Christian Noboa, jugador de la Selección de Ecuador, habló en exclusiva con ESPN.com luego de la última experiencia con la Tri durante la Copa América. El experimentado mediocampista hizo un análisis crítico del rendimiento del equipo nacional en Brasil, mostró sus deseos de ser titular en el 11 de Alfaro para acompañar a las jóvenes promesas, habló de su ilusión de disputar el Mundial de Qatar 2022 y se refirió a las chances de volver a jugar en Emelec.
Tres semanas después del final de la Copa América, contactamos a Christian Noboa, referente de Emelec, actual jugador del Sochi e integrante de la Selección de Ecuador, para hacer una balance de la actuación de la Tri, que tuvo un andar irregular y se despidió, sin conocer la victoria en el torneo, cuando cayó en 4tos de final ante la Argentina de Messi, luego campeona. Para comenzar, era necesario consultarle si había futuro para él en la Selección.
-¿Por qué se habló tanto en Ecuador que renunciabas a la Selección?
-Para mí es algo que me lo están tirando así a propósito (risas). Yo lo tengo clarísimo, jamás voy a renunciar a la Selección. Jamás. Así me retire del fútbol, si me quieren llamar para un partido amistoso ahí voy a estar. Si el entrenador piensa que ya no puedo llegar a la Selección y convoca a otra persona es decisión de él y yo nunca me enojaré, al contrario, prenderé la televisión así sea a las 3 de la mañana y estaré con mi camiseta apoyando porque yo soy ecuatoriano, me llena de orgullo y quiero que ellos ganen, y si estoy ahí quiero ganar. Eso es todo. ¿Renunciar? Por mi cabeza nunca ha pasado. Si es decisión del entrenador dejarme fuera de la lista son decisiones del entrenador y hay que respetarlas.
-Varias semanas después, ya en frío, ¿qué balance haces de la actuación de Ecuador en la Copa América?
-El balance no fue bueno, hay que reconocerlo. No ganamos ni un partido. Por más que pasemos de 4tos entre 5 equipos, no había dificultad. Además, Venezuela venía con un equipo alternativo por el covid. Pasar así, al sufrimiento, no es algo bueno. Y me costó mucho más porque no pude jugar. Jugué 2 partidos, uno contra Venezuela que entré al minuto 60 y otro con Perú que entré los últimos 10 minutos. Uno que está habituado a jugar siempre. Llegar, no jugar y ver que el equipo no está funcionando y aún así no jugar me costó mucho. Antes yo me enojaba, insultaba, reclamaba a todo el mundo, tiraba botellas, decía “tengo que jugar yo”, otra actitud. Ahora la actitud es verlo de afuera, ver la manera de ayudar, de apoyarlos, de hablarles.
-¿El partido contra Brasil fue el mejor en el torneo?
-Contra Brasil se hizo un gran partido. Lo hicimos muchísimo mejor pero conformarnos con eso, con decir ‘se mejoró el segundo tiempo, fuimos más rápidos, tuvimos mejor actitud’, eso en una Selección no basta. La actitud y las ganas de jugar es Ley en la Tri. Después viene el plus que es la calidad de cada uno. El jugador de Selección debería jugar como juega en su club. Eso nos faltó. Les pesó a los chicos, pero son muy jóvenes y no se los puede matar. Hay que apoyarlos. Faltó un poquito más de mezclar con jugadores de experiencia. Pero fue decisión del entrenador, hay que respetarla y hay que mejorar para las Eliminatorias.
-¿Gustavo Alfaro te explicó por qué no jugabas?
