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Mara Gómez, en sus propias palabras: el fútbol me salvó la vida

NOTA: Este reportaje fue publicado originalmente el 30 de junio de 2021. En agosto, Gómez se recibió de enfermera y debutó con su nuevo club Estudiantes de La Plata en Argentina.

En diciembre de 2020, Mara Gómez hizo historia como la primera futbolista transgénero en jugar en el campeonato de primera división del fútbol de mujeres de Argentina. Su debut con el club Villa San Carlos de Berisso, en un partido contra Lanús, fue la culminación de una lucha de años, en los que Mara tuvo que lidiar con discriminación, persecución y abusos. Ella dice que el fútbol le salvó la vida, y quiere que su voz y sus experiencias ayuden a propagar un mensaje de igualdad, oportunidad y amor.

Mara tiene apenas 24 años, y además de ser futbolista, ejerce un papel de activista. Quiere que su historia inspire a las personas que han sido marginadas por la sociedad, o a cualquiera que intente navegar por la vida buscando la luz al final del túnel.

Aquí, Mara conversa con el reportero de ESPN Tom Hamilton sobre su vida y su trayectoria, su sueño de ser futbolista profesional, y por qué todavía no ha cumplido con todas sus metas.

NOTA DEL EDITOR: El relato a continuación fue abreviado de sobre dos horas de entrevistas por Zoom con Mara.

“El fútbol sigue siendo eso que me sostiene emocionalmente”

Estar donde estoy fue un sueño no soñado, porque me costaba pensarme como jugadora profesional. Me costaba pensarme, ocupar un espacio que es tan limitado no solamente por las normativas institucionales, sino también por las ideológicas, las culturales, que significaba el fútbol también dentro de la sociedad, que siempre era ocupado por los varones.

Yo siempre relaciono al fútbol como si fuese una anestesia al dolor, porque fue lo que ha sido. No es que yo fui en busca de un hobby y digo: ‘voy a hacer el fútbol porque tengo ganas de dedicarme a algo’, sino que el fútbol cumplió una función muy importante en mi vida, que fue justamente ayudarme a transitar desde lo emocional todo ese sufrimiento que yo tenía día a día, a causa de la discriminación, a causa de la exclusión, y los miedos que me generaba esto de ponerme a pensar qué va a ser de mi futuro. ¿Qué era lo que la sociedad me iba a permitir poder cumplir en cuestiones de tener un laburo digno, de poder tener educación, de poder tener la vida que cualquier ser humano tiene? Que son derechos básicos.

El fútbol para mí como lo dije, y lo digo siempre, fue y es mi terapia, es mi contención emocional, es un estilo de vida para mí y ser limitada a eso que en un momento me salvó la vida y cuando digo ‘me salvó la vida’, es porque en mi adolescencia tuvo episodios de autoeliminación y fue el fútbol lo que me ayudó a salir de esos pensamientos de suicidio.

El fútbol sigue siendo eso que me sostiene emocionalmente, más allá de lo competitivo, es una contención para mí, es un estilo de vida y hoy por hoy, un trabajo.

De dónde y quién soy

Estoy viviendo en la ciudad de La Plata, en la provincia de Buenos Aires, en el barrio de La Granja. Vivo con mi familia en el mismo terreno, hay tres casas. Somos una familia numerosa. Vivo con mi mamá, con el marido, con mis hermanas, con mi cuñado. Es que, si bien estamos todos separados dentro del mismo terreno, siempre compartimos los mismos espacios. Almorzamos juntos, cenamos juntos. Estamos siempre en familia, siempre muy unidos.

En la niñez, cada vez que yo jugaba, o cada vez que imitaba ser a alguien, siempre estaba relacionado con el rol femenino. Siempre hacía de mamá, de hermana, de hija, de tía, de todo lo que esté relacionado con el género femenino, o con las conductas femeninas. Y hasta que, a los 11 años, se me hizo un pliegue en la cabeza y me puse a pensar qué era lo que estaba pasando, que era lo que realmente yo sentía, si estaba confundida con lo que estaba sintiendo, con lo que estaba pensando, y bueno, fue ahí donde empecé a encontrar mi identidad, fue ahí donde empecé a darme cuenta de que quería ser Mara Gómez, que quería ser mujer, que me sentía mujer.

