MAR DEL PLATA -- A pesar del frío y la poco auspiciosa presentación que habían tenido Los Pumas en Tucumán, el amor que el público siente por este seleccionado se vio reafirmado en el estadio mundialista José María Minella.
Los ocho grados de temperatura y una tenue, fina y caladora llovizna completaron el cuadro, junto con las 15 mil personas que estuvieron en las tribunas, de una tarde que no regaló alegrías desde el campo de juego. De todas maneras, el público aportó su tradicional colorido con la presencia de miles de chicos de distintos clubes que se acercaron a alentar a sus ídolos.
Las ahora famosas vuvuzelas, repartidas en algunos sectores de la popular, se sintieron mientras un coro de trompetas entonaba el himno del mundial de fútbol. En plena competencia de la redonda era infaltable el toque futbolero en una tarde de sábado. Los Tilos, Olivos, Alumni, San Albano, Necochea, San Remo, Chascomús, Comercial y muchos equipos más se vieron representados en banderas y camisetas que dijeron presente en el Minella.
Los gaiteros, coreados por un grupito de escoceses con sus tradicionales polleras sin importar el intenso frío, rememoraron los sonidos típicos de la pradera británica, tan lejos de Mar del Plata. El mate, amigo inseparable de jornadas como ésta, fue un denominador común entre los asistentes.
En la platea, envueltos en poderosos abrigos, Marcelo Loffreda y los máximos dirigentes del rugby argentino seguían las alterativas de un encuentro que dejó mucho para analizar. También se encontraban jugadores como Miguel de Achával, Federico Meyrelles o Juan Ignacio Figuerola que comentaban las alternativas del encuentro.
El clásico foso de agua que separa la cancha de las tribunas quedaba como un decorado en desuso mientras se cantaba por Los Pumas y se vitoreaba a cada uno de los jugadores en su ingreso al campo de juego. La alegría que siempre se vive en los alrededores del campo de juego cuando el seleccionado argentino de rugby sale a escena se palpó desde el primer momento, a pesar de las circunstancias.
Hasta hubo tiempo para un homenaje en el paso de conjunto de Phelan por La Feliz. Varios representantes de Los Pumas del '65 (año en que fueron bautizados como tales durante una gira por Sudáfrica) fueron distinguidos por cumplirse 45 años de aquel histórico momento. Alberto Camardón, Héctor Silva, Eduardo Scharemberg, Raúl Loyola, Luis Gradín, Ricardo Handley y Arturo Rodríguez Jurado fueron algunos de los que bajo la llovizna helada recibieron la placa alusiva y el aplauso de todos.
Con el avance de la tarde y las elocuentes imágenes que llegaban desde el césped, la efusividad se fue extinguiendo con el partido hasta que, cuando el árbitro pitó el final, un murmullo despidió a los jugadores de Felipe Contepomi.