Garbiñe Muguruza animó el circuito WTA durante muchísimo tiempo en su carrera. Entre otras grandes cosas, ganó tres de los títulos más grandes del tenis: Roland Garros (en 2016), Wimbledon (2017) y las WTA Finals en Guadalajara (2021). Ese torneo que la consagró como Maestra fue la última muestra de su gran tenis. Desde entonces, casi todo ha sido un calvario.
Por lo pronto, en el presente Abierto de Australia se despidió en la primera ronda ante Elise Mertens (32°) con parciales de 3-6, 7-6 (3), 6-1. La particularidad es que la ex N°1 del mundo, hoy 73° del listado mundial, sacó para partido en el segundo set (6-5). Sin embargo, no lo pudo cerrar y la desconfianza que acarrea la afectaron tanto física como tenísticamente en el tercer parcial.
A pesar de su mal pasar, la bicampeona de Grand Slam se había mostrado positiva en la previa al torneo: "A veces ir de favorita no ayuda porque mucha gente espera mucho de ti y tú tienes esa presión. No creo que sea una candidata pero tengo muchas opciones de seguir avanzando”, explicó la nacida en Venezuela, que saldrá del Top 80 y tocará su peor ranking desde mayo de 2013.
Ese posición tan baja para lo que acostumbra no es, por supuesto, resultado de una corta mala racha. Sino que es algo con lo que lucha la española desde hace un buen tiempo. Terminó el 2021 en el Top 3 y con el título en Guadalajara, pero en 2022 llegó a cuartos de final solamente tres veces en toda la temporada (récord 12-17). En el presente 2023 ya son tres derrotas en fila, sin triunfos.