La afición coreó el nombre del entrenador y en una pequeña parte atacó a un presidente que mantiene en vilo su continuidad en el banquillo.

Laporta calla y amplía su silencio a todas las esferas del club. Xavi espera y desespera, aunque lo intente disimular dando por hecha una continuidad que ni él mismo debe creerse después de que el presidente prohibiera expresamente a Rafa Yuste o Deco hacer ningún tipo de declaraciones, contrariamente a cualquier partido.

Se encontraron cara a cara presidente y entrenador tras la rueda de prensa, nuevamente breve, de este último, quien avanzó que probablemente se vería con Laporta "como hacemos casi todos los partidos" y allí, se supone, las cartas se pusieron sobre la mesa, en una relación que nada tiene que ver con la de hace un mes.

Entre los abrazos del 25 de abril y este divorcio por incomparecencia han pasado poco más de tres semanas y el mutismo de Laporta no hace más que acentuar la inestabilidad del club, por más que el entrenador se esfuerce en mostrar una tranquilidad y confianza difícil de creer. "El presidente siempre me ha ido de cara y ha sido honesto conmigo", expresó Xavi en la sala de prensa, dando por hecho que eso no va a cambiar.

¿O sí? Solo hace falta recordar cómo se consumó el despido de Ronald Koeman, otro mito del barcelonismo, para sospechar que al técnico catalán Laporta le está haciendo el mismo vacío. Hay diferencias, claro. La primera y principal es que el Barça juega en Montjuïc, un estadio en el que la crítica se observa en cuentagotas, donde los abonados 'de toda la vida' son minoría y las protestas apenas se dejan ver.

Sí se escucharon gritos contra el presidente y, casi al final, se coreó de manera muy evidente el nombre del entrenador, que agradeció ese ánimo aunque solventó que no le gusta ninguna clase de divorcio. "No me gusta cuando se apunta a una persona del club. No es agradable porque lo que quiero es que la familia estemos bien... Estoy contento, claro, porque corean mi nombre pero no me han gustado los cánticos contra el presidente" afirmó Xavi, pasando por alto, seguro, que una situación como la actual en el Camp Nou sería poco menos que explosiva para todos.

"Aquí siempre hay ruido, muchos medios que cubren la actualidad del Barça y a veces es desagradable y cruel... Pero estoy tranquilo porque desde el club se me ha transmitido confianza" repitió el técnico. Una afirmación de la que conviene dudar porque si Laporta ya lanzó sus cargas contra Xavi desde el miércoles se hace difícil imaginar que en cuatro días todo se haya olvidado.