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Paris 2024: ¿Cuál es la recompensa de Alegna González en la marcha?

La marchista Alegna González estaba harta de la marcha y para sentirse una persona normal, premia sus participaciones con unos Takis a final de la prueba


Alegna González se contornea en medio del tráfico. La atleta que representa a México en la disciplina de marcha en Paris 2024, entrena todos los lunes por la mañana en medio del tránsito que se acumula en la concurrida avenida Canal de Río Churubusco. Cualquiera pensaría que su zig zag eterno es en busca de una medalla al final de cada competencia, pero no, la recompensa infaltable es un pequeño desliz, una bolsa de Takis, “de los picosos”.

“En el camellón hay un circuito de tres kilómetros y todos los lunes venimos a entrenar, ahí estamos y viene pasando el tráfico. De repente pasa gente y me reconoce, y nos echa porras”, dice entre sonrisas Alegna González, en Ride a París de ESPN.

“Me llamo Alegna Ariday, que es el nombre al revés de mi mamá”, así se presenta la marchista mexicana que luchará por una medalla olímpica en Paris 2024. A la deportista se le pregunta qué es lo que nunca le puede hacer falta en sus competencias y sonríe, “una bolsa de Takis o de papas”, y de los morados, “los que pican”.

“Siempre traigo unas papitas, llevo mis papitas para después de la competencia, para sentir que es mi premio, antes no las puedo comer porque me podría doler la panza, siempre unas papitas bastantes picosas”, reconoce Alegna González.

Alegna González, harta de la marcha, solo quería ser una persona normal

Alegna González es huésped desde hace nueve años del Centro Nacional de Alto Rendimiento (CNAR), que sostiene la CONADE en la CDMX, gasta sus tiempos libres en películas y series, y al menos en tres ocasiones ha pensado en no volver a entrenar, porque, describe ella, alguna vez deseó ser “una persona normal”.

“Cada año, era un tema que tenía con mi entrenador, llegaba la competencia más importante y ya estaba harta, ya no quería entrenar, porque decía que quería ser una persona normal, el desgaste físico era algo muy grande. Sí me gusta la marcha, pero no sé hasta qué tanto estuve dispuesta a enfocarme en ella. Estuve tres o cuatro años, en la que cada temporada decía: ‘no, hasta aquí’”, revela la atleta de 25 años, originaria de Ojinaga, Chihuahua.

“¿Qué es ser una persona normal?”, se le pregunta a Alegna González. Hace una pausa y luego contesta: “Yo no sé por qué decía eso, decía que una persona que va a la escuela, que sale con sus amigos, que se ve con sus amigos y familia, que pueden ir a platicar y tomar un café, quería eso, me daban celos de ver a mis amigas haciendo su vida normal y quería tanto estar con ellas, con mi familia. Se juntaban para la carnita asada, yo quería estar ahí. No sólo entrenar, comer, dormir y volver a entrenar, porque al día siguiente te toca otra vez entrenamiento pesado”, acepta una de las esperanzas de medalla en los Juegos Olímpicos 2024.

Alegna renegaba al principio de la marcha, debido a que le daba pena el movimiento de cadera característico de esa disciplina, también se enojaba porque en su familia le decían “beba”, "ahora lo veo con nostalgia y me gusta que me digan así".

“Yo creo que me hice solitaria, siempre fui muy amiguera, que después de la escuela iba con sus amigas. Con el tiempo me di cuenta que aprecio los momentos en los que estoy sola, puedo liberarme y no estar con una presión de estar con una persona”, menciona la marchista.

La bella durmiente que aspira a una medalla en Paris 2024

En Tokio 2020, Alegna González se presentó en la disciplina de marcha con un quinto lugar. Eso hizo voltear a ver a la joven de 1.60 metros de altura y de complexión delgada, “por más que como no engordo, es parte de mi genética y me funciona (sonríe)”. Sus resultados y ser la segunda atleta que se clasificó a Paris 2024 por México, ponen a la 'bella durmiente' como una de las favoritas a medalla.

“La bella durmiente es mi personaje, me considero como ella, me encanta dormir y su forma de ser”, dice Alegna González.

Alegna González asegura que le gustaría enfocarse en la política, una vez que termine su etapa como deportista, pero por ahora está centrada en la competencia que le hará caminar a un costado de la Torre Eiffel, en París, Francia, para al final del recorrido de 20km abrir una bolsa de papas fritas con chile.

Sobre la posibilidad de ganar una medalla olímpica, sonríe, y sólo dice “esperen más de Alegna”.

Puedes ver el episodio completo de Ride a París con Alegna González aquí