El piloto mexicano terminó octavo en Imola, un resultado condicionado desde el sábado
El piloto mexicano Checo Pérez lamentó el fin de semana que vivió en el Gran Premio de Emilia Romagna, donde no tuvo una buena presentación al finalizar en la octava posición. Aceptó que deseó un safety car que lo pusiera junto al resto del pelotón.
“Sabíamos que sería difícil con el neumático duro y soñábamos con un safety car para regresar a la pelea y todo nos llevaba a la misma posición, quizá con esto hubiéramos estado más cerca de los Mercedes, pero creo que es una pista donde no se puede pasar, una pista donde el seguir es complicado. No había mucho por hacer y todo se arruinó con la mala calificación”, mencionó Checo Pérez.
En palabras para ESPN, el piloto de Red Bull señaló que volvió a sufrir del exceso de agarre en la parte trasera del RB20, algo que vivió en la clasificación del sábado y que influyó para que fallara en la Q2, tanda en la que fue eliminado al quedar en la onceava posición.
“Creo que nos perjudicó (el neumático duro). Estaba jugando con el balance. Tenía degradación y agarre de atrás con el neumático duro, pero no tenía tampoco ese agarre en la parte delantera. Todo iba caliente”, señaló Checo Pérez.
El integrante de Red Bull aplaudió que, de cierto modo, pudo ayudar a Max Verstappen en carrera, ya que en la vuelta 23 se convirtió en un tapón para Lando Norris, quien terminó en la segunda posición a menos de un segundo de distancia del piloto neerlandés.
“Fue bueno que al final, sin pensarlo, en la salida quedé cerca de Lando, lo pude detener un poco y creo que terminaron muy juntos al final. No fuimos tan competitivos, pero debemos mantener el trabajo y el momento en el equipo”, finalizó Checo Pérez.