Una vez confirmada su victoria en las elecciones presidenciales de Peñarol, Ignacio Ruglio, tomó la palabra en el Palacio Peñarol. Con el resto de los consejeros presentes, el nuevo presidente se refirió en primer lugar a su principal adversario en esta contienda electoral, el expresidente Juan Pedro Damiani.
Dijo que Damiani había sido quien le abrió las puertas del club años atrás, y que siempre iba a ser estar agradecido con él por ello. “Que hayamos tenido diferencias políticas, nunca va a quitar el enorme respeto que tengo por él”, comentó, y dijo que buscará que la Asamblea Representativa lo nombre presidente honorario.
Señaló que “Peñarol tiene que empezar a unirse con hechos, dejarse de palabras bonitas de unión”, y dijo que consultará regularmente a Damiani para aprovechar su experiencia al frente del club. “Quienes quieran encontrar revanchismos o heridas del pasado, no las van a encontrar conmigo ni en el discurso ni en los hechos. Vengo a unir de verdad a Peñarol”, añadió”. Damiani respondió diciendo que estaba seguro que Ruglio iba a estar a la altura del cargo, y lo definió como “un gran peñarolense, inquieto, joven y con buenas intenciones”. “Estoy seguro que con Pablo (Bengoechea), (Gabriel) Cedrés y el Consejo Directivo entrante vamos a poder mirar para adelante. Peñarol va a estar en muy buenas manos con Nacho”, agregó el expresidente.
Luego, Ruglio habló sobre Jorge Barrera, el presidente saliente, y le agradeció por su etapa al frente del club. “Que Jorge Barrera sea recordado como un presidente que hizo lo mejor que pudo, que fue transparente, y que no vino al club a más nada que a cumplir el sueño de intentar hacer más grande a Peñarol”, indicó. Por su parte, Barrera dijo que le iba a pedir un solo favor: “que los logros deportivos que no tuve el último año y medio los comiences a tener vos; disfrutando verte levantar muchas copas, va a estar la felicidad de todos los Carboneros”.
Ruglio también dijo que a las primeras dos personas que había llamado en cuanto supo la noticia fueron Pablo Bengoechea, futuro director deportivo, y Gabriel Cedrés, próximo gerente deportivo de Peñarol, y destacó la emoción que expresó el último por regresar al club después de 15 años. También, marcó que estaba asumiendo “uno de los tres o cuatro cargos de más relevancia e imagen pública del Uruguay”, por lo que necesitaría dirigentes como ellos, y sumó también a Walter “Indio” Olivera, a quien le dijo que quería verlo trabajando en Peñarol en diez días.
“Solo vengo al club a intentar tocar la gloria, a intentar ganar en la cancha, a hacer todo lo mejor de mi parte para que eso pase, a convocar a los mejores y a escucharlos: ese va a ser mi desvelo permanente”, indicó Ruglio.