¿Cómo hacer para empezar a abrirme con esto que me estaba pasando, que estaba viviendo? El cambio de mi autopercepción, el cambio de mi imagen también. De pasar de ser el típico nene de mamá a la típica nena de mamá.

Mi familia me apoyó en todo este proceso, fue todo un proceso de agarrar fuerza de donde no había a veces, porque no encontraba la contención, porque no podía entender porque ir a la escuela y recibir tanta discriminación, que no pudiera entrar al baño de mujeres porque las directoras me lo impedían, ir al médico y que no respetaran mi identidad.

En la niñez me he sentido sola, he sido totalmente vulnerable a mis emociones, que me han hecho pensar que no quería vivir, me han hecho pensar que esta vida no era no solamente lo que no quería, que no era para mí; que no merecía estar en este mundo, he tenido episodios de discriminación también y esas son cosas en una de las etapas mas fuertes de mi vida, que he tenido que atravesar. Pero lo he ido superando y fue gracias al fútbol.

Cuando tenía 15 años que empecé a jugar al fútbol no había ligas femeninas acá en La Plata. Había torneos que eran barriales e inclusive, se llegó a hacer un torneo intermunicipal en el cual no me dejaron participar, considerando que no tenía el documento [de identidad] femenino, eso era lo que me impedía y me limitaba a practicar este deporte. Que aparte yo era malísima jugando al fútbol, porque recién empezaba con este deporte, no era que yo empecé a jugar al fútbol y ya la rompía, o ya tenía las habilidades que hoy tengo, o los conocimientos que hoy tengo.

Era nuevo ver a una chica trans dentro del fútbol también, era nuevo el fútbol femenino en los barrios; entonces, eso hacía que todo fuese un poco más limitado.

NOTA DEL EDITOR: El 8 de mayo de 2012, Argentina aprobó la Ley de Identidad de Género, que permite a las personas transgénero cambiar su nombre y género en su tarjeta (documento nacional de identidad, DNI) de identificación. Cuando Mara cumplió 18 años, los torneos de fútbol de mujeres apenas empezaban a organizarse en La Plata. El 16 de marzo de 2019, el fútbol de mujeres se profesionalizó en Argentina.

En el momento que me llega el documento, el DNI a mi casa, fue como un alivio, una liberación, una seguridad que me daba decir, “bueno, tengo mi identidad en un documento, que donde yo vaya lo voy a poder acreditar”. Que no voy a tener que estar explicando que el nombre que está en mi documento no es el que yo realmente siento, con el que me identifico.

Empecé a sentirme una persona mucho más segura. De poder ir a la facultad y ya ser inscrita como Mara Gómez, ir a un control médico que me llamen como Mara Gómez, entonces la Ley de Identidad de Género y el documento que recibí en su momento, la verdad que fue algo muy importante en mi vida, porque fue lo que me abrió caminos, lo que me abrió espacios a poder estar al día de hoy en el fútbol.

A partir de los 18 años, con el documento me daba la seguridad que no tenía en la adolescencia.

“La revolución de la inclusión”

Fui a la prueba, éramos como mas o menos 25 chicas. El torneo era de 7, no era de 11, así que estaban haciendo selecciones de jugadoras, y en esas, bueno, me eligieron a mí, ya sabiendo obviamente que soy una chica trans, y dijeron, delante de todos y de todas de que yo iba a ser una jugadora más, que iban a respetarme, que si yo tenía el documento, la identidad femenina, el documento que debía ser incluida.

Empecé a aprender más del deporte y una vez que empecé a jugar en una Liga, a los 18 años, es allí cuando empieza mi trayectoria como jugadora de fútbol.

Estaban orgullosos de que el club de Toronto City iba a tener la primera jugadora trans de la Liga LIFIPA (Liga Infantil Independiente Platense, la primera en tener fútbol femenino en la Ciudad de La Plata), que ellos se sintieron pioneros. Es ahí donde yo empiezo también como jugadora de liga a hacerme conocer, con rivales, con otra gente, con hinchadas; que seguía sufriendo la discriminación, pero no de la manera como la sufría cuando ni bien empecé, a los 15 años.

