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La Serie del Caribe es mejor cuando se juega en México

CULIACÁN -- Por muchas razones, la Serie del Caribe tiene un sabor especial cuando se juega en México, comenzando por el inigualable sabor que le ponen los fanáticos locales a un encuentro de béisbol.

Cerca de 40,000 aficionados abarrotaron el Estadio de Tomateros en las primeras dos jornadas de la Serie del caribe del 2017, que se celebra en Culiacán, en el estado Sinaloa del noroeste mexicano. De acuerdo a los organizadores del campeonato, todos los boletos de las seis fechas se vendieron con mucho tiempo de antelación.

Eso significa que alrededor de 120,000 fanáticos pasarán por las puertas del parque cuando se apaguen las luces después de la final del martes 7, algo extraordinario en comparación con los pobres números que regularmente muestra el evento en las otras sedes de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC).

La Serie del Caribe enfrenta cada febrero a los equipos campeones de los torneos invernales de Cuba, México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela. En la actual orden de montaje, el torneo corresponde a un país (que se encarga designar la ciudad sede) cada cuatro años. La rotación no incluye a Cuba, que regresó como invitada especial hace cuatro años, tras una ausencia de más de cinco décadas.

Un año después de que se jugara con las gradas prácticamente vacías en el Estadio Quisqueya Juan Marichal de Santo Domingo, República Dominicana, y una notable ausencia de promoción al certamen en las calles de la capital quisqueyana, toda Culiacán se ha volcado en apoyar un campeonato que solamente presenciaron una vez anteriormente y fue hace 16 años.

El Estadio de Tomateros, un majestuoso y moderno edificio con capacidad para 20 mil personas que construido en 2015 a un costo cercano a los $25 millones de dólares, ha sido transformado en una feria de alegría desde el miércoles, cuando la serie fue inaugurada con un impresionante espectáculo de luces, música, fuegos artificiales, baile y celebración.

Como es tradicional, las gradas han estado llenas de disfraces de personajes famosos, los colores de la bandera mexicana y de Aguilas de Mexicali, el campeón mexicano y rival de los locales Tomateros, y por supuesto de mucho ruido y celebración.

Contrario a la mayoría de aficionados regulares de la Serie del Caribe, que suelen desertar del estadio después de dos fechas si los resultados no son favorables a sus equipos, los seguidores mexicanos de la pelota van al estadio, en su país o cuando viajan al extranjero, a disfrutar la experiencia, sin importar el marcador de los partidos. Ganar, es un bono extra, no una obsesión.

Y esa es una fama ganada mucho antes de que los equipos mexicanos comenzaran a ganar títulos de Serie del Caribe con regularidad. Los clubes aztecas ganaron cinco veces (1976, 1986, 1996, 2002 y 2005) en sus primeros 30 años de participación en la Serie Mundial Latinoamericana, pero tienen cuatro (2011, 2013, 2014 y 2016) de los últimos seis. Y al ganar los primeros dos partidos de la versión actual, aseguraron participar por quinto año consecutivo en las rondas finales.

"Para nosotros la experiencia es lo más importante. Claro, como todos los demás, queremos que nuestros equipos ganen, pero regularmente no dejamos que el resultado nos amargue el momento", dijo Karla Barraza, una nativa de Culiacán que es aficionada frecuente de los partido de los Tomateros y ha participado en tres versiones de la Serie del Caribe en distintos puntos del pacífico mexicano.

"Disfrutamos, hacemos fiesta, armamos el ruido y apoyamos el equipo durante todo el juego", dijo Barraza.

"Los mexicanos son los mejores rivales del mundo: Celebran cuando ganan y balan contigo cuando pierden", dijo el dominicano Eduardo Santos, quien viajó desde Estados Unidos para acompañar a los Tigres del Licey, el equipo más ganador de todos los tiempos de la Serie del Caribe, con 10 de los 19 cetros que ha conquistado República Dominicana.

"Soy un asistente asiduo a la Serie del Caribe desde hace 20 años y para los dominicanos, venezolanos, cubanos y puertorriqueños el confraternizar con un rival que te acaba de derrotar no es algo común. No en el mismo estadio y al rato de terminar el partido. Los mexicanos son los únicos que hacen eso sin ningún problema", dijo Santos.

Más importante aún, los aficionados mexicanos están metidos de lleno en cada detalle durante el transcurso de un partido.

"El fanático de Culiacán, y de todo el béisbol de la Liga Mexicana del Pacífico, es muy enfocado. Eso se puede percibir por la forma en que se compenetra con las rutinas que se realizan en la pantalla de video o el show que se montó en la ceremonia inaugural", dijo Eduardo Moreno, director de eventos del Comité Organizador de Culiacán 2017.

Con 14 ediciones, México ha sido la sede más frecuente de la Serie del Caribe, que celebra su campeonato #59 en Culiacán. El torneo es un fenómeno tan exitoso aquí que la LMP ha propuesto a la CBPC albergar el campeonato cada dos años, dijo Omar Canizales, el presidente del circuito invernal mexicano.

"Estamos en condiciones de asumir la serie cada dos años. Proponemos que México monte el torneo un año sí y el otro no, y los otros países sigan la rotación regular en el año que no le tocaría a México", dijo Canizales.

"Tenemos los estadios, la organización y, sobretodo, los fanáticos", dijo el presidente de la LMP.