se desprenden las prótesis. Pronto empieza el entrenamiento. "Cada uno se recupera a su manera, pero estamos unidos, somos un equipo que se apoya mutuamente", dice Andrii. "Así que creo que todo va a ir bien".