Hay un montón de rivales que quizás en su momento no querían jugar conmigo, porque consideraban que [mi presencia] era una desventaja, y después terminaron siendo compañeras dentro del mismo equipo; y al día de hoy, hemos compartido momentos, hemos compartido cancha, tercer tiempo; y son gente que ha cambiado su perspectiva hacia mí, hacia una jugadora trans.

Antes cuando decías una chica trans lo primero que se relacionaba era con la prostitución, con criminalización de cosas ilegales y sin embargo, yo fui cambiando esa perspectiva de las personas dentro del ámbito del fútbol, haciéndoles ver otra realidad de lo que es ser una chica trans.

Eso me empezó a hacer conocida dentro del ambiente del fútbol, que la gente empezó a llamar la atención, no solamente la chica trans, sino Mara Gómez, la jugadora de futbol.

Yo sé que había equipos de primera división en su momento, antes de Villa San Carlos, que estaban interesados en hacerme parte, pero que quizás no querían dar el primer paso de incorporarme por miedo a qué va a pasar, ¿no?

Entonces Villa San Carlos me abrió la puerta. Juan Cruz, el técnico, me hace parte de este equipo, obviamente para poder sumar, para tener una jugadora más dentro de la cancha. Entonces, mis habilidades como jugadora le han llamado la atención, me ha llamado, me ha hecho parte de este plantel.

Es ahí donde comienza la revolución de la inclusión dentro de lo profesional.

“Sigue siendo discriminatorio y excluyente”

Pisar lo que es una categoría profesional me llevó a tener que afrontar ciertas situaciones, pelear por la inclusión para que yo pueda jugar y ver en qué nos podíamos basar para poder participar.

Tuvimos que tomar las recomendaciones que hace el Comité Olímpico Internacional con respecto a la inclusión de deportistas trans en los deportes profesionales. Que en el caso de una chica trans, debe hacerse un tratamiento hormonal de 12 meses antes de poder participar y que pueda cumplir unos parámetros hormonales que van de 1 a 10 nanomoles por litro de testosterona en sangre.

Cumpliendo esos parámetros yo podía jugar dentro de la competencia profesional.

Otra de las cosas que teníamos y que tenemos en nuestras manos es la Ley de Identidad de Género de nuestro país, que me ampara para poder ser parte del fútbol. La idea era poder llegar a AFA y que ellos me pudieran escuchar, que ellos me pudieran comprender, que el fútbol para mí no es solamente un derecho sino una necesidad también y que el deporte debe ser para todos y para todas, independientemente del sexo o el género que tenga.

Ocurrió durante el mes de marzo de 2020, y se produjeron tres reuniones (con la AFA). Todos firmamos en acuerdo y las reuniones se desarrollaron dentro de un ambiente cordial. El acuerdo con AFA consiste en que yo me sometía a un tratamiento hormonal, aclaro que yo ya estaba en un tratamiento hormonal, y cumplir esos parámetros hormonales para poder competir.

Antes del comienzo de cada campeonato, tengo que hacerme el testeo hormonal y según los valores que me dé, si estoy dentro de los parámetros (nanomoles de testosterona en sangre), yo puedo competir en todo el torneo.

El tratamiento hormonal también influye mucho en lo emocional, y en la cuarentena eso influyó mucho de manera negativa, porque estar en encierro, no poder entrenar en grupo, no poder jugar, no poder hacer eso que me contiene y me hace bien, me ha puesto en momentos de tristeza, en momentos de rabia, en momentos de ansiedad, en momentos de nervios, en los cuales no me aguantaba nada, en los cuales quería abandonar todo, en los que no quería seguir en esto que estábamos tratando de hacer para poder llegar a competir, a debutar.

Aunque puedo jugar, sigue siendo discriminatorio y excluyente, porque si yo no cumplo esos parámetros quedo fuera de la competencia hasta la próxima evaluación de hormonas. Creo que esto no es algo que se le pida a ninguna futbolista ni a ningún futbolista, excepto el doping que se hace con los jugadores profesionales, pero a mí me hacen este tipo de testeo por ser una jugadora trans.

