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Kobe Bryant, su gusto por el soccer y su amistad con Ronaldinho y Messi

A pesar de su gusto por el soccer, Bryant descarta convertirse en dueño de algún equipo. Getty Images

Poco después que Kobe Bryant, entonces de seis años de edad, se mudara a Italia con su familia, fue a un parque local buscando un juego de basquetbol. Le resultó sencillo encontrar la cancha, pero lo que los niños del lugar estaban haciendo era muy diferente al basquetbol.

Debajo de cada canasta había un par de postes de metal, lo que les permitía a los niños jugar partidos de futbol en esa cancha.

"Recuerdo que dije, '¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy, y cómo ocurre esto?'". Esto es lo que nos dijo Bryant en una entrevista exclusiva para ESPN FC, vía telefónica. "Como estaba a un par de millas de mi casa y había llegado trotando allí, no quería regresar, así que esperé. Me decidí a entrar en la cancha y cuando vieron a un niño flaquito con brazos largos, decidieron que mi lugar estaba entre los postes. Ésa fue mi introducción al futbol. Así es como comenzó".

Entrar a la cancha de futbol se convirtió muy pronto en parte de su rutina, una manera de encontrarse en un mismo plano con los otros niños y trascender las barreras culturales y de lenguaje. Después de un tiempo, sus nuevos amigos le permitieron jugar en el campo y no como guardameta. Entonces el enfoque cambiaría.

"Yo jugaba al futbol y luego jugaba al basquetbol, y después volvía a jugar al futbol y otra vez al basquetbol", dijo Bryant. "Y así siguió ocurriendo durante ocho años".

Desde luego, para la leyenda de los Lakers solo había lugar para un deporte en su vida profesional, y el amor de Bryant por el basquetbol – fomentado por su padre, Joe 'Jellybean' Bryant, también jugador profesional – finalmente lo llevó a una carrera estelar en la NBA que algún día lo ubicará en el Salón de la Fama.

Pero gracias a la época en que Bryant vivió en Italia, su pasión por el futbol echó raíces y permanece con él hasta hoy. A él le encantaba la camaradería con sus compañeros de equipo y, si bien las destrezas requeridas para los dos deportes eran bastante diferentes, había más puntos en común que los que se podían imaginar.

A lo largo de los años, Bryant adoptó ideas sobre el movimiento de pies y sin la pelota, que hubieran enorgullecido a Phil Jackson, el ex jefe de entrenadores de los Lakers.

"Es estratégico", opina Bryant sobre el futbol. "Al recibir la pelota uno tiene que tener una buena comprensión de lo que está sucediendo delante de uno y cuál será el movimiento siguiente. Y también la estructura; desde pequeño me enseñaron cómo jugar en triángulos y cómo utilizar el espacio, lo que terminó siendo una tremenda ayuda para mi estilo en el basquetbol. Me encantaba la idea de lo rápido que se mueve la pelota y con qué velocidad uno tiene que procesar lo que está pasando delante para tomar decisiones".

Cuando en 1991, Bryant (de 14 años) y su familia retornaron a Estados Unidos, el basquetbol fue totalmente absorbente y le resultó difícil mantenerse conectado con el futbol.

Hay cierta tendencia, aunque equivocada, a pensar que Bryant podía haber sido un jugador de futbol de Estados Unidos. La época de entonces era muy distinta y el futbol estaba en un lugar muy diferente – bastante oscuro. Todavía faltaban tres años para que se llevara a cabo la Copa del Mundo organizada por Estados Unidos, y dos años más para que naciera la MLS (Major League Soccer). Pero su vínculo con el futbol no estaba totalmente roto.

"En esa época, el futbol no era un deporte muy popular", dijo. "Mi foco cambió completamente al basquetbol porque de alguna manera ese momento coincidió con el comienzo del programa de la Amateur Athletic Union (AAU), y el basquetbol se convirtió en un deporte de todo el año. El hecho de ir al parque y jugar informalmente, dejó de ser una posibilidad. Pero pude mantenerme en contacto con lo que hacían mis equipos. AC Milan era mi equipo favorito, así que podía seguir sus resultados y mantenerme conectado de esa manera".