-En un principio hubo un diálogo, me pidió que lo ayude a llevar a los chicos. Hablarles, que vean que soy un profesional, cómo entreno y esas cosas. Pero si no juego y pierdo estoy más bravo que cualquiera. Porque si al menos juego y perdemos me enojo conmigo. Siempre quiero ganar, entonces estaba muy enojado. Pero nunca lo conversamos, él ya me veía. La cara mía ya no era de amistad. Era cara de querer jugar. Nunca hubo falta de respeto ni soberbia de querer irme, al contrario mi enojo lo demostraba entrenando más, corriendo más, luchando más, demostrando que aún puedo ser titular. Al final, no se dio la oportunidad. Si llega otra convocatoria iré con las mismas ganas. Pero si cree que no puedo ir a la Selección lo respeto. Lo que quiero es que la Tri siempre gane.
Noboa, de 36 años, habla con franqueza sobre el rendimiento de la Selección. Como el animal competitivo que es expresa, sin rodeos, sus deseos de ser titular en la Tri, un conjunto con mucho talento joven pero con poca experiencia y rodaje internacional. Algo que al futbolista campeón en Rusia, que jugó Champions, Europa League y Mundiales, le sobra.
-¿Qué le pueden aportar los jugadores de experiencia a un equipo tan joven?
-El mejor ejemplo son los dos partidos contra Perú. En Quito, empatábamos 0-0 y me meten para atacar. Entonces ataco pero no me doy cuenta de que atrás se iban todos al ataque. Nos cogieron 2 contras y nos mataron. Cuando viene la Copa América y te enfrentas nuevamente con Perú y estás 2 a 2, entro faltan 10 minutos. La situación es exactamente igual. Y si miras el video ya no me voy al ataque. Me quedo de lateral derecho porque ya veía que otra vez no había un orden. Son jugadores jóvenes que quieren atacar, le dije a Preciado “andá tranquilo”. Los últimos 10 minutos de Perú fueron de contragolpe. A mi me ponen 20 minutos de central y yo juego, excusas no hay. Pero son cosas del entrenador, uno analiza después en frío y digo: ‘no debería haber entrado’ (risas).
-¿Ese desorden que marcás en la Tri tiene que ver con la juventud del plantel o con el planteo del DT?
-No hay un culpable sino que somos todos. El entrenador puede decirte: ‘Christian entra aquí’, pero las situaciones de partido te llevan a que te puedas perder y más si eres joven. Cuando uno es joven piensa que llega a todas. Pasa más por la juventud que por el profe. El profe nos puede decir y nos ha dicho con videos hay que corregir esto o esto. Nos faltó eso. No soy entrenador pero lo ví, lo sentí y nunca se corrigió ese tema. Lo repito, fue el mismo Perú, en Quito y en Brasil, y fueron los mismos errores y casi nos cuesta dos veces, porque al último minuto si no lo sacaba Galíndez hubiésemos perdido otra vez.
-¿La falta de rodaje de algunos jugadores en sus clubes les pasó factura con la Selección?
-Fue lo que dije cuando me preguntaron por qué perdimos contra Perú. Porque sencillamente los jugadores titulares no vienen jugando. Y los que venimos jugando somos suplentes y no nos dan la posibilidad de jugar. Esa es la verdad. Ya nos pasó con el profe Quinteros y le va a pasar al profe Gustavo (Alfaro). al Profe como que no le gustó eso y pasó lo que pasó.
-¿Qué fue lo que pasó?
-En marzo, cuando le ganamos 3-2 a Bolivia, le dije a mi familia y a todo el mundo que para el partido con Venezuela debería ser titular. Y les explicaba por esto, por esto y por esto. Siendo entrenador hubiese cometido el mismo error: mantener el equipo con el que logré 9 puntos de 12. Pero una Selección no es lo mismo. Con Venezuela creía que tenía que cambiar y por eso imaginaba que iba a jugar. Por el año que hice en mi club, hice la mejor temporada en mi carrera (Jugó 25 partidos como titular y anotó 12 goles). Pero decidió mantener la misma base. Y yo dije: ‘mmm, no me gusta esto, pero lo tengo que aguantar’. Cuando se pasó el grupo, sin ganar, y dije: ‘bueno, con Argentina va a necesitar jugadores de experiencia, me va a poner'. Ahí trajo a Gruezo, que venía de tener coronavirus, y lo pone a jugar y bueno, no pasa nada, decisión del entrenador. Creo que lo hubiese manejado de diferente manera. Son situaciones que hay que respetarlas y saberlas llevar.
