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Ruben Paz, el ídolo de D'Alessandro y de Larriera

El entrenador de Peñarol en este 2021, Mauricio Larriera, y la flamante incorporación de Nacional para una nueva temporada, el argentino Andrés D’Alessandro, coinciden en el ídolo que han tenido en su infancia: Ruben Paz, quien dejó su huella en el fútbol uruguayo, en Racing de Avellaneda, y en el Inter de Porto Alegre.

Los ídolos en la niñez son más que referentes, son otra cosa más espectacular, parecen tener poderes, son gigantes. “A los ídolos los elegimos para que nos hagan creer; los tenemos porque tenerlos es como apretar bien fuerte un rosario o darle un beso a una estampita o guardarse en el bolsillo una piedrita mágica que nos regaló un abuelo”, escribió el periodista argentino Matías Petrone el pasado 20 de enero, apenas un día después que se confirmara la salida de Racing de Lisandro López, el último gran ídolo de la Academia de Avellaneda.

El tiempo transforma en adultos a esos niños, y a esos ídolos en palabras mágicas que al escucharlas generan un repentino y maravilloso viaje en el tiempo para mentalmente encontrarnos otra vez en la tribuna mirando hacia arriba y a la izquierda para ver a papá alentando y luego ver salir a la cancha a nuestro equipo con los ojos que se agrandan al saber que hoy juega nuestro superhéroe para darnos tranquilidad.

“Con Ruben Paz se me viene a la cabeza mucho de la infancia y mucho de lo que es mi gusto por el fútbol jugado de determinada manera”, le comentó Larriera a ESPN.com.uy.

“’Me llamo Andrés Nicolás D’Alessandro, juego de cinco y de tres, y voy a estudiar y a seguir jugando a la pelota’. ¿A quién te gustaría imitar? ‘A Ruben Paz’”, contestaba en un video de noviembre de 1990 un chiquilín de nueve años que a puro amague y zurda talentosa generaba admiración en partidos infantiles.

Mauricio Larriera: “Yo me quedaba con las gambetas de Ruben Paz en Peñarol”
“Hoy voy a confesar que Ruben Paz era mi ídolo de niño, yo miraba los goles de Fernando Morena y las gambetas de Ruben Paz; después cuando uno se transforma en un futbolista profesional ese sentirse hincha se va yendo pero queda algo que es más importante y es que el club que me emociona es Peñarol”, comentó Mauricio Larriera en su presentación como nuevo entrenador de Peñarol el 31 de diciembre del 2020.

Y el director técnico agregaba: “Una vez me preguntaron, estando en Argentina, quién era el mejor, si Maradona o Messi. En primer lugar, me parece que no los futbolistas no se pueden comparar, entonces digo ‘Ninguno de los dos, pero si tengo que elegir elijo a Maradona. ¿Por qué? Porque me emociona, Maradona fue el futbolista que me emocionó a nivel mundial’, y creo que eso dice mucho respecto a lo que decía anteriormente”.

Conversando con ESPN.com.uy, Larriera comentó los pensamientos que le surgen al escuchar el nombre de Ruben Paz: “Me viene a la cabeza mi infancia más allá de que me lleva once años (él es de 1959, yo de 1970), me viene a la cabeza la creatividad, el arte, el fútbol como siempre me gustó jugarlo incluso. También me recuerda a Fernando Morena porque cuando yo era chico mis amigos de Florida eran hinchas de Morena pero a mí me gustaba Ruben Paz”.

El DT de Peñarol, quien comenzó a saber de Paz a través de los relatos radiales, agregó: “Lo que me viene más a la cabeza es el arte, el fútbol desde un punto de vista artístico, una pierna zurda mágica, mucha elegancia, una pegada tremenda. También me vienen a la cabeza mis enojos con los entrenadores de la Selección cuando no lo ponían en los Mundiales; él era un jugador diferente, era talento puro y ni hablar que me recuerda al fútbol que siempre más me ha gustado que es el fútbol argentino. En definitiva me recuerda mucho de la infancia y mucho de lo que es mi gusto por el fútbol jugado de determinada manera”.

Paz había llegado en 1977 a la capital de Montevideo para entrenar en Nacional; sin embargo, por un problema de autorización del club Peñarol de Artigas no pudo ser fichado en el Bolso. La institución que sí pudo solucionar este aspecto fue el Carbonero, por aquel entonces presidido por Washington Cataldi y así Paz pudo cumplir su sueño de niño: “Una tarde estaba en Los Céspedes y me llamó Mario (Saralegui) para que fuera a la sede de Peñarol. Mi sueño era jugar en Peñarol, era hincha de Peñarol; mi ídolo era Alberto Spencer, como en Artigas no teníamos tele, mi viejo ponía una radio arriba de la heladera y sin verlo era mi ídolo”, comentaba el ex futbolista en el programa ‘Pura Química’ en setiembre del 2012.

