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¿A dónde se va Stanton?... Si es que se va

MIAMI - Aunque no es agente libre, Giancarlo Stanton es la pieza más codiciada en este invierno.

El poderoso jardinero derecho de los Marlins de Miami, líder en jonrones y carreras impulsadas de todas las Grandes Ligas en el 2017, es un fardo demasiado pesado para los nuevos dueños del equipo, que quieren deshacerse de él para quitarse de encima los 295 millones de dólares que tienen hipotecado el futuro financiero de la franquicia.

Desde que tomó control de las operaciones de los Marlins, el exastro de los Yankees, Derek Jeter, advirtió que en un principio serían necesarias decisiones impopulares en aras de crear una cultura ganadora a largo plazo.

Y quizás la más impopular de todas sería salir de Stanton para sanear las finanzas.

El Jugador Más Valioso de la Liga Nacional podría recibir el premio con un uniforme distinto a principios de la próxima temporada, algo que solamente ha ocurrido dos veces.

Eddie Collins fue el MVP de la Liga Americana en 1914 con los Atléticos de Filadelfia y en el invierno fue canjeado a los Medias Blancas de Chicago.

Lo mismo ocurrió con Alex Rodriguez, el Más Valioso del joven circuito en el 2003 con los Rangers de Texas y cambiado a los Yankees después de la temporada.

Stanton tiene el mayor contrato en la historia de cualquier deporte en cuanto a cantidad de dinero, 325 millones de dólares, por obra y gracia del dueño anterior, Jeffrey Loria, quien lo estructuró de una manera muy inteligente, cuando quizás no había pensado en vender a los Marlins.

Pero lo vendió y le dejó de herencia a Jeter y compañía el 91 por ciento de la deuda, a pagarse en las próximas diez campañas.

Stanton fue colocado en el mercado e inmediatamente comenzó a sonar el teléfono para preguntar por él.

¿Quién puede pagar por él?

El problema es que son pocas las franquicias con la capacidad de pagar los 295 millones que se le adeudan al toletero y los Marlins no están buscando compartir parte de la deuda.

Miami quiere alguien que se lo lleve completo, aunque en esto de los negocios no es una palabra demasiado absoluta.

Basta con que aparezca alguien con una oferta jugosísima (en cuanto a jugadores para intercambiar, de esas irrechazables), para que las conversaciones tomen un rumbo diferente.

Pero por ahora, los equipos más mencionados son los Gigantes de San Francisco, Dodgers de Los Ángeles, los Filis de Filadelfia y los Cardenales de San Luis.

Ahora bien, si una franquicia acepta tragarse la totalidad del contrato, no creo que los Marlins estén en condiciones de pedir mucho en el canje.

Olvídense, como he escuchado en peñas deportivas, que los Gigantes cedan a Madison Bumgarner o los Dodgers a alguna de sus estrellas de la lomita.

Con dejar a Miami libre de deuda ya es un paso importante, aunque obviamente se incluirán piezas menos valiosas en la transacción.

Giancarlo tiene una cláusula que le permite bloquear cualquier intento de canje y de hecho, ya dijo que a los Medias Rojas de Boston no le gustaría ir.

Como mismo dijo que no quiere ser parte de un equipo en reconstrucción -refiriéndose a los Marlins- pues ya ha visto este proceso varias veces.

El jugador siente que ya llegó la hora de ganar, algo que de inmediato no parece que vaya a suceder en Miami.

Si no desea vivir otro proceso reconstructivo, eso descarta automáticamente a los Filis, que viven exactamente este momento, aunque con muy buenas perspectivas.

También fuentes cercanas al pelotero habían mencionado un posible bloqueo a los Cardenales, que ya habrían hecho una oferta completa, con un paquete de prospectos de los más valiosos de su organización.

Sus preferencias se sitúan en la costa oeste, específicamente en California, donde nació y creció.

¿Dodgers o Gigantes?

Irse a San Francisco sería un error garrafal, pues los Gigantes hoy son un equipo peor que los Marlins, necesitado también de una reedificación, con un sistema de ligas menores pobrísimo y sin proyecciones de desarrollo a corto plazo.

Podrían rearmarse a golpe de billete, pero está difícil que lo hagan si se gastan 295 millones en un solo jugador, así que allí Stanton se encontrará con una situación similar a la que pretende dejar aquí.

Encima de eso, allá deberá pagar más impuestos, pues las tasas de California son mucho más elevadas que en la Florida.

Entonces, el único destino lógico, donde el dinero corre a raudales para pagarle a él y a otras estrellas, donde la posibilidad de ganar es real y latente, es Los Angeles, en cuyo vecindario Panorama City bateó Stanton sus primeras pelotas.

Los Dodgers tienen la capacidad de absorber todo el pacto y además son una fábrica de prospectos, con seis de ellos entre los mejores 100 de todo el béisbol.

¿Y si no se va?

Alrededor de las negociaciones para un posible canje hay una gran nebulosa y ni siquiera Jeter u otros miembros de la directiva se han sentado a hablar con Stanton, tal como lo dejó saber el excampocorto de los Yankees en un reciente encuentro con los medios en Miami.

En una aparición esta semana en un show de televisión, el pelotero expresó que su deseo primario sería permanecer en Miami, única organización para la que ha jugado desde que fue escogido en la segunda ronda del reclutamiento del 2008.

¿Qué tal si Stanton decide aplicar en su totalidad su cláusula de no cambio y opta por echar por tierra cualquier negociación?

A fin de cuentas, su dinero está garantizado y el tiempo está a su favor.

En el 2020 tiene la opción de salirse del contrato y declararse agente libre.

Ya para entonces habrá cobrado 107 de los 325 millones y si la salud lo acompaña y su rendimiento se mantiene parecido al nivel que mostró en el 2017, no le será muy difícil conseguir un nuevo pacto por otros 300 millones, de acuerdo con las proyecciones del mercado.

Si Stanton decide quedarse en Miami al menos tres años más, entonces serán otros los que hagan sus maletas rumbo a nuevos destinos, porque de alguna manera habrá que arreglar lo que dejó Loria.