Tras la victoria por 40 a 14 ante Australia en Auckland, Nueva Zelanda se coronó por novena vez del Rugby Championship, torneo que también reúne a los seleccionados de Argentina y Sudáfrica. En una edición marcada por la irregularidad, el plantel de los All Blacks consiguió un nuevo título.
Los neozelandeses culminaron primeros con 19 puntos, seguidos por Sudáfrica con 18, Australia con 10 y en la última posición los argentinos con 9. La derrota de Los Pumas por 38 a 21 ante los Springboks le sirvió a Nueva Zelanda para gritar campeón, ya que los sudafricanos debían ganar por mayor diferencia si querían alzar el trofeo.
En esta temporada, los dirigidos por Foster tuvieron un actuar de menor a mayor, debido a que cayeron en el debut ante Sudáfrica por 26 a 10, y en la tercera semana no pudieron triunfar como locales ante Argentina y perdieron 25 a 18 en Christchurch. El resto de los encuentros fueron victorias para los neozelandeses. En total marcaron 195 puntos y recibieron 128, consiguiendo un diferencial de 67 puntos.
Como equipo, Nueva Zelanda venció 133 defensas, efectuó 565 tackles y recorrió 4.574 metros. Los All Blacks fueron el equipo con más tries al marcar 24. En la competición, los neozelandeses ganaron el 87.5% de los lineouts, el 94% de los rucks y el peor desempeño lo tuvieron en los scrums donde solo le fueron beneficiosos el 80%. Con respecto a las tarjetas, el equipo contó con 4 amarillas en el transcurso del torneo, siendo el seleccionado más disciplinado.
En cuanto al plantel neozelandés, Samisoni Taukei’aho fue el tryman de la competencia con 5 tries. Mientras que, en lo referido a puntos totales, allí Richie Mo’unga tomo la delantera con 71 puntos, junto al argentino Emiliano Boffelli, seguido por Taukei’aho con 25 y Jordie Barret con 17. Samuel White Lock se destacó por alcanzar los 20 lineouts ganados.