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De Ricardo Risatti, para Franco Colapinto: "Mejor que yo deje de ser el último argentino en un Fórmula 1"

La noticia llegó cerca del mediodía de Sudamérica: Franco Colapinto girará con el Williams de Fórmula 1 en los entrenamientos de postemporada en Abu Dhabi. La novedad ilusionó a los fanáticos de la Argentina, ávidos por volver a tener un representante en la máxima categoría del automovilismo. Los pergaminos cosechados por los argentinos en el Mundial tienen mucho peso: los cinco títulos de Juan Manuel Fangio (con el record de cuatro marcas diferentes), el triunfo de José Froilán González en el GP de Gran Bretaña de 1951, que significó el primero de Ferrari en la historia, los éxitos de Carlos Reutemann… Pero todo se fue apagando. Tanto, que para encontrar al último argentino dentro un Gran Premio hay que remontarse a San Marino 2001, con la participación de Gastón Mazzacane con un Prost-Acer. El platense abandonó en la 28ª vuelta por rotura del motor. Desde entonces, los pilotos argentinos no volvieron al Mundial, pero sí hubo alguien que giró en una prueba: Ricardo Risatti.

Caíto, tercera generación de pilotos de la familia de Córdoba, se fue a Europa en el 2003. En 2006 fue campeón de la Fórmula 3 Española, categoría que era motorizada por Toyota, marca que por esos tiempos tenía representación oficial en Fórmula 1. El premio