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Cardenales de Lara van por un final feliz tras una temporada traumática

Las cosas no han sido fáciles para los Cardenales de Lara en la temporada 2018-2019.

Primero sufrieron un golpe terrible por la muerte de los jugadores Luis Valbuena y José Castillo en un accidente provocado por delincuentes que colocaron obstáculos en la vía para asaltarlos.

Y luego se quedaron con las ganas de jugar ante su afición de Barquisimeto la Serie del Caribe, debido a la explosiva situación política en Venezuela.

Así que, de jugar en casa, los campeones venezolanos ahora tendrán que hacer las maletas y viajar a Panamá, donde rivalizarán en el grupo A con los Leñadores de Las Tunas y los Charros de Jalisco.

Lara no contará con figuras clave en su barrida sobre los Leones de Caracas en la serie final de la Liga de Béisbol Profesional de Venezuela (LBPV), como el enmascarado Willians Astudillo, ni el intermedista Ildemaro Vargas, quienes se incorporarán a los campos de entrenamiento de los Minnesota Twins y los Arizona Diamondbacks, respectivamente.

Tampoco estará el receptor Francisco Arcia, de Los Angeles Angels, ni los lanzadores Williams Pérez, Elvis Escobar, Marco Carrillo y el cerrador estadounidense Ryan Kelly. Como refuerzos se incorporan los jugadores de cuadro Luis Jiménez y Alexis Amarista, ambos de los Caribes de Anzoátegui y el receptor de los Navegantes del Magallanes, Juan Apodaca.

Asimismo, se suman los serpentineros Elvis Araujo (Aguilas del Zulia) y Wilfredo Boscán, Yohan Pino y Pedro Rodríguez, todos de los Navegantes.

La novena comandada por José Moreno buscará poner fin a una sequía de títulos caribeños de escuadras venezolanas, que comenzó en el 2010, un año después de que los Tigres de Aragua se coronaran en Mexicali.

Moreno ya anunció el orden en que usará a sus abridores, con el experimentado Néstor Molina como número uno, seguido por Boscán, Pino y Raúl Rivero.

Pedro Rodríguez será el encargado de cerrar los partidos para los pájaros rojos.

El peso ofensivo de los larenses recae en los jardineros Ali Castillo, Herlis Rodríguez y el cubano Rangel Ravelo, así como con el poder ocasional de Carlos Rivero, para suplir las ausencias principalmente de Astudillo y Vargas.

Desde que la Serie del Caribe cambió su formato tradicional de cuatro equipos a dos vueltas todos contra todos, los equipos venezolanos han fracasado una y otra vez en el intento por hacerse de su octava corona en estos certámenes.

El equipo que más cerca estuvo de conseguirlo fue el de los Tigres de Aragua en el 2016, que cayó 5-4 en la final ante los Venados de Mazatlán.