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El emotivo recuerdo de Agustín Pichot a 30 años de su debut en Los Pumas

Agustín Pichot, en su debut en Los Pumas. AP9_

Un 30 de abril pero de 1995, Agustín Pichot, uno de los jugadores más emblemáticos de la historia de Los Pumas, realizó su debut absoluto con el seleccionado mayor argentino: "Hace 30 años, conocí la felicidad", recordó.

En Brisbane, ante los Wallabies y con 20 años, Pichot hizo su estreno en Los Pumas en lo que fue la caída por 53-7 ante el conjunto australiano. En aquel encuentro, el exmedio scrum apoyó el único try del combinado albiceleste.

Luego, el integrante del Salón de la Fama de World Rugby dejó su huella en el rugby argentino: 71 caps, 12 tries y capitán del histórico plantel que se quedó con el tercer puesto en el Mundial de Francia 2007.

En su publicación en sus redes sociales, Lionel Messi, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, se tomó un momento para dejarle un gran saludo.

La emotiva carta de Agustín Pichot recordando su debut en Los Pumas

"En esa entrega de camisetas, en ese cuarto… el Cheto emocionado, glorias como Diego Cuesta Silva, el Bebe Salvat, a quien había admirado en el Mundial 87. Compañeros que veía hasta hacía poco por tele y eran cracks, Lisandro Arbizu, Pedro Sporleder… todo me parecía irreal.

Me fui con mi primera camiseta a dormir abrazándola bien fuerte; no quería que sea un sueño. Lo había soñado tantas veces que no quería soltarla.

Leí los faxes de Flor, de papá, mamá, Bárbara, Enrique y Joaquín, de la Yaya, Pelu y de La 74 y amigos … todos durmieron conmigo y todos entraron a la cancha conmigo.

La mañana era perfecta. Armé el bolso, miré los botines. Puse tapones un poco más bajos porque hacía calor… seguí mi rutina… las cábalas que me acompañarían para siempre. Música en el camino al estadio. Silencio sepulcral. Andrés Calamaro me acompañaba, como siempre, al estadio con su voz… miraba por la ventana. Todo me parecía un sueño.

El sol en el Ballymore Stadium brillaba más que nunca. Sonó el himno y se me paralizó el mundo. Pasaron todas las imágenes juntas, desde el anexo del CASI en Escobar, hasta el día que jugué mi primer partido en La Catedral…

Pensé en mi papá, que jamás imaginó que su hijo llegaría a lo que él tanto había soñado… Pensé en mi gente, era todo gracias a ellos…. Y salí a divertirme… a brillar… salí a jugar… jugué con todo lo que tenía. Con mi corazón en la mano… sin dejar nada, nada, nada en mí. Dejé todo. Siempre supe que con esa camiseta venía una gran responsabilidad; dejar absolutamente todo. Y así fue nuestra relación de amor. Desde ese día y por más de 70 partidos más nos amamos con locura.

Me hizo feliz… de miles de maneras. Me llevó por el mundo, me desafió a ser el mejor, me enseñó de humildad, a ser la mejor versión de mí, pero, sobre todo, me explicó que la vida sólo tiene sentido si los logros que se consiguen son en equipo.

Pasaron 30 años y sigo sintiendo que ese día mi vida cambió para siempre. Desde aquel día ese amor fue de las cosas más lindas que viví"´.