Con el equipo aurinegro, el talentoso zurdo pudo ganar los campeonatos uruguayos 1978, 1979 y 1981, e incluso en el verano del ’81 ganó la Copa de Oro con la Selección Uruguaya en el Estadio Centenario teniendo apenas 21 años. De todas maneras, consultado por un momento de su carrera en el Coloso de cemento responde: “La imagen que tengo del Centenario es mi primer clásico ante Nacional. Fue un partido de noche y pude hacer el gol del triunfo con un remate cruzado en el arco de la Ámsterdam”.

En 1982 partió a Inter de Porto Alegre donde estuvo hasta 1986, año en que fue fichado por el Racing Matra de París luego de disputar la Copa del Mundo en México. En ese Mundial, la Celeste quedó eliminada en Octavos de final al caer 1 a 0 ante la Argentina de Diego Maradona; en ese partido Paz fue suplente y el entrenador Omar Borrás ordenó que entrara al minuto 61 por Eduardo Acevedo; su tardío ingreso sigue siendo una de las decisiones más cuestionadas en la historia de la Selección Uruguaya.

“‘¡Por favor, poneme a Ruben, sácame a quien quieras pero ponelo a Ruben!’, gritaba yo siendo gran admirador de Paz. Yo era un adolescente en el Mundial de México y para mí por escándalo Ruben era lo mejor de esa selección, por encima de Enzo y de todos los demás, para mí era el uno por mi forma de sentir el fútbol”, recordó Larriera con ESPN.

Luego de aquella Copa del Mundo, y tras un breve paso por el fútbol francés, Paz volvió con su sonrisa permanente a Sudamérica para jugar en Racing de Avellaneda desde octubre del 1987 hasta fines de 1993 (la temporada 1989/1990 la jugó en Genoa de Italia).

Andrés D’Alessandro: “Mi padre me decía que tenía que jugar como Ruben Paz”
“¿Qué puede ser mejor para un chico de doce años, fanático del fútbol, que despertarse un domingo a la mañana sabiendo que va a ir a la cancha?”, reflexionaba el músico y racinguista Gastón Báez en su cuenta de twitter el 4 de octubre del 2017 recordando el debut de Paz en el fútbol argentino al cumplirse 30 años.

Este hincha de Racing recordó cómo vivió la previa de aquel partido ante San Lorenzo por la sexta fecha en el Cilindro de Avellaneda y detalló que aquel día se lesionó el puntero Walter Fernández, por lo que el uruguayo debió debutar a veinte días de haber llegado a Argentina. El Cuervo ganaba 1 a 0 pero a los 84 minutos desbordó Miguel Ángel Ludueña y un cabezazo de Paz, que se desvió en un defensor, pudo superar a José Luis Chilavert para marcar el empate definitivo.

El uruguayo convirtió algunos goles de manera consecutiva y demostró rápidamente su talento para ganarse el cariño de la hinchada, destacando sus goles de tiro libre como el que le convirtió en el Cilindro a su compatriota Carlos Goyen (por ese entonces arquero de Argentinos Juniors), el que le anotó al palo del golero del Deportivo Español en la cancha de Huracán, o venciendo al Mono Navarro Montoya en el partido ante Boca en el Monumental por la Libertadores 1989. Inolvidable también es su golazo en el triunfo clásico por 2 a 1 ante Independiente en 1988.

Entre los miles de hinchas de Racing que se enamoraron rápidamente del juego de Paz estaba Eduardo, padre de Andrés D’Alessandro. El futbolista argentino comentó en el documental ‘D'Ale Para Sempre’ del Inter de Brasil publicado en enero del 2021: “Ruben es mi ídolo de la infancia. Mi padre siempre vio que yo tenía alguna cosa para darle al fútbol, que yo podría jugar al fútbol. Y comenzó a hablarme y alguien de quien siempre me habló fue de Ruben Paz; me habló de muchos pero siempre me marcaba a Ruben, Ruben, Ruben. Comencé a ver juegos de Ruben Paz y jugaba mucho”.