Tiene sus consecuencias físicas y emocionales, en el cual al corto, mediano y largo plazo se empieza a sentir los cambios emocionales, el cambio de humor, y también lo que el tratamiento hace en el cuerpo, que es invasivo para el organismo tener que cambiar la fisiología normal, el funcionamiento normal del organismo. Es debitarme, sacarme rendimiento físico, disminuir mi masa muscular, eso también puede llegar a tener a largo plazo consecuencias como el cáncer de mama, algún tipo de otras patologías que interfieran en la salud.

Pero, bueno, tuvimos que llegar a ese acuerdo para poder tener el pie adentro, y desde adentro empezar a tratar de construir y desbinarizar el reglamento del fútbol, y que se pueda empezar a pensar en un fútbol profesional inclusivo.

“El fútbol femenino me comprendió muy bien cuando debuté”

La noche antes de debutar (7 de diciembre de 2020), no podía dormir; me despertaba por toda la madrugada. Y cuando iba llegando a la cancha, esa sensación de emoción, de nervios, de ansiedad después de tantos meses sin poder jugar por la cuarentena, por la pandemia, lo único que quería era entrar a la cancha y disfrutar, disfrutar ese momento como futbolista, más allá de que ese día se marcaba un hecho histórico en el país y un hecho histórico a nivel mundial.

Mi puesto es delantera, hacer goles es mi trabajo, es mi rol dentro de la cancha. Y siempre fue enfocarme en esto.

Villa San Carlos es un plantel que tiene un montón de dificultades por cuestiones económicas, en cuestiones de las estructuras donde entrenamos. El equipo es nuevo, con que el equipo se ha rearmado con jugadoras nuevas. Hoy las chicas están dando la mejor voluntad que pueden.

Hay que tener en cuenta que el fútbol femenino a nivel mundial siempre ha sido desvalorizado dentro de este deporte, que todavía las condiciones del fútbol femenino no son las mismas que las del fútbol masculino en cuestiones de estructura, de gestión, de economía, sueldos. Entonces, siento que el fútbol femenino me comprendió muy bien a mí cuando yo debuté.

Fue emocionante, porque más allá de la derrota, Villa San Carlos estaba logrando la primera inclusión a nivel profesional de una jugadora trans. Y cuando Lanús vino con ese presente (una camiseta) fue muy emocionante, quebré en llanto porque ya estaba sensible y aparecieron con ese gesto. Me hicieron sentir parte del deporte profesional y con ese gesto me hicieron comprender que yo estaba acompañada. Más allá de la rivalidad, comprenden la situación, comprenden que la inclusión es el camino, el respeto y hacer de este deporte para todas las personas, independientemente del sexo o el género.

La verdad es que he recibido no solamente ese presente de Lanús sino también un montón de mensajes de jugadoras de primera división de acá de Argentina, jugadoras de la selección Argentina, jugadoras que están jugando en otros países también.

Me sentí contenida y lo disfruté un montón y al día de hoy siento que tengo un gran respaldo al lado mío, que sé que el día de mañana, si fuese necesario, van a estar conmigo.

“Jamás pensé que iba a ser activista”

Mi familia está muy contenta de todo lo que estoy viviendo, de todo lo que estamos logrando y que es lo que esto significa. No solamente para mí, sino también para la sociedad. Mi familia me apoya, me da el espacio, me da el lugar y entiende que no estoy mucho tiempo en casa porque estoy entrenando y cuando estoy en casa estoy encerrada estudiando, o encerrada dando entrevistas. Ellos también han comprendido que para mí el fútbol es una parte de mí, que no me lo puede sacar nadie.

Es algo muy normal que yo esté totalmente activa con toda esta situación de futbolista, de estudiante, de figura pública, de activista. Me acompañan y estoy totalmente agradecida.

Cuento con Lorena (Berdula), que es mi representante no hegemónica, que la conocí a través del fútbol. Es la primera Directora Técnica Nacional de fútbol de Argentina (ATFA, AFA 1998), fundó en el año 1997 el fútbol femenino en Estudiantes de La Plata, nos conocimos en la Liga de LIFIPA, y como es profesora de la UNLP e investigadora me llamó varias veces a formar parte de paneles en Congresos de Educación Física.

