<
>

Los Pumas y un salto de calidad

Tetaz Chaparro es uno de los jugadores que tuvo su gran chance en el torneo ProFocus

El 21-17 ante Australia en Mendoza no será un triunfo más en la historia de Los Pumas. 17 años pasaron de esa última victoria contra una potencia del hemisferio Sur, y vaya que se hizo esperar. Pero llegó y no sólo lo importante es que se consiguió en el Rugby Championship, a un año nada más de la Copa del Mundo, sino el cómo se logró. Porque esos 80 minutos fueron un fiel reflejo del aprendizaje que ya había dado el torneo en 2012 y 2013, pero sobre todo en 2014. Fue un salto de calidad en el juego. No se ganó de casualidad ni por un golpe de la suerte.

Las formaciones fijas mejoraron y hubo obtención de calidad en la mayoría de los encuentros. Con la pelota, el aspecto ofensivo de Los Pumas creció. También porque la limpieza de los rucks fue uno de las facetas del juego que salió casi a la perfección, salvo frente a los All Blacks en La Plata. Hubo un alza notable en ese rubro, que permitió tener pelotas para atacar, lo que pregona Daniel Hourcade desde su paso por Pampas XV y con su llegada al seleccionado mayor.

Hubo más tries que otros años y también de esas conquistas de juego desplegado que uno tanto le envidia a Nueva Zelanda, reyes de este deporte. Parece lejano, pero los de Manuel Montero y Joaquín Tuculet a los Boks en Salta son la muestra cabal de que Los Pumas también pueden.

En el aspecto mental y la actitud hubo una evolución. Nunca hubo una fractura del equipo, y eso que hubo situaciones adversas tanto en Gold Coast, en La Plata o incluso en Mendoza. Los últimos 20 minutos de los partidos ya no fue una preocupación por lo físico, mental o el recambio, sino por no cerrarlo como se tiene que hacer contra una potencia. Y en todos, el último golpe siempre fue del conjunto argentino. No es un detalle.

La mano de Hourcade se vio en la cancha, con el foco en las destrezas. Sus apuestas fuertes, como la de Agustín Creevy como capitán, Joaquín Tuculet con la 15 o la de Horacio Agulla de centro ante los Wallabies o incluso darle más protagonismo a chicos que hicieron méritos en Pampas y que aportaron su granito de arena, salieron como él quería. Les da confianza y los jugadores responden. Hay un clima y aire de libertad, que ayuda en todo sentido.

La disciplina tuvo otra clara mejoría. Todavía se puede más, pero Argentina fue el único que no recibió amarillas en el torneo y no es un detalle menor.

Los Pumas dieron un salto de calidad en el juego, que es lo más importante. Todo lo bueno que se hizo durante el Rugby Championship llevó a ese triunfo soñado y tan anhelado en Mendoza. Es el camino y si se sigue por esta senda, no hay dudas de que lo mejor está por venir y que el triunfo a Australia será el trampolín para tener esa fe y confianza que se necesita en este deporte para hacer grandes cosas.