“No sé cuál es exactamente el problema, es un misterio. Sólo puedo decir que es un auto extraño”, dijo Callum Ilott el jueves, tras la segunda salida a pista en los entrenamientos de las 500 Millas de Indianápolis, sexta fecha de IndyCar que se vive por Star+. El inglés no tenía confianza en el auto y eso, cuando hay que girar a velocidades máximas que rozan los 390 km/h, no algo para nada agradable.
El equipo Juncos Hollinger Racing trabajó a destajo sobre el auto del compañero de Agustín Canapino para tratar de lograr que el chasis respondiera al gusto del británico. Pero no hubo caso. Las opciones de puesta a punto se estiraron hasta el límite, pero no había respuestas: este viernes, Ilott salió, dio unos giros y se guardó en boxes. Ricardo Juncos, titular del equipo, no dudó más y decidió armar otro auto (el taller está a cuatro cuadras del circuito de Indianápolis).
Los mecánicos del equipo, muchos ataviados con remeras con los colores de la camiseta de la selección argentina a partir del acuerdo entre Juncos y la AFA, comenzaron el armado del nuevo auto. Se trata del mismo chasis que utilizara Canapino en el Open Test de abril, cuando el Titán logró cumplir la prueba obligatoria para novatos con miras a las 500 Millas.
“No es la situación ideal. Claramente hay algo mal en el chasis. Para nosotros lo más importante es la seguridad del piloto así que vamos a poner un auto nuevo”, explicó Juncos. “Usará el auto que Canapino utilizó en el Open Test. El auto que tiene Agustín aquí es nuevo. No es lo ideal, pero lo podemos hacer. Es un gran desafío para los mecánicos este trabajo, hay que chequear todo y hay trabajos que llevan horas y horas”, cerró el dueño del team.
Ilott deberá afrontar el sábado de las 500 con un auto desconocido y en un momento clave: la clasificación. El objetivo del inglés, claro, será no terminar 34º, puesto de eliminación en el que nadie quiere estar.