SAN LUIS -- A una victoria de distancia. Ahí es donde ellos se encuentran.
A una victoria de distancia de un momento en el tiempo que no sería como cualquier otro título del béisbol, quizá de cualquier espectáculo de béisbol, que hayamos presenciado en nuestros días caminando sobre el Planeta Tierra.
Los Medias Rojas de Boston están ahora a una victoria de ganar la Serie Mundial. Pero eso ha ocurrido antes.
Sin embargo, esto es lo que no ha pasado antes –al menos no durante las vidas de esos hombres uniformados. O las vidas de sus padres. O, muy posiblemente, las vidas de sus abuelos:
En esta ocasión, los Medias Rojas están a una victoria de ganar la Serie Mundial en Fenway Park. Y eso, amigos, es una hazaña para los profesores de historia entre nosotros, mucho más que para los aficionados que acampan afuera del estadio, los que llaman a los programas de discusión en la radio y los locos por del deporte entre nosotros.
Su título de 2004 fue ganado en San Luis. Su título de 2007 fue ganado en Denver. Pero esto sería diferente. Sería épico. Literalmente, le cambiaría la vida a millones de personas.
Este sería el último acto para acabar con una maldición por parte de una franquicia que ya no es desafortunada. Esta desataría los fuegos artificiales en un parque donde Babe Ruth alguna vez lanzó, donde Ted Williams alguna vez bateó .406, donde Jimmie Foxx alguna vez ganó el premio al JMV. Donde Mel Parnell, Sad Sam Jones, Luis Tiant y Lefty Grove ganaron 20 partidos.
Esta sería por Fenway ...
Por primera vez desde la administración de Woodrow Wilson. Por primera vez en 95 años. Piensen acerca de eso.
"Desde 1918", dijo un históricamente astuto Jonny Gomes la noche del lunes, luego que su equipo se había puesto en esa posición con otra vibrante victoria por 3-1 sobre los Cardenales. "Mil novecientos dieciocho".
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Jon Lester se puso ahora 2-0 en Series Mundiales después de otra dominante actuación para los Medias Tojas.
"Hay algunas personas que han esperado toda una vida para que esa posibilidad se diera", añadió, mientras acariciaba una barba que hubiera encajado perfectamente entre las tendencias de la moda en 1918. "Y no pueden decir eso acerca de muchas ciudades".
No, no pueden. Entonces él y sus compañeros se encontraron intentando visualizar lo que será el miércoles por la noche en Fenway, cómo se sentirá y cómo se escuchará cuando la Serie Mundial se reanude. Eso casi desafía sus imaginaciones vívidas.
"Puedo imaginarlo", dijo Shane Victorino, quien hace cinco años conquistó un título que puso fin a la sequía en Filadelfia. "He estado en esa posición, y tuve ese lujo. Y también estuve del otro lado. Jugué en una Serie Mundial donde perdimos. Pero puedo imaginar cómo estará Fenway, cómo estará la ciudad, cuánta emoción habrá".
Cuando empezó a hablar acerca del miércoles por la noche y todo lo que han hecho para llegar ahí, ustedes podían escuchar que su voz se elevaba. Casi podían escuchar cómo palpitaba su corazón. Y luego sacudió su cabeza, al sentir una ola de escalofríos.
"Estoy emocionado ahorita", dijo Victorino, antes de que él y sus compañeros se dirigieran a tomar un vuelo placentero de vuelta a casa. "Quiero volver. Quiero jugar mañana, por el simple hecho de pensar en eso".
Bueno, ellos tendrán que esperar hasta el miércoles por la noche. Las reglas son muy claras en ese aspecto. Y por más difícil que sea eso, cuando llegue el miércoles por la noche, el trabajo será aún más difícil – porque ellos no habrán ganado nada todavía.
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Después de conectar tres imparables en el Juego 5, David Ortiz After getting three hits in Game 5, David Ortiz promedia ahora con el bat .476 después de tres Series Mundiales.
Ellos todavía deben vencer al mejor equipo de la Liga Nacional. Un equipo que ha ganado 106 partidos este año. Un equipo que conquistó la Serie Mundial hace dos años, luego de estar abajo tres juegos a dos, entrando a un sexto partido. Un equipo, que de hecho, tiene un historial de arruinar muchas celebraciones en octubre.
Seis veces en la historia de la franquicia de los Cardenales, ellos han estado abajo en una Serie Mundial tres juegos a dos. Cinco de esas seis veces, ellos ganaron el sexto y séptimo partido, y se coronaron en esas Series Mundiales. Así que nadie tiene que explicarle a los Cardenales de San Luis que esto sí se puede lograr.
"Ustedes saben, nuestros muchachos han estado contra la pared antes", dijo su mánager, Mike Matheny. "Y esto es algo que no es extraño para ellos. Saben qué deben hacer".
Sin embargo, cuando ellos hicieron esto hace dos años, ganaron el sexto y séptimo juego en casa. Al igual que en 1982 y 1946. Ahora tienen que hacerlo en gira, donde rara vez se ha logrado.
Los libros de historia nos dicen que 26 equipos en la historia de la Serie Mundial se han encontrado en la posición de los Cardenales –abajo tres juegos a dos, y obligados a ganar el sexto y séptimo juego en gira. Solamente seis de esos 26 lo lograron. Ningún equipo lo ha hecho desde que los Piratas en 1979 lo consiguieron en Baltimore. Ningún equipo de los Cardenales lo ha hecho desde 1934 (en Detroit).
