INDIAN WELLS -- Los 14 años de boicot han oficialmente llegado a su fin. Serena Williams volvió a pisar las canchas de Indian Wells y la recepción del público estuvo a tono: ovación de los cuatro costados y un apoyo sostenido durante todo el partido. Y la escena fue completa: victoria por 7-5 y 7-5 sobre Monica Niculescu.
"Siento que ya gané el torneo. No necesito tener el trofeo conmigo. A mi modo, siento que ya conquisté mi propio trofeo. Nunca me sentí de esta manera. Solo estar aquí ya es una gran victoria. No solo para mí sino para mucha gente", compartió Serena post partido, visiblemente conmovida.
Al momento de anunciar su vuelta, dejando atrás los insultos racistas a ella y a su familia, había elegido palabras similares: "No ha sido fácil olvidar las horas que pasé llorando en el vestuario después de ganar aquel título. De la vuelta a Los Angeles sintiendo que había sufrido la peor derrota de mi carrera: no en un partido de tenis sino en la lucha por la igualdad", expresaba. Esta vez, la carga valorativa pudo invertirse.
"Siento que los nervios que traía conmigo han quedado a un lado. Me alegra haber podido hacer esto. Definitivamente lo siento como uno de los más grandes momentos de mi carrera, y de los que más orgullosa me ponen", siguió la N°1.
"Hasta el momento de salir a la cancha no sabía si estaba haciendo lo correcto. Recién allí sentí que era lo que debía hacer. Recibir todo ese cariño de la gente significó mucho para mí", describió.
Y, sin olvidar el contexto deportivo, cerró: "Pese a lo raro que fue todo, pude hacer mi trabajo y eso me deja contenta".