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Mordió, discutió, fue odiado en la Premier, echado de Barcelona y de un Mundial: Suárez, el héroe que nunca muere

Luis Suárez durante el encuentro entre Uruguay y Ghana en Qatar. RAUL ARBOLEDA/AFP via Getty Images

Parece un villano incorregible. Se tira, protesta, discute. Fue acusado de racismo. Se peleó con media Premier League. Mordió y lo echaron de un Mundial como si fuera un reo. Le aplicaron la sanción más dura de la historia. Se fue de Barcelona sufriendo y llorando. En su fuero más íntimo, juró venganza y la logró en el Atlético Madrid. Todo lo que le pasó retroalimenta a la bestia. Si hasta parece que necesita convivir con esa adrenalina para poder estallar.

Cada vez que lo tiraron, se levantó y peleó para convertirse en héroe. Ahí está Luis Suárez otra vez. Como a lo largo de su carrera, ante un nuevo reto. El desafío de taparle la boca a aquellos que dicen que no podrá rendir en Brasil. Parece mentira, pero a los 36 años de edad, este hombre se vuelve a someter a una prueba. Como dijo en la conferencia: “Esto es lo que me gusta, toda mi carrera fue así, con la crítica, siempre fui criticado, pero yo asumo esa responsabilidad porque es cuando más me gusta y cuando más rindo”.

El repaso de la carrera de Luis no hace más que avalar sus expresiones. Suárez pasó de villano a héroe en todos lados.

EL VILLANO DE LA PREMIER
Hay una frase de Oscar Tabárez que define a Suárez como nadie: “Luis siempre estuvo a prueba y ha dado muestras de que sus progresos los ha hecho en medios donde tuvo dificultades”.

Y vaya si ocurrió. Jamás imaginó el salteño que su paso por la Premier inglesa se terminaría convirtiendo en un martirio. ¿Motivos? Su forma de sentir el fútbol fue a contrapelo de los ingleses. Si se tiraba o simulaba, se lo acusaba de tramposo. Cuando metió la mano para salvar el arco de Uruguay ante Ghana, los puristas ingleses lo destrozaron.

Defendiendo a Liverpool vivió una serie de episodios que lo marcaron y por los cuales fue penado.La primera ocurrió en octubre de 2011 cuando fue acusado de insultar con una expresión racista al defensa del Manchester United, Patrice Evra, lo que le valió una suspensión de ocho partidos y una multa equivalente a 68 mil dólares. En abril de 2013 mordió al defensa del Chelsea, Branislav Ivanovic, y fue suspendido por 10 partidos y denigrado por el público y la prensa inglesa.

Pero los problemas eran vitaminas para Luis. En la temporada 2013-14 marcó 31 goles en 30 partidos, fue el máximo goleador de la Premier y obtuvo el premio al Futbolista del Año de la PFA y al Futbolista Inglés del Año de la FWA, además de ganar la Bota de Oro 2013-14 con Cristiano Ronaldo.

EXPULSADO DEL MUNDIAL
La historia de Suárez con la Selección Uruguaya también está plagada de actos de heroísmo. El agónico gol bajo la lluvia ante los coreanos que le permitió a Uruguay sortear los octavos de final del Mundial de Sudáfrica 2010. La mano que metió ante Ghana para evitar un gol en la hora y clasificar a semifinales.

La lesión que puso en duda su presencia en el Mundial de Brasil 2014. Una increíble carrera contra el tiempo de un jugador con un espíritu indomable que reapareció en el segundo juego, contra los ingleses, cuando Uruguay había quedado con la cuerda en el cuello.

Después de todo lo vivido en la Premier, Luis le hizo los dos goles a Inglaterra para eliminarla del Mundial. “¡Cómo me gusta decir que le hice goles a Inglaterra!”, dijo en una nota con El Observador.

Pero en el partido siguiente el diablo metió la cola. Suárez mordió al italiano Giorgio Chiellini. El árbitro no vio nada, pero los de traje y corbata decidieron actuar de oficio. Lo echaron del Mundial.

Suárez no olvidó aquel hecho. Le dejó una huella. “Estábamos en la cancha y justo después del entrenamiento le sonó el teléfono al Maestro con la noticia. No me puse a llorar porque estaba el Maestro adelante. Estuve fuerte, pero los días siguientes me pasé llorando. Fue una sensación muy rara la de abandonar la concentración. Estaba en Natal. Llamé a mi mujer que estaba pronta para ir a Río de Janeiro y le dije que no se subieran al avión. Mi hija no lo podía creer. Me dan ganas de llorar cuando recuerdo esos momentos. Cuando mi hija me preguntaba por qué no estaba jugando le mentía, le decía que era por la rodilla. Hasta que en un momento me dijeron que le dijera a mi hija la verdad, para que no pensara que tenía un padre perfecto, para demostrarle que podía cometer errores. Tuve que ser fuerte y decírselo y tratar de enseñarle que de los errores se aprende”, expresó al periodista Juan José Díaz.