Pero los Cardenales, señala Matheny, comenzarán con "la mentalidad de no creer en ninguna estadística, predicción o momio, y simplemente salir a jugar el partido".
Y esa es una idea excelente –pero no solo para ellos. El equipo con la oportunidad para hacer historia sabe que todavía no es momento de descorchar la champaña, no importa lo ruidosa que sea la fiesta el miércoles por la noche.
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John Farrell ha conducido a su equipo a una victoria del título de la Serie Mundial.
El lunes por la noche en San Luis, estos Medias Rojas ganaron otro increíble partido de béisbol en octubre, con otra espectacular apertura en postemporada de Jon Lester (4-1, 1.56 este octubre), con otro rally dramático en los innings finales, anotando dos carreras enormes en la séptima entrada ante el as de los Cardenales Adam Wainwright, en una noche donde Wainwright se convirtió en el primer abridor de los Cardenales desde Bob Gibson, en conseguir doble dígito de ponches en un partido.
Pero luego, "no hubo mucha celebración, para ser honestos", dijo Gomes. "Solamente era atender nuestro asunto, con la mirada en el premio, nos vamos a casa. Obviamente, esta victoria fue inmensa. Pero no fue celebrada de la forma en cómo sería festejada la siguiente victoria".
Y a todo esto, ¿cómo sería celebrada la próxima victoria? ¿Como en 2004? ¿Como Mardi Gras? ¿Como ambas combinadas en una sola?
Tendremos una probadita de eso el miércoles por la noche, cuando se abran las puertas de Fenway y 38,000 personas ingresen para comenzar a saborear una experiencia que ellos no podrán disfrutar realmente hasta que –hum, mejor digamos si es que—eso ocurre.
En solamente otras dos ocasiones desde esa Serie Mundial de 1918, un equipo de los Medias Rojas –o sus aficionados—llegaron a Fenway, sabiendo que esa noche podría finalizar como la noche de este miércoles puede terminar.
Una fue el séptimo juego de la mítica Serie Mundial de 1975, el día después del cuadrangular de Carlton Fisk, cuando un sencillo de Joe Morgan en la novena entrada les rompió sus corazones.
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La mayoría lo ubica como cátcher defensivo, David Ross ayudó a los Medias Rojas con su bat, impulsando la carrera con la que se fueron al frente con un doblete en la séptima..
El otro fue el séptimo juego de la Serie Mundial 1967, cuando Bob Gibson pulverizó esos hermosos sueños de Nueva Inglaterra, tirando la ruta completa, permitiendo tres hits y ponchando a 10, en una exhibición de brillantez como sólo Gibson podía hacer.
Y eso ha sido todo—en un periodo que ahora, increíblemente, está a cinco años de cumplir un siglo. Pero el miércoles, este equipo tiene una oportunidad más de despertar a los fantasmas de Fenway, y hacer lo que todos esos otros equipos de los Medias Rojas nunca pudieron realizar.
"Será una atmósfera increíble", dijo Gomes. "En verdad. Para los jugadores también. Pienso que todos conocen el escenario donde estaremos. Los vamos a presionar".
El portal de reventa de boletos, Ticketsnow.com, tiene localidades para este partido hasta en $8,550 cada uno. En StubHub, asientos detrás de la caseta pueden ser encontrados por solamente $11,552 cada uno.
Así que, aparentemente, habrá un ligero interés—porque también podría haber un poco de historia
"Esos aficionado harán mucho ruido", dijo Gomes. "Sabemos que estarán apoyándonos".
Durante seis meses, ha existido una conexión especial entre estos hombres y la gente que llenará las tribunas del parque el miércoles. Comenzó en una trágica tarde en abril, cuando dos bombas explotaron cerca de la línea de meta en el Maratón de Boston, y 25 jugadores se pusieron de pie para ayudar a sanar las heridas. Y solamente se ha fortalecido desde entonces.
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Koji Uehara necesitaba 15 lanzamientos para sacar cuatro outs y derrotar a los Cardenales por segunda noche consecutiva.
Así que si este equipo es el que termina con la sequía en Fenway, el júbilo sería un poco más profundo. La música sonaría un poco más fuerte. Y la celebración sería la mejor experiencia compartida, porque el vínculo entre este equipo y su afición es tan bilateral como cualquiera que se pueda ver en los deportes.
"Estoy emocionado", dijo el receptor David Ross, el hombre cuyo doble de terreno con un out en la séptima ante Wainwright, produjo la carrera de la victoria en este partido. "Saben, tenemos mucho trabajo por hacer. Así que no he pensado demasiado en la afición o en el ambiente. Es una de esas cosas donde intentas mantenerte en la tarea que tienes frente a ti.
"Pero creo que la asociación con la ciudad es algo especial. Pienso que la ciudad ha aprendido a querernos tanto como a nosotros nos encanta jugar ahí. ¿Saben a qué me refiero? Es mutuo. Ellos ven cuánto nos divertimos. Y pienso que logramos que el béisbol fuera divertido para ellos otra vez. Y, a cambio, ellos nos dan esa energía. Y les gusta que seamos estos personajes. Y es una sensación cálida".
Entonces, el miércoles, ellos volverán una vez más al vetusto parque de pelota. John Lackey intentará nuevamente superar al fenómeno de los Cardenales Michael Wacha. Y los Medias Rojas de Boston se prepararán para hacer lo que Williams, Yaz, Lynn, Rice, Clemens y Buckner nunca pudieron hacer:
Levantar el trofeo de la Serie Mundial adentro de Fenway Park.