El torpedero panameño Rubén Tejada aseguró este martes que no guarda rencor alguno, por lo sucedido durante la Serie Divisional de la Liga Nacional, el año pasado, entre Mets de Nueva York y Dodgers de Los Ángeles, cuando resultó fracturado en una fuerte barrida por parte de Chase Utley, en la intermedia, durante una acción del segundo duelo, celebrado en Dodger Stadium.
''No, yo ya no puedo hacer nada con eso que sucedió, eso ya pasó, y yo solo pienso en seguir viendo hacia adelante, haciendo mi trabajo, hacer lo mío, que es jugar a la pelota'', respondió Tejada, a la pregunta sobre si yá había perdonado a Utley, el veterano segunda base de los Dodgers, por su violenta entrada, misma que marcó un antes y un después, en cuando a las barridas de los corredores, en el beisbol de grandes ligas.
Tejada integraba la novena de los Mets el año pasado y en la presente temporada defiende los colores de los Cardenales de San Luis, que a partir del viernes llegan a Chávez Ravine para una serie de tres juegos frente al equipo que comanda Dave Roberts.
¿Te trae malos recuerdos el estadio de los Dodgers?
''Yo estoy tranquilo, porque ya lo que sucedió en el pasado, quedó atrás y gracias a Dios que estamos aquí, nuévamente, con la idea de seguir adelante y saludable, que es lo más importante'', apuntó el pelotero, en entrevista con ESPN Digital, en Anaheim, California.
Porque hoy por hoy, Tejada pertenece a la organización de los Cardenales, que llegaron al Condado de Orange para organizar un festín de bateo y dispararon, 4 batazos de cuatro esquinas y un total de 8 extrabases, para triturar a los Angelinos de Mike Scioscia por pizarra final de 8-1, en el duelo inicial de una tanda de interligas que comprende tres desafíos, con el Estadio de la A Gigante como sede.
''Toda victoria es importantísima y esa es la manera en que debemos salir al terreno de juego, a darlo todo por lograr la victoria. Haciendo eso cada día, al final del año habrá un tremendo resultado'', señaló el campocorto canalero, quien en este duelo apareció como bateador emergente, en el séptimo episodio, lléndose en blanco en dos visitas a la caja de bateo.
El que se sirvió con la cuchara grande, fue Matt Carpenter, quien la botó del parque en dos oportunidades, en el primero y en el sexto episodio, el tercer juego con múltiples cuadrangulares de su carrera.
También la descosieron Matt Holliday, en el mismo sexto acto y Randall Grichuk, quien remolcó tres carreras con su palo por la cerca del bosque central, en el quinto capítulo.
El abridor derecho Mike Leake (1-3, efectividad 5.10), con una labor de 8 entradas completas, en las que permitió 6 imparables y una carrera, se quedó con el triunfo.
El perdedor fue el zurdo boricua Héctor Santiago (2-2, efectividad de 4.07), luego de permanecer en la loma únicamente durante 4 entradas y un tercio, pues fue castigado con 7 hits y 4 anotaciones.
Los aureolados lograron evitar la blanqueda, con el pisa y corre del segunda base Cliff Penninngton, en un elevado de sacrificio por parte de Kole Calhoun, en el octavo acto.