“El fútbol siempre te sorprende y lo mejor fue haberlo conocido; llegó a él que yo lo admiraba tanto y hoy puedo decir que soy amigo de él, que soy amigo de mi ídolo”, contó D’Alessandro que pudo conocer personalmente a su referente futbolístico en Montevideo en abril del 2011, cuando con el Inter de Porto Alegre disputó los Octavos de final de la Copa Libertadores ante Peñarol. El argentino pudo conversar con Paz en el lobby del hotel donde se hospedaba la delegación brasileña para confesarle una admiración alimentada por su padre Eduardo.

En el 2012, el programa televisivo ‘Patrola’ (RBSTV) se contactaba con el músico Beto Bruno, quien decidió regalarle al argentino una valiosa herencia de su padre, que en la década de 1980 trabajaba como periodista deportivo y pudo conseguir que el propio Ruben Paz le diera una camiseta luego de un partido.

“Él es un gran ídolo mío, yo crecí viéndolo jugar y yo sé que vos también sos fanático de él, creo que ustedes tiene un estilo muy parecido, son los dos jugadores del Inter de los que más me emociona hablar: vos y Ruben Paz. Y aquí hay una camiseta de Paz para vos”, fue el preámbulo del músico brasileño antes de regalarle la preciada reliquia al jugador argentino que se emocionó ante semejante presente y respondió: “Yo no me quiero emocionar pero conseguir la camiseta de mi ídolo es como para un argentino conseguir la camiseta de Maradona o para un brasileño la de Pelé; esto lo voy a guardar para toda mi vida”.

Paz, quien fuera apodado en su momento como el ‘Maradona uruguayo’, comentó humildemente al ver esta escena: “Tuvo la suerte de que el padre era hincha de Racing y lo llevó al estadio y ahí eligió no al mejor sino a uno de los mejores porque teníamos buen equipo, tal vez él ya traía de cuna el talento y justo coincidió”.

En diciembre del 2014, D’Alessandro se pudo dar el lujo de jugar con su ídolo, quien aceptó la invitación de participar del partido benéfico Lance de Craque. El uruguayo volvió a coincidir en cancha con el argentino en otras ediciones del evento que se celebra en el estadio Beira-Río de Porto Alegre y que busca recaudar fondos para distintas organizaciones.

Paz confesó, en abril del 2020, que habló con el ‘Cabezón’ para que jugara en Racing de Avellaneda. Sin embargo, a inicios de este 2021 se oficializó la llegada del argentino al fútbol uruguayo para jugar en el Club Nacional de Football, el mismo que estuvo muy cerca de fichar a Paz en la década de 1970.

Actualmente D’Alessandro cuenta con dos camisetas que usó el uruguayo en el Inter y sigue sonriendo cada vez que recuerda el juego de Ruben, cuya magia se mantiene vigente en la memoria de varias hinchadas.

Los enfermos de un hospital de Artigas, que quedaba en frente a la casa de la familia Paz, fueron los primeros espectadores del juego de Ruben: “Desarmábamos un tejido, hacíamos un picado de rompe y raja, y entreteníamos a los enfermos”.

De los últimos en disfrutarlo en vivo como futbolista profesional fue el entrenador Gerardo Pelusso a fines del siglo XX, quien dirigió a Paz en Frontera Rivera y que luego tendría a Mauricio Larriera como su ayudante técnico durante muchos años. En julio del 2020, Pelusso comentaba en Derechos Exclusivos (Radio Uruguay 1050 AM): “Dirigí a varios cracks pero si tengo que elegir a uno me quedo con Ruben Paz, el Cabeza era un jugador extraordinario y lo tuve cuando tenía casi cuarenta años. Él vivía en Artigas y venía a entrenar porque le gustaba jugar a la pelota. Una vez le digo: ‘¿Cómo estás? ¿No te duele nada? ¿Estás para hacer fútbol?’, porque lo tenía que cuidar para que me llegara bien al domingo. Y me dice sonriendo: ‘Estoy bien, no me duele nada. Mirá aquella silla que está allá, andá y sentate que te voy a dar una clase de fútbol, salí de acá’”.

“Yo me fui a esa silla blanca de plástico; fue la única vez en mi vida de entrenador que me senté en una silla para ver un entrenamiento. Y después cada vez que me decía que estaba bien y que hacía fútbol, yo iba y me sentaba en la silla para disfrutar del talento de Ruben Paz en las prácticas”, sentenció Pelusso para dar una idea de lo que generaba el juego del talentoso futbolista, cuya mención sigue provocando una sonrisa en Larriera, D’Alessandro y en otros tantos futboleros.