El mexicano dejó el subliderato de la F1 en manos de Charles Leclerc y lo sigue de cerca Lando Norris
Sergio ‘Checo’ Pérez dejó de ser el sublíder el Campeonato de Pilotos de la Fórmula 1, ahora quien está más cerca de Max Verstappen es Charles Leclerc y, de hecho, Lando Norris le pisa los talones al piloto mexicano. La batalla está en su mejor momento y cualquier titubea cuesta, sino que lo diga el tapatío.
Checo Pérez llegó al Gran Premio de Imola como segundo detrás de su coequipero y ahora los números lucen apretadísimos.
Verstappen lidera con 161 puntos, producto de cinco victorias, un segundo lugar y un abandono, seguido por el Ferrari de Leclerc con 113; Checo Pérez, con 107, luego de apenas sumar cuatro en el circuito Enzo e Dino Ferrari; Norris ha recortado con 101, mientras que Carlos Sainz, no está tan lejos con 93 unidades.
El mexicano no se puede dar el lujo de padecer otro fin de semana como el que acaba de pasar en Imola. Si bien Red Bull mostró debilidad desde las prácticas y su lado del garaje no tuvo la capacidad de reacción que sí encontró el lado de Max Verstappen, el manejo de Checo fue errático, al grado que un piloto de la escudería más poderosa no se permitir.
Los Ferrari y los McLaren ya no salen del Top 6 en calificación y carrera, el trabajo de Checo es estar ahí, cerca de Verstappen, algo que había venido haciendo en los primeros seis Grandes Premios de la temporada, pero de nuevo, al llegar la temporada a Europa un mal resultado prende las alarmas.
Está clarísimo que las distancias entre los equipos se han acortado. McLaren ha encontrado con sus actualizaciones la velocidad a una vuelta y el ritmo de carrera para desafiar a Red Bull.
Ferrari, por su parte, empezó fuerte y se mantiene sólido, carrera a carrera, con sus pilotos en plan de siameses, pegados en cada sesión, Sainz es una sombra roja detrás de Leclerc o viceversa.
La creencia en Red Bull, a decir de su team principal, Christian Horner es que el bajón de Checo Pérez en Imola es sólo una anomalía, un mal fin de semana, pero recalca que Max necesita ayuda adelante y esa es la labor que necesitan del tapatío de 34 años.
Checo Pérez reconoció que nada le salió en el fin de semana, que fue “muy, muy malo”. Si Imola fue una excepción, en Mónaco volverá la calma, pero lo cierto es que, por la experiencia vivida en temporadas anteriores surgen dudas razonables.
¿Será que de nuevo la puesta a punto del auto se vuelve un galimatías para Checo Pérez?
¿Una vez que la temporada de la F1 ha tocado suelo europeo el auto se volverá a ir de las manos y estilo del mexicano?
¿Su garage, encabezado por Hugh Bird, comienza evidenciar distancia con respecto al que lleva Gianpiero Lambiase con Verstappen?
Aunque se vale pensar todo lo anterior, en realidad el gran problema en Imola fue que el trabajo de Checo Pérez en Imola fue deficiente. Hasta tres excursiones a la grava, la más aparatosa le del viernes en la Práctica Libre 3 y la más dolorosa la de la vuelta 18 justo en la última curva, durante el Gran Premio.
Checo Pérez no encontró ritmo al arrancar con neumáticos duros, en una estrategia inversa a la de Verstappen y casi todo el resto de la parrilla que empezaron con medias.
El mexicano esperaba, tal vez, que cuando los autos que tenía delante ya hubieran hecho su primera parada en fosos, cayera una bandera amarilla y eso le diera una entrada gratis por neumáticos. Pero eso no sucedió y aunado a su despiste, no pudo hacer mucho más para meterse al Top 5, lo que habría sido casi un triunfo.
Una vez con medias, Checo Pérez pudo deshacerse muy rápido de Daniel Ricciardo, Nico Hulkenberg y Yuki Tsunoda, pero la distancia con los Mercedes ya era insalvable.
El gran problema fue cuando Checo Pérez falló, por primera vez en la campaña, en la calificación. Quedarse en el Q2, cuando su coequipero obtuvo la pole position exhibió su bajo desempeño y el de sus ingenieros para ajustar, luego de unas prácticas libres de pesadilla.
Si Verstappen y su garaje pudieron componer la ruta, el lado de Checo Pérez también debe ser capaz de conseguirlo.
Sin contrato firmado o con él, que de hecho no lo hay todavía, Checo Pérez debe retomar su ‘mojo’, ese que lo tenía relajado y que hacía el trabajo en la pista, con la serenidad de saber que sólo debe preocuparse por las cosas que está en sus manos cambiar y, las que no, ni voltearlas a ver.
Así que, aunque hoy, después de siete Grandes Premios, Charles Leclerc está de sublíder y Lando Norris le llena los espejos en el campeonato, Checo Pérez debe concentrarse en estar muy cerca del único referente que debe considerar, y ese es Max Verstappen.
En la medida que Checo Pérez esté en el ritmo de Max o lo más parecido a ello, el campeonato reflejará en puntos eso y los que lo verán desde abajo serán los Ferraris y McLaren.
¿Es fácil? Para nada, la lucha en la F1 es cada vez más cerrada y cualquier titubeo será catastrófico.