La vieja épica de Peñarol revivió en el Estadio Centenario. Esa que marca que sus hinchas esperan el milagro hasta el final. Las huellas de la historia son imborrables para ellos. El gol en la hora de Fernando Morena ante Cobreloa para ganar la Copa Libertadores o el agónico tanto de Diego Aguirre ante América de Cali forman parte de los partidos más recordados.
Con el paso de los años se fue generando una forma de ganar. Si hasta parece que a los hinchas de Peñarol les seduce ganar así: en la hora y con la última pelota, como pasó ante Plaza Colonia.
Por estas horas, el mundo Peñarol habla de Abel Hernández. Al grado tal que el delantero carbonero hizo olvidar el inicio demoledor de Matías Arezo.
LA SEQUÍA DE AREZO
Peñarol pasó de un inicio demoledor de Matías Arezo a una sequía increíble del delantero que llegó a su sexto partido sin marcar goles.
En las primeras fechas del Torneo Apertura, Peñarol era Arezo-dependiente. El delantero resolvía absolutamente todos los problemas, al grado tal de que sus compañeros podían tener la tranquilidad de decir que con el 9 en cancha, entraban ganando 1 a 0. Los números lo avalaban. Once goles en siete partidos hablaban de su contundencia.
Arezo sacaba la cara cuando el equipo más lo necesitaba. Resolvía los problemas. A saber: Contra Cerro, en una de las primeras pelotas claras que tocó, marcó el gol. Con Defensor la metió hasta de rebote. A La Luz le hizo un gol en la hora. Ante Montevideo City Torque el juego estaba cerrado hasta que la pelota derivó en Arezo, encaró y sacó un sorpresivo remate de puntín, a lo Romario, para decretar el primer gol.
Pero la pólvora se le mojó. Aquel gol ante MC Torque, el 12 de marzo, fue su último festejo. De ahí en más no volvió a marcar. En el medio sucedieron cosas. Primero fue baja ante Liverpool por una lesión. Luego lo citaron a la Selección para jugar los amistosos contra Corea y Japón. Se dudó de su presencia por la lesión muscular, pero viajó y jugó el segundo encuentro.
Al volver, se le apagaron los gritos de gol y ya pasaron cuatro partidos a nivel local y dos internacionales sin anotar. A saber: Nacional, Cerro Largo, Danubio y Plaza Colonia, a los que se suman los dos de CONMEBOL Sudamericana contra América Mineiro y Millonarios.
ABEL, EL SALVADOR
Los goles de Arezo hicieron olvidar al resto. Pocos se acordaban de que en el banco estaban Abel Hernández, Diego Rolan y el goleador histórico de las formativas, Oscar Cruz.
Y mientras Abel y Rolan, que llegaron como grandes apuestas del mercado de pases, la peleaban para tratar de ponerse a punto físicamente, Arezo la embocaba en todos los partidos.
Con el paso de los juegos, Abel Hernández comenzó a entrar en la consideración del técnico Alfredo Arias. Pero se lo notaba lejos del nivel esperado. El propio jugador expresó que luchaba contra una tendinitis. Que le generaba dolor.
“Quienes sufren de tendinitis saben lo que es. Hay días que estoy bien y hay días que sufro mucho, pero creo que ser hincha de Peñarol me lleva a veces a jugar a pesar del dolor”, declaró.
En medio de la sequía del goleador Matías Arezo, cuando se entra en la recta final del Apertura, y después de algunos rumores que hablaban de su salida por los pocos minutos que jugaba, despertó Abel.
Primero ante Danubio, con dos goles que sacaron al equipo de los pelos en un partido complicado. Y el pasado fin de semana ante Plaza Colonia, en la hora y con una pirueta espectacular, para encarrilar al equipo a la obtención del Apertura.