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Hazlo por nosotros

Estimado Matt Leinart,

Pareces un tipo razonable. Nos entretuviste bastante un año atrás, con tu divertida aparición como periodista de ESPN The Magazine. Vas camino a superar a Jake Plummer como el mejor mariscal de los Cardinals desde Neil Lomax, con la posible excepción de Timm Rosenbach en su única temporada buena. Así que nos duele verte en una fiesta en tu casa, con una playera en mal estado, dando cerveza a través de un embudo y compartiendo un jacuzzi con chicas de 20 años a las que nadie conoce.

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Una de las fotos publicadas en el sitio thedirty.com

Tus fiestas podrían ser --deberían ser-- mucho más salvajes.

Si eres un mariscal de campo rico y famoso, deberías estar conduciendo autos más deslumbrantes, vistiendo ropa con más estilo, bebiendo licores más exóticos y viviendo en general una vida mejor y más cara que el hombre promedio de 25 años, que no lanza balones, que habita en un pequeño hogar suburbano y tiene dificultades para cumplir con el siguiente pago de su Mitsubishi Eclipse.

Y tus mujeres: deberían ser modelos, actrices, modelos/actrices, o al menos alguien que haya visitado alguna vez la gruta de Hugh Hefner.

En síntesis, tu vida debería ser algo a lo que nosotros podamos aspirar. Inalcanzable. Piensa en Joe Namath durante sus días de gloria, con una acompañante de lujo en cada brazo, compartiendo tragos con Frank Sinatra. Piensa en un video de rap. Piensa en cualquier cosa que no parezca una reunión colegial en la casa del vecino.

Y además, no tienes excusa. No estás casado, no estás protegiendo la imagen de un Jordan/Tiger, no estás jugando para un equipo competitivo, con una base rabiosa de fanáticos que alimentan expectativas reales sobre el rendimiento --y comportamiento-- de su mariscal. No eres visto como un jugador pulcro, incapaz de cometer un acto impuro, como Peyton Manning. ¡Demonios! Ya te han vinculado con Paris Hilton, y mejor aún, vives en Scottsdale, que básicamente es como L.A. sin la playa.

Estás en perfecta posición para que tus fiestas sean como las de una estrella de rock. Al fallar en eso, básicamente estás abdicando a tus responsabilidades sociales. A tus obligaciones sociales.

Si no vas a hacerlo por ti, al menos hazlo por nosotros.

Ah, y deja de invitar a Nick Lachey a tus fiestas. Probablemente eso sea parte del problema.