<
>

Lara desea cantarle una serenata a GGG

El cubano desea una pelea contra el kazajo Gennady Golovkin. Ethan Miller/Getty Images

Soñar no cuesta un centavo. Y muy válidas son las aspiraciones de Erislandy Lara (21-2-2, 12 KOs) de pelear contra Floyd Mayweather Jr. (48-0-0, 26 KOs), Miguel Cotto (40-4-0, 33 KOs) y Gennady 'GGG' Golovkin (33-0-0, 30 KOs), tal y como aseguró después de brindarle a nuestro colega de ESPN, Delvin Rodríguez (28-8-4, 16 KOs), un recital de boxeo. Pero este deseo luce complicado.

Es vox populi que las tres dianas a las que apunta Lara tienen en mente objetivos diametralmente opuestos y resulta poco probable que varíen sus metas para subirse al ring contra un púgil peligroso y que en el acápite de las ganancias no resulta tan atractivo.

Sin embargo, si algún cubano puede obtener un combate ante los "pesos pesados" del pugilismo moderno ese es el autodenominado ''The American Dream'.

Lara se arrimó a Al Haymon y no cabe duda que buena sombra le cobija. Contrario a Guillermo Rigondeaux (15-0-0, 10 KOs) y otros muchos boxeadores cubanos que se marchitan por la ineptitud de sus manejadores, Lara se mantiene activo a ritmo de dos peleas por año a partir de 2013. En 2012 y 2011 hizo tres pleitos per cápita, en 2010 peleó cinco veces y en 2009 subió al ring en siete oportunidades.

Al Haymon sí tiene "pegada". Él sabe dónde, cuándo y cómo lanzar la carnada. Ya "pescó" a Saúl 'Canelo' Álvarez (45-1-1, 32 KOs) --está descartada una revancha entre ellos según palabras de Oscar de La Hoya y el propio Canelo-- y su próxima presa bien puede ser el temible GGG.

Haymon se ha ganado a pulso el beneficio de la duda.

Lo que si tengo más que claro, incluso apostaría por ello, es que Mayweather y Cotto no van a pelear contra Lara. Ni uno ni otro tienen que demostrar nada y no van arriesgar en el epílogo de sus respectivas carreras, a no ser por cifras exorbitantes y éste no es el caso.

En cambio, Golovkin parece más asequible. El kazajo también está reclamando grandes combates y hasta la fecha solo ha obtenido a peleadores de segundo nivel. Está a su favor que a todos le ha pasado por encima como si fuera una aplanadora.

Incluir el nombre de Lara en su resumé le daría muchísimo valor para empujar más contra la pared a los pejes gordos que constantemente le evitan. El cubano es un peleador mucho más capaz que los oponentes que ha enfrentado GGG. Para el kazajo sería un verdadero reto descifrar su estilo elusivo, el mismo que hizo ver mal al Canelo en una pelea en la que muchos (entre los que me incluyo) no vimos perder al cubano.

Las ventajas que obtendría GGG en el ascenso de Lara hacen realizable la pelea. En primer lugar, él se mantendría en su peso natural (160 libras); y segundo, el antillano se expodría a un hombre que pega más duro que Alfredo Angulo (23-5-0, 19 KOs) y hasta el propio Canelo, quienes con sus golpes de poder le pusieron en apuros.

Ciertamente la bolsa no sería la más espectacular, pero desde el punto de vista deportivo y dado el poder de "convencimiento" de Haymon, existen los argumentos para creer en la posibilidad de que este encuentro se realice. Esto no quiere decir que es un hecho la Golovkin-Lara.

El 'American Dream' también tiene otras alternativas sobre la mesa. De mantenerse en las 154 libras lo más factible sería buscar la unificación de su título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) con los estadounidenses Cornelius Bundrage (34-5-0, 19 KOs) y Demetrius Andrade (21-0-0, 14 KOs), monarcas respectivos de la Federación Internacional de Boxeo (IBF, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Descarto una unificatoria por el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) porque está en poder de Mayweather Jr.

De ascender aparecen varios nombres atractivos. Andy Lee (34-2-1, 24 KOs), monarca de la OMB, Jermain Taylor (33-4-1, 20 KOs), titular de la IBF, y Daniel Jacobs (29-1-0, 26 KOs), dueño de la faja regular de la AMB -GGG es el supercampeón. Elimino de la ecuación a Peter 'Kid Chocolate' Quillin (31-0-1, 22 KOs), quien se codea en la nobleza de peso medio, porque personalmente me aseguró que no pelearía contra un cubano (Quillin nació en Estados Unidos, pero su padre es cubano).

Lo más llamativo y a la vez productivo en el hipotético ascenso a peso mediano es que los reyes de la división, a pesar de ostentar cinturones mundiales, carecen de la categoría de megaestrellas. Ninguno se puede dar el lujo de imponer condiciones. Esa jerarquía relativa y su necesidad de trascender le abren las puertas a Lara para acceder a ellos y, de aprovecharlo, seguir acercándose al sueño americano.