José Juan Macías es un futbolista común y corriente al que se le han conferido responsabilidades mayúsculas cuando apenas está en una etapa de formación.
En esta urgencia y tendencia generalizada por enaltecer jugadores se le colocó al hoy delantero de Chivas la etiqueta de ‘joya’ y ‘material de exportación’, sencillamente porque tuvo un buen año futbolístico con el León... Nada más alejado de la realidad.
Macías es un buen centro delantero, ciertamente, pero no está ni cerca consolidado en el futbol mexicano, tan es así que en su regreso al Guadalajara no ha podido mostrar de nueva cuenta la versión agradable que tuvo con los Esmeralda, en donde estaba rodeado de un conjunto sólido que desde hace años domina un sistema de juego.
Con insistencia se habló en los medios de comunicación sobre el supuesto ‘interés’ y seguimiento que distintos clubes de varias ligas de Europa le estaban dando al atacante, y se daba como un hecho que era cuestión de meses –en algunos casos semanas– para que lo ficharan. No ha pasado y no pasará pronto.
José Juan Macías tiene 21 años y ante la carencia de centros delanteros nacionales de inmediato se pensó que estábamos en presencia del nuevo ‘redentor’, cuando, va de nuevo, ni siquiera se trata de un goleador hecho y derecho. Es muy joven, le falta madurar, debe crecer, va a aprender, y esto no pasará a ritmo de las porras de la prensa.
Hoy vive el lado opuesto de la moneda y en la Selección Sub 23 ni siquiera es titular, entre que tuvo una lesión y el equipo se vio bien sin él, y cuando jugó y tuvo una mala tarde, ahora resulta que la ‘nueva gran joya mexicana’ fue abucheada en el Estadio Jalisco... ¡Vaya paradoja!
Con Macías, como con tantas otras cosas se pasó de la algarabía al Apocalipsis.
Es un jugador con talento y condiciones, y tiene el ‘plus’ de que es pensante fuera de la cancha, se sabe expresar, no es el típico futbolista que difícilmente hilvana un par de ideas, y todo eso le va a sumar en su carrera, pero no se le puede poner en las ligas mayores cuando todavía no conquista ni las infantiles.
Va a resurgir, tiene tiempo y argumentos para hacerlo. Pero hoy no es ni el ‘9’ ideal y mucho menos un ‘desecho’.