SAN DIEGO -- Brandon Flowers no quiere saber nada de Darrelle Revis, Richard Sherman, Patrick Peterson ni Brent Grimes.
“Yo soy el mejor esquinero de la NFL”, dijo hace un año el jugador de los San Diego Chargers, que esta temporada baja firmó una extensión de cuatro años y 36 millones de dólares. Teniendo en cuenta su confianza, se entiende por qué fue sorprendido cuando los Kansas City Chiefs lo dejaron ir por cuestiones de tope salarial.
Sin embargo, ya más frío con el paso del tiempo, Flowers no siente rencores.
“Entiendo que los negocios son negocios”, declaró Flowers. “A veces te van a dejar ir, y está en uno jugar con ese extra para usarlo como motivación”.
Y vaya si lo hizo teniendo en cuenta que transformó un contrato de un año en una extensión a largo plazo.
“Siempre quedarme en San Diego fue mi primera opción”, admitió Flowers. “Me encantaban los entrenadores y mis compañeros. Mi deseo era quedarme aquí mucho tiempo”.
Deseo concedido, y razones para soñar para los Chargers. Su secundaria es realmente fuerte en el papel, teniendo en cuenta que Flowers jugará al lado de Jason Verrett y Eric Weddle.
“Tenemos grandes jugadores, pero lo importante es no quedarnos brillando únicamente en el papel”, expresó Flowers. “Nuestra meta es devolverle el ovoide a Philip Rivers”.
Fue una temporada baja distinta para el esquinero de los Chargers, que tuvo su primera hija en febrero por lo cual tuvo que redistribuir sus tiempos.
No obstante, ya está completamente enfocado en la próxima temporada y cuando vuelve a su casa su hija sonríe y lo “rejuvenece”.
La defensiva de San Diego terminó ranqueada undécima en puntos permitidos el año pasado, y para muchos es una unidad subestimada.
“No queremos ser subestimados ni sobreestimados”, aclaró Flowers. “Queremos ser los mejores”. Más ruido, sin embargo, ha habido con respecto a la ofensiva de los Chargers en esta temporada baja.
Después de muchos rumores acerca de una potencial partida, San Diego se aseguró a su mariscal Philip Rivers hasta el 2019.
“Esa era nuestra prioridad máxima”, enfatizó Flowers. “Es uno de los mejores mariscales de la liga, tiene una intensidad única y nos va a ayudar a ganar”.
El récord de Rivers en playoffs es de 4-5, pero siendo justos con él, su ataque terrestre ha sido prácticamente inexistente desde que se fue LaDainian Tomlinson.
Por ende San Diego eligió al novato Melvin Gordon en la primera ronda del draft.
“Es un corredor fuerte que tiene mucha potencia”, describió Flowers. “Para algunos es fácil adaptarse a la NFL y para otros no tanto. Él tiene mucha hambre y estoy ansioso por ver lo que puede hacer cuando los juegos cuenten”.
Como si fuera poco, el ala cerrada Antonio Gates fue suspendido por los primeros cuatro partidos luego de violar la política de abuso de substancias prohibidas.
“No hablo sobre suspensiones de otros jugadores”, sentenció Flowers. “Pero si te puedo decir que Ladarius Green ha sido clave para nuestra ofensiva, y aunque no siempre eso se refleja en las estadísticas, estoy convencido de que hará un gran trabajo mientras no esté Antonio”.
A la vez los Chargers sumaron al receptor abierto Jacoby Jones para sumar en retornos y estirar la cancha a la ofensiva. La ofensiva tendrá un nuevo look y los fans de San Diego están optimistas. Confianza que comparte Flowers, quien “sólo quiero que puedan depender de mí”.
“Este año tenemos mejor química que el año pasado”, agregó Flowers. “En el papel estamos listos, pero hay que demostrarlo ahora”.
Los Chargers ganaron nueve partidos el año pasado, pero no les alcanzó para llegar a los playoffs. Con algunos nuevos nombres y la esperanza renovada, San Diego confía en volver al lugar que ellos creen que pertenecen.
“Al igual que los otros 31 equipos, nuestra meta es el Super Bowl”, concluyó Flowers. “Veremos dónde llegamos”.