-¿En otro momento de tu carrera hubieras reaccionado de otra forma?
-Antes hubiese botado todo, hubiese dicho cualquier cosa, estando joven uno no ve las consecuencias. Pero ahora, más grande, uno dice: 'lo importante es que ganemos, no importa quién juegue'. Llevó a Gruezito, no nos fue bien, lo sacó en el primer tiempo, después Moisés estaba lesionado, no estaba bien de la pierna, estuvo lesionado toda la semana, no había entrenado ni un día y fue el primer cambio, y se dio por ahí. Argentina nos contragolpeó y otra vez nos ganaron de contragolpe. Ojalá que no solamente jugadores, sino todos, hayamos aprendido esta situación.
-¿Los sorprendió que Argentina también lograra lastimar a Ecuador al contraataque?
-De los tres goles, dos fueron de contraataque. Ya lo vienes viendo. Contra Venezuela, de contraataque. Perú, de contraataque, y el primer partido con Perú también. Hay que tener ojo, mirar, hablar y decir: 'Muchachos, una, dos… tres! Viene Argentina, cuidado el contraataque’, y volvemos a lo mismo. Pero bueno, son jugadores jóvenes y hay que aprender.
-También sorprende por ser un equipo dirigido por Alfaro, que siempre se caracterizó por su orden táctico.
-Eso fue lo que me dijeron. Yo al profe no lo había visto nunca, siempre estuve en Rusia y no seguía a sus equipos, sigo a Emelec. Me han comentado que le gusta estar bien defensivamente, jugar bien los contraataques. Los primeros partidos jugamos muy bien, cuando todo el mundo estaba jugando, adaptado a la altura, y decíamos el equipo está muy bien, el profe es muy buena persona, habla muy bien, lo entendíamos todos. Pero no pasa por el entrenador, pasa por los jugadores que están en cancha que no tienen ritmo de partidos.
-Ese gran arranque en Eliminatorias ¿les jugó una mala pasada?
-Es que ya nos pasó en las Eliminatorias para el Mundial de Rusia. Cuando hicimos 12 de 12 con Gustavo Quinteros, Montero, Achilier, Erazo, Orejuela y Enner Valencia salen vendidos. De los 11, el único que jugaba en su equipo era yo. Y yo mantenía mi nivel porque venía jugando. Cuando paso del Rostov al Zenit, al no jugar, en la Selección era un desastre total. No te voy a mentir, era un jugador menos en la cancha. Un día le dije a Quinteros: ‘Creo que tienen que jugar los que vienen jugando, yo quiero pero me cuesta'. Lo importante es que hay que mejorar. Se puede, hay material, hay jugadores, hay entrenador y un cuerpo técnico muy muy bueno, es eso, yo confío que vamos a llegar a Qatar. Tenemos un equipo impresionantemente fuerte. Nomás falta tener más confianza y que quienes estén afuera tengan más minutos en cancha.
-¿Tu último objetivo en la Selección es jugar el Mundial de Qatar?
-Mi idea es esa, poder llegar a acompañar a la Selección hasta el Mundial. Me encantaría ir, pero jugando. No me gustaría estar sentado. No podría festejarlo, no me sentiría parte de eso si no juego. Eso está en mi cabeza. Afianzarme en mi club y después pensar bien porque si viajo 15 horas y no juego, estar ahí para apoyar… no quiero quitar un espacio y no sentirme parte. Si el entrenador ya no me considera para estar de titular no tengo ningún problema, es su decisión. Yo quiero ir para jugar, para apoyar desde afuera puedo hacerlo desde mi casa, con mis hijos, viendo el partido.