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Baravalle, sueño hecho realidad

El rosarino está cumpliendo un sueño en Auckland Tomás Baravalle

BUENOS AIRES -- De Rosario a Auckland, sin escalas. Tomás Baravalle, con tan sólo 21 años, armó las valijas y se fue a cumplir un sueño. Una de esas oportunidades a las que uno no puede decirle que no. A través de un amigo de la familia, el primera línea de Jockey Club se fue a jugar a Pakuranga, un club neocelandés. En Argentina sería algo así como un seleccionado provincial, y el ex Pumita está viviendo una experiencia única. "Mi objetivo es desarrollar mi juego y el mejor rugby del mundo está acá", confesó a Scrum.

Desde compartir momentos inolvidables como una cena en lo de la periodista Melodie Robinson con los All Blacks y campeones del mundo Ma´a Nonu, Jerome Kaino y Piri Weepu, a jugar contra "los de la televisión". Así es la nueva vida de Baravalle en Nueva Zelanda, donde se entrena en el mismo lugar que los Blues. Algo que quizás nunca había imaginado, pero que está disfrutando: "Por suerte compartí muchos momentos entrenando y fuera de entrenamiento con ellos. Fue increíble. Los detalles de los entrenamientos son impresionantes, ahora entiendo porque juegan tan buen rugby. Son muy detallistas y algo que tendríamos que aprender en Argentina es que después o en el medio de cada entrenamiento entre todos se ayudan a mejorar. En el scrum, por ejemplo, te dicen cómo les molesta que entres".

Está claro que no la tiene fácil, porque la competencia es enorme. Pero este polifuncional primera línea ya jugó nueve partidos en Pakuranga y marcó un try. "Mi meta es jugar al máximo nivel posible. Ojalá sea ITM Cup y un sueño es Super Rugby", afirmó, sin titubeos. En su corta carrera, Baravalle jugó un Mundial Juvenil con los Pumitas, representó al seleccionado mayor de Rosario y en 2011 enfrentó a Uruguay con Argentina.

Sobre el nivel de juego, fue contundente: "El ritmo es mayor, hace que todo sea más dinámico". A su lado hay un ex All Black como Pita Alatini, quien jugó 20 caps con Nueva Zelanda y volvió después de un paso por el rugby japonés, y también promesas que juegan en el Seven.

- ¿Cómo estás llevando el tema de la distancia y vivir solo?
- Y... cuesta. Sobre todo por la diferencia horaria. Es muy difícil comunicarte, tenés que buscar ciertos horarios para coincidir. Ahora estoy con mi novia, que me vino a visitar, así que está ayudando a que todo sea más fácil.

- ¿Hasta cuándo te quedás allá?
- No está definido, también depende de qué es lo que me ofrezcan, si es que me ofrecen algo.

- ¿Tenés ganas de quedarte un tiempo más?
- Me encantaría, este es un país hermoso y donde creo que está el mejor rugby del mundo.

- ¿Sentís que la experiencia ya valió la pena?
- Sin dudas, pero creo que lo que se puede aprender acá no tiene límites y me encantaría seguir aprendiendo más y más.