Peñarol llevó al Campeón del Siglo dos mochilas. Una, que tenía un cartel que decía 2022 y estaba cargada de piedras. El equipo, como dijo su propio entrenador, Alfredo Arias, se tenía que sacar de arriba el peso de la pasada temporada.
“Tenemos jugadores de calidad, pero necesitan recuperar la confianza porque pasaron un semestre duro”, expresó el nuevo conductor de los aurinegros.
La otra mochila que llevó el equipo aurinegro, en el debut contra Cerro por el Torneo Apertura, decía 2023 y también era pesada. ¿Motivos? Estaba cargada de la responsabilidad de hacerse cargo del cartel de favorito que se le otorga por el plantel que armó.
Bajo esas condiciones, al nuevo Peñarol le costó varios minutos sacarse de arriba las dos mochilas. En el inicio del partido con Cerro el equipo se mostró impreciso, le costó salir con claridad del fondo y sus volantes perdieron muchos balones. Y después de dos anuncios del visitante, con sendos remates desde fuera del área, el equipo encontró el bálsamo que necesitaba. Consecuencia de una presión arriba, Cristóforo robó la pelota en campo de Cerro y cedió a Kevin Méndez que puso en carrera al gol a Matías Arezo. Y el delantero, en su primer partido con la camiseta de Peñarol, demostró su calidad definiendo cruzado.
Pese al gol, en el primer tiempo el equipo de Arias no fue claro, como lo expresó el propio entrenador: “Fuimos muy imprecisos. Jugar rápido no es jugar apurados. Porque al perder la pelota en un equipo que por metodología y entrenamiento trata de tenerla más que el rival, si la perdés y la perdés, te empieza a debilitar”.
Al margen de ello, el equipo mostró en Valentín Rodríguez un arma que resulta clave para abrir defensas y aportar claridad. Cada vez que un volante toma contacto con la pelota, no necesita mirar, sabe que cambia de frente y en ese sector estará el lateral aurinegro para aportar soluciones.
En la parte complementaria, Peñarol sacó a relucir su mejor versión. Las claves del equipo de Arias pasan por comenzar a construir el juego por dentro y llevar la pelota afuera, a las bandas, para lastimar en velocidad.
En ese sentido, el mediocampo de Peñarol, integrado por Carlos Sánchez, Sebastián Cristóforo y Sebastián Rodríguez, elevó su nivel y aportó claridad.
Asimismo, Ignacio Laquintana jugó un rol preponderante en el segundo tiempo generando el desequilibrio por banda derecha. De hecho, le cometieron el penal que permitió el segundo gol mirasol.
Otro elemento clave en el triunfo ante Cerro fueron los cambios. Cuando el equipo se quedó sin aire, Arias apeló a los jóvenes Rodrigo Saravia y Santiago Homenchenko. Allí Arezo asumió el rol de líder futbolístico y metió dos asistencias de gol. La primera a Laquintana, al que dejó solo en el segundo palo, y la segunda a Homenchenko al que puso camino al arco rival.
De ese modo, Peñarol dio el primer paso. Comenzó a sacarse de arriba la mochila de 2022 y empezó a transitar el camino con tranquilidad, a pesar de cargar con la responsabilidad de ser favorito.