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Kevin Cordón, la historia de quien soñó ser futbolista y logró un cuarto lugar olímpico en bádminton

El zacapaneco logra una actuación histórica en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

TOKIO, JAPÓN -- Los primeros recuerdos de Kevin Haroldo Cordón haciendo deporte son con un balón de fútbol en las canchas y calles de su natal La Unión, Zacapa, a unos 195 kilómetros de la Ciudad de Guatemala. Entre el campo con su abuelo y las ‘chamuscas’ con sus amigos, disfrutó de una infancia alegre, siempre muy cerca de su familia.

Su padre siempre menciona en las entrevistas que Kevin era un muy buen futbolista y soñaba con llegar a ser profesional y dicen que no hay zurdo malo. De hecho, lo nombró Kevin en honor al exdelantero de Inglaterra Kevin Keegan. Pero, el destino le tenía preparada otra historia. De triunfo, sí, pero en otro deporte. El bádmintón, que Kevin conoció hasta los 12 años.

En 1998, cuando le daba la bienvenida a la adolescencia, llegó al municipio don Amílcar Castañeda, quien había practicado el bádminton en Estados Unidos. Quiso integrarlo a la educación de los lugareños y lo difundió en las escuelas del sector. Improvisó una cancha en una bodega, sin imaginar que colocaría los cimientos de la carrera de un cuarto lugar olímpico.

A la Ciudad

Kevin práctico el bádminton en La Unión durante los siguientes tres años, hasta que miembros de la Federación Nacional de Bádminton de Guatemala lo observaron y decidieron que debía viajar a la Ciudad de Guatemala. Fue después que Cordón ganó un torneo juvenil en Quiché.

Con 15 años dejó a su familia, a sus amigos, su pueblo, las costumbres y se instaló en la casa club de la Federación. Sabía que era la decisión que marcaría su futuro. Así, sin ni siquiera tener la mayoría de edad, ingresó al mundo del deporte de alto rendimiento. Su vida empezó a girar alrededor del bádminton.

Kevin Cordón tiene un don y lo puso a disposición del bádminton. Sus primeros Juegos Olímpicos fueron en Pekín 2008, portó la bandera de Guatemala en la inauguración. También estuvo en Londres 2012, un año antes de que viviera uno de los momentos más difíciles de su carrera y de su vida.

Del posible retiro a la gloria

En 2013 sufrió una rotura total de ligamento cruzado anterior de la pierna derecha en un torneo en Perú. Días después su hermano Marvin falleció en un trágico accidente de automóvil. Muchos pensaban que Kevin Cordón no volvería al alto rendimiento. Eran dos golpes muy fuertes, uno más físico, el otro más del corazón.

Pero, para un guerrero no hay imposibles, no existen derrotas, existe caer y levantarse. Kevin Cordón volvió a las olimpiadas que cerraron en Río 2016. Una lesión lo dejó fuera del protagonismo.

Con tres Juegos Olímpicos encima, el resurgir del ave fénix llegó en Tokio 2020, unas justas de verano que se realizan en 2021. Kevin llegó encendido, en un excelente estado físico y una fuerza mental envidiable. Trabajó con expertos en Nuevo León, México, y cuando la pandemia golpeó más fuerte y su Federación cerró, no se quedó sin nada que hacer. Por propia iniciativa, buscó un lugar, improvisó un salón parroquial y lo convirtió en cancha de entrenamiento para mantener el ritmo.

El niño que jugaba al fútbol en La Unión, Zacapa, le ha regalado a Guatemala una actuación memorable en Juegos Olímpicos. ¡Viva Kevin Cordón!