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Kevin Trapp, portero del Eintracht, vuelve al Camp Nou, donde sufrió la goleada 6-1 con el PSG ante el Barcelona

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BARCELONA -- Kevin Trapp, portero del Eintracht Frankfurt, no olvida, le resulta imposible, el 8 de marzo de 2017. Aquella noche fatídica para él en que el Barcelona batió todos los récords en la historia de la Champions, logrando una remontada imposible frente al Paris Saint-Germain que lo había aplastado en París (4-0) y se marchó del Camp Nou con un 6-1 que permanece en los libros de la competición.

"No pienso en lo que pasó aquí hace cinco años, sólo me centro en el partido actual porque es un gran desafío”, respondió el miércoles cuando en la sala de prensa del estadio azulgrana se le recordó lo sucedido entonces.

Frío pero elegante, sin rechazar ninguna puya de los periodistas ávidos por sacarle a colación los goles de Neymar o la puñalada final de Sergi Roberto, el portero alemán se esforzó en proclamar que este partido y aquel "no tienen nada que ver. Entonces habíamos ganado en la ida y el planteamiento era diferente; ahora tenemos claro que vamos a sufrir mucho, pero sabemos que tenemos nuestra fuerza para pasar a las semifinales".

Trapp fichó por el PSG en el verano de 2015, procedente del mismo Eintracht al que regresó, y avalado por Laurent Blanc, en aquel momento entrenador del equipo galo y que le convirtió en indiscutible como sucesor del italiano Salvatore Sirigu.

Sucedió que al año siguiente Blanc fue sustituido en el banquillo por Unai Emery y el técnico español no tuvo tan clara la titularidad en la portería.

Trapp competía con el francés Alphonse Areola, un rara avis en la multimillonaria plantilla del club, surgido de la cantera y llamado entonces a convertirse en heredero de los Barthez o Lama.

Al fin, a media temporada, Emery apostó por Trapp, que tras no jugar ni un partido en la fase de grupos de la Champions ya era titular desde enero y que llegó al Camp Nou habiendo disputado 15 partidos oficiales encajando 6 goles... Los mismos que encajó ante Luis Suárez, su compañero Kurzawa, Lionel Messi, Neymar (por dos veces) y el fatídico de Sergi Roberto, el definitivo que hundió en la miseria al PSG y le dejó marcado de manera inevitable.

El entrenador rechazó señalarlo públicamente y lo mantuvo en la portería hasta final de curso, pero la siguiente campaña se la pasó prácticamente entera en el banquillo, relevado en la titularidad por Areola y solventando en el verano de 2018 su regreso a Frankfurt, primero en calidad de cedido y después traspasado por 7 millones de euros, algo menos de lo que el PSG había pagado por su fichaje en 2015.

Aquella noche del Camp Nou provocó que regresara al plano de manera inequívoca, también, su rivalidad con Marc-André ter Stegen, a la sombra de Manuel Neuer, como aspirante en la selección de Alemania. Porque de alguna manera el portero del Bayern Munich personalizaba, y personaliza, el muro insalvable para el azulgrana que, de alguna manera, éste lo personaliza para Trapp, una competencia feroz y que en Alemania provoca no poco debate.

A sus 31 años el portero del Eintracht suma 6 partidos con la Mannschaft por 28 del portero del Barça. Siempre ambos a la sombra del intocable Neuer (109 partidos) y que con 36 años cumplidos no parece en disposición de perder su condición de indiscutible.

Mientras, Trapp prepara su regreso al Camp Nou sacándose de encima como puede el triste recuerdo de 2017, cuando peleaba por convertirse en el portero indiscutible de un PSG siempre a medio camino de la grandeza para acabar destrozado, ya entonces y aún ahora, cuando han pasado por su titularidad, después de Areola, Keylor Navas o Gianluigi Donnarumma... con mucho recorrido por delante pero al que acompañará, también, su fatídica noche en el Bernabéu.

"Todo el mundo está muy bien preparado y con ganas de que llegue el partido. Son los días por los que ejerces esta profesión: un duelo decisivo en este gran estadio. Pero una cosa está clara: queremos seguir adelante”, sentenció el alemán, convencido de enterrar aquella pesadilla con una noche para la historia personal, cinco años después y defendiendo la portería de un Eintracht que, acompañado por una numerosísima caravana de aficionados sueña con vivir su personal sueño en el Camp Nou.

Trapp, por cierto, comenzó su carrera juvenil en el Kaiserslautern... Y uno de sus primeros preparadores en el club se llamaba Gerald Ehrmann, el portero que el 6 de noviembre de 1991 encajó el histórico y milagroso gol de José Mari Bakero en el minuto 89 en el Fritz-Walter Stadion que significó la eliminación de su equipo a manos de aquel Dream Team que seis meses después se coronaría en Wembley con su primera Copa de Europa.

No se sabe si Ehrmann, alguna vez, le explicó a Trapp las sensaciones de hundirse contra el Barça... Ni si, con el paso de los años, el propio Trapp, después de su noche fatídica de 2017, volvió a conversar con Ehrmann.