LA PENA MÁS GRANDE DE LA HISTORIA
En momentos donde la FIFA analizaba la posible sanción a Suárez, se estaba definiendo su pase de Liverpool a Barcelona. La transferencia finalmente se hizo a cambio de 81 millones de euros.

Sin embargo, Luis recibió otro golpe. La FIFA lo sancionó con cuatro meses y nueve partidos con la Selección. Es más, ni siquiera podía entrenar con sus compañeros hasta que Barcelona recurrió la sanción al Tribunal de Arbitraje Deportivo y logró que se le permitiera entrenar y jugar partidos amistosos.

Cuando volvió a la Selección lo hizo a lo grande. Fue en Recife, ante Brasil, al que le pegó una cachetada marcando el gol del empate 2 a 2. Otra vez estaba de pie.

FIFA NO LO PREMIA
El año 2015 fue soñado para Suárez. El salteño marcó el gol que le brindó la Champions al Barcelona. Fue campeón de la Supercopa europea, Liga española y la Copa del Rey. Fue de los principales goleadores del equipo en la temporada con 25 goles. El 31 de octubre alcanzó los 300 goles en su carrera.

Sin embargo, la FIFA lo ignoró y no incluyó en la nómina de candidatos para el Balón de Oro como mejor jugador del mundo del año 2015.

A Luis poco le importó. Como declaró alguna vez: “Soy el ejemplo de que si superé todas estas cosas, por algo las superé. Soy muy valiente y muy autocrítico conmigo mismo. Es muy difícil que un jugador de fútbol pase todo lo que pasé yo y siga adelante”.

ADIÓS BARCELONA
Por si le quedaba algo más en el viaje, en el año 2020 lo dieron por terminado en Barcelona. El club no le renovó el contrato. Suárez se fue llorando.

“Ya acepté, ya lo digerí, y lo que debo hacer es pensar en la nueva etapa que me viene, recordando todo lo vivido. El entrenador no contaba conmigo... pero me voy con la sensación de que he cumplido. Acabar como el tercer máximo goleador de la historia, superar a grandísimos jugadores es para sentirse orgulloso. Fue un mes de decir muchas cosas que muchos inventaban. Se han inventado, se han filtrado, y hay cosas que a uno le indignan...”, expresó en la despedida. Luis se fue al Atlético de Madrid. Nadie daba nada, ni por él, ni por el equipo. Pero Suárez lo hizo otra vez.

El Atlético se proclamó campeón de Liga de manera agónica y con un Suárez decisivo en las últimas dos fechas ante Osasuna y Valladolid. Todo Uruguay esperaba que lo hiciera.

“El título es especial por la situación que me tocó vivir, de la forma cómo me menospreciaron y el Atlético me abrió las puertas. Siempre estaré agradecido al Atlético. Hemos sufrido, tanto mi mujer como mis hijos. Llevo muchos años en el fútbol y es el año que más he sufrido”, declaró el uruguayo.

Y agregó: “Es especial por lo que me tocó sufrir, pero ahí están mis estadísticas, cinco de siete ligas. Ahí está Luis Suárez”. Tan increíble como real.

En 2022 terminó su contrato con el Atlético. En la despedida se desplegó un enorme cartel que rezaba: “Gracias Lucho por hacernos campeones”.

A mediados de ese año se embarcó en otra misión: fichar por un club que le permitiera tener rodaje para llegar con ritmo de competencia al Mundial. Cuando nadie lo creía posible, regresó a Nacional. Y otra vez se coronó campeón.

Suárez fue al Mundial, Uruguay quedó rápidamente eliminado e inició la búsqueda de un nuevo equipo. Muchos pensaban en la MLS, desde México surgió Cruz Azul, sin embargo, cuando nadie lo esperaba, se fue al competitivo mercado brasileño y fichó por Gremio.

Otra vez, como al principio de su carrera, Luis vuelve a estar a prueba. No se asusta con el retro, por el contrario, le seduce. Suárez no necesita vivir como las megaestrellas del fútbol. No va al carnaval de Rio, no se muestra en un yate y mucho menos con una Ferrari, pero como dijo alguna vez Diego Latorre: “Suárez es Suárez donde esté, en la luna, o en Japón”.