Actualmente, la afinidad de Bryant con ese deporte tiene un componente de negocios. Ahora mismo, está comprometido con un evento promocional para la bebida deportiva BODYARMOR, uno de los auspiciantes de la próxima Copa de Oro de la CONCACAF.

¿Podría ser que Bryant incremente su compromiso con el futbol y se sume a las filas de deportistas que se han convertido en propietarios de equipos? Mike Piazza, miembro del Salón de la Fama del Beisbol, ha hecho justamente eso con el equipo italiano Reggiana, mientras que Carmelo Anthony, el delantero de los New York Knicks hizo lo mismo con el equipo de la NASL, Puerto Rico FC. En 2014 habían circulado informes de que Bryant era parte de un consorcio que iba a comprar al equipo italiano Bologna, pero él desmintió esos informes como "puro humo" y dijo que eso es algo que no está considerando por ahora.

"[Ser dueño de un equipo] es algo que me exigiría un compromiso de tiempo muy importante", dijo. "Reunir el dinero para comprar un equipo, comprar una franquicia, realmente requiere pasar mucho tiempo enfocado en esa franquicia. No es algo en lo que uno invierta de manera pasiva. Es por ese motivo que no le he dedicado ningún tipo de atención".

Pero a lo largo de los años, el fanatismo de Bryant por el futbol ha seguido creciendo. Todavía se considera un fanático del Milan, pero también tiene afinidad por el Barcelona debido a su amistad con Ronaldinho, el ex atacante del blaugrana, y más tarde con el ícono del club, Lionel Messi.

Bryant recibe algunas bromas livianas sobre sus lealtades divididas, pero insiste: "Si me abrieran el brazo, verían cuatro colores; azul y (grana), y también verían rojo y negro.

Sin embargo, la balanza de los afectos de Bryant parecería estar inclinándose hacia el Barcelona en estos días. Bryant y Ronaldinho se hicieron amigos a mediados de la década de 2000. Se había programado un partido amistoso del Barcelona en el estadio Rose Bowl, y por iniciativa de Nike, Bryant acudió para "presentarles la ciudad de Los Ángeles". La amistad se inició allí.

Después, fue Ronaldinho el que presentó a Messi con Bryant.

"Creo que en esa época Messi debe haber tenido 18 o 17 años tal vez", dijo Bryant. "Ronaldinho le pidió que se acercara y le dijo, 'Kobe, quiero que conozcas al jugador que va a ser el más grande de la historia'". Bryant y Messi llegaron a conocerse mejor en los Juegos Olímpicos de Beijing, en 2008. Ambos estaban en el proceso de conducir a sus respectivos equipos a la obtención de medallas de oro cuando se encontraron en la cafetería de la Villa Olímpica.

"En los Juegos Olímpicos, la cafetería es siempre el mejor lugar para estar porque uno tiene a todos los deportistas de todos los equipos en el mismo lugar", dijo. "Cuando estábamos en la cafetería dando una vuelta, lo vimos a él y a su equipo alrededor de una de las mesas y yo me acerqué y me senté con él y hablamos de los Juegos y un poco de futbol. Fue divertido".

Bryant dice que todavía le falta asistir al Camp Nou para ver un partido, y tampoco pudo ver a sus equipos en la Champions League, debido a que las exigencias de su carrera profesional en el basquetbol limitaron sus oportunidades. Pero él ha disfrutado sus viajes a la Copa del Mundo de los años 2010 y 2014, e incluso cuando apareció en el estudio de ESPN FC en Brasil.

"La parte divertida de la Copa del Mundo es llegar caminando al estadio, entre todas las culturas diferentes", dijo. "Uno encuentra diferentes países, diferentes banderas y se escuchan muchos idiomas diferentes hablados por la gente. Pero la característica común es la belleza y el amor por el deporte del futbol. Fue asombroso ser parte de esa energía".

Con la Copa de Oro a punto de comenzar, está claro que la pasión de Bryant por el futbol sigue intacta.

Jeff Carlisle cubre la MLS y a la Selección de Estados Unidos para ESPN FC. Síguelo en Twitter @JeffreyCarslisle.