¿Recuerdan todo el dinero que los Medias Rojas de Boston se ahorraron al enviar a Carl Crawford, Josh Beckett, y Adrián González a los Dodgers de Los Angeles el verano pasado? Bueno, ese dinero fue utilizado hoy cuando le dieron a Dustin Pedroia una extension de contrato de siete años y $100 millones, que mantendrá al intermedista en la ciudad hasta poco después de cumplir los 38 años.
Usualmente, cuando hablamos sobre contratos, hablamos sobre cuál de las partes salió más perjudicada. Pero esta vez, tenemos una rareza en nuestras manos al ver un contrato a un jugador estelar que es absolutamente justo para ambas partes.
Tanto los Medias Rojas como Pedroia entran a este acuerdo bajo sus propios riesgos. Los Medias Rojas, al firmar a Pedroia con un acuerdo que no comenzará hasta el 2015, toman un poco de incertidumbre. Pedroia, quien cumplirá 30 años en agosto, es una superestrella, pero muchas cosas pueden suceder en año y medio, desde algo imprevisto, como un hombre dañado o una desgarre en la corva, o algo menos spectacular, como que Pedroia baje su producción a medida que entre a sus 30 años.
Los Medias Rojas también están contando con que Pedroia tenga éxito sostenido en la parte final de sus 30 años, algo que no es garantizado para grandes jugadores del medio del cuadro interior. Jeff Kent envejeció bastante bien, con años estelares hasta que cumplió 40 años y Lou Whitaker siguió siendo una estrella a medidados de sus 30 años, pero Joe Morgan solo tuvo una temporada con WAR de 4 luego de cumplir 33 años, Ryne Sandberg ya no era una estrella a los 32 años y Roberto Alomar estaba acabado a los 35 años.
Boston también eliminó la opción que tenían para el 2015 en su anterior contrato valorada en $10 millones, algo que tenía bastante valor dado que era una muy razonable cantidad de dinero para un jugador de su calibre.
Sin embargo, los riesgos no están totalmente en el lado de los Medias Rojas. Aunque $100 millones puede sonar como mucho dinero – mi banco estaría muy descontento conmigo si yo escribiera un cheque por $100 millones – no es mucho dinero cuando se habla de jugadores estelares. El valor promedio anual del acuerdo es de casi $14 millones, y si asumimos de forma conservadora que el crecimiento de los salarios en el béisbol sigue en un 4 por ciento anual (históricamente va a ser un 6-8 por ciento), $14 millones por año no es mucho para un jugador estelar. De hecho, no es mucho para un jugador estelar ahora mismo.
En regreso por tomar este riesgo, en esencia Pedroia ha aceptado que nunca se le pague como una estrella. Eso le da a los Medias Rojas la ventaja en la parte final del acuerdo, una rareza cuando está involucrado un jugador estelar como este. Si Pedroia es uno de esos jugadores que envejece bien, los Medias Rojas podrían tener una ganga en sus manos.
Como uno esperaría de un sistema de proyección, el ZiPS no predice algo bueno en términos de tiempo de juego para un jugador del medio del cuadro a lo largo de la siguiente década. De hecho, para el final del contrato, ZiPS no ve con buenos ojos a Pedroia, proyectándolo con números de .258/.314/.376 en 93 juegos en la temporada 2021 para los Medias Rojas, con defensiva por debajo del promedio en ese punto.
Pero los números son tan razonables que realmente no lastimarían a los Medias Rojas si Pedroia está acabado a los 36, 37 o 38 años. Desde el 2015 al 2021, el ZiPS proyecta WARs para Pedroia de 4.0, 3.5, 3.2, 2.6, 2.2, 1.6, y 0.9. Si consideramos que un WAR de 1 está valorado actualmente en cerca de $4.9 millones en el mercado de agentes libres y metemos en la ecuación el crecimiento de los salarios del 4 por ciento, eso nos da como resultado una actuación valorada en unos estimados… (esperen) … $100.03 millones.
No es común que veamos un contrato como este que sea bueno para ambas partes. Pero esta es una de esas veces. Practicamente los Medias Rojas se garantizan que tendrán la mejor parte de la carrera del mejor intermedista en la historia del equipo (lo siento Bobby Doerr, pero Pedroia se te está acercando rapidamente). Financieramente Pedroia se asegura a si mismo contra su declive y las lesiones y cimenta su lugar en la historia de los Medias Rojas.
Cuando un boquiflojo sarcástico como yo no tiene nadie de que quejarse, solo hay una palabra que le encaja a esto: perfección.