Referentas tengo a Marta, jugadora de Brasil; Megan (Rapinoe), que es de Estados Unidos y de Argentina tenemos también a Maca Sánchez, que es de las que ha hecho un punto de inflexión dentro del fútbol en Argentina para que se profesionalice.

Con las Pioneras del ‘71 (la selección de Argentina que representó al país en el Mundial de Mujeres de 1971, organizado por la Federación Independiente del Fútbol Femenino Europeo), que a veces tenemos encuentros, que hemos compartido espacios y escuchar las historias de ellas en su comienzo.

Jamás pensé que tampoco iba a ser activista. Simplemente se dio, y fue cuando las personas también me agradecían que haya puesto el cuerpo, que haya puesto la voz, que haya tenido tanta fuerza. Gente que, padres y madres que me han escrito para agradecerme por el cambio de perspectiva que he hecho en sus vidas, porque tienen hijos, porque tienen hijas, porque empiezan a comprender desde un sentido más afectivo y empático.

Argentina es pionera en el campo de la inclusión. Ojalá esta experiencia se replique en todo el mundo porque existen comunidades LGBTQ+ en todo el mundo. Tiene que ver también con que esto fue el resultado de años de lucha por parte del colectivo LGBTQ+ para tener una Ley de Identidad de Género y ser reconocidas por el Estado dentro de nuestro país, sino que esto también representa un inicio de apertura a las oportunidades para las generaciones que vengan más adelante, que no sufran tantos obstáculos, tantas adversidades, para poder ser parte de este deporte.

Siento una presión, una exigencia porque, no solamente en mi rol dentro de la cancha, que es ser futbolista; sino también es ser pionera. Entonces, todo lo que yo haga es lo que le va a quedar a las generaciones que vienen más adelante.

“Hoy mi rol es educar”

Hoy mi rol dentro de la sociedad también es educar, es hacer… incentivar a que un montón de personas pueden llegar a cumplir sus sueños, sus objetivos. Hacerles comprender que hay caminos que son difíciles, pero que no son imposibles. A ver a través de mi historia, a tratar de hacer comprender también que la discriminación lastima y que la discriminación excluye, y que todas las personas tenemos el derecho de poder vivir esta vida con dignidad.

Yo creo que las personas pueden cambiar su manera de pensar, su perspectiva. Y lo sé porque lo viví dentro del fútbol. Que una jugadora rival no quisiera que yo jugara y que después fue mi compañera de fútbol y que después es la persona que me acompaña y me apoya, por ejemplo. Así que ese es el motivo por el cual hoy me toca ser activista, y aprovechar también los medios de comunicación como herramienta para poder transmitir y que cada persona en su casa, que esté viendo, escuchando la historia, pueda tener otra perspectiva de lo que es, de lo no binario, de desbinarizar en diferentes ámbitos sociales, de que saber que más allá de la genitalidad o el género de cada persona, todos somos seres humanos y merecemos el mismo respeto, la dignidad de vivir, y merecemos oportunidades de poder ser y pertenecer dentro de los diferentes ámbitos de la sociedad.

Ahora empecé terapia con una psicóloga para poder empezar a tener una contención extra que me ayude a poder tener otras perspectivas u otras herramientas también para poder superar lo que día a día vivo.

A veces siento que quiero abandonar, que quiero dejar todo, porque hay muchas imposiciones, hay muchas limitaciones, hay cosas que cumplir para poder estar. Y a veces me hace pensar que nunca voy a poder ser totalmente libre como cualquier persona cuando quiera hacer algo, cuando quiere cumplir sus sueños, sus objetivos, cuando quiere pertenecer a algo que le hace bien.

Tenemos un lapso de vida en la tierra en el cual tenemos que hacer todo eso que nos haga bien, ocupar esos espacios que queremos sin lastimar a nadie, sin dañar a nadie. Y creo que la vida es para vivirla, que es un regalo muy preciado que tenemos de existir y tenemos que aprovechar, y tenemos que darnos el lugar y la oportunidad de poder todo lo que deseamos hacer, todo lo que nos guste hacer.

Estoy feliz. No sé si es la felicidad plena, porque todavía los obstáculos y las adversidades las sigo pasando, las sigo transitando; pero estoy en una de mis mejores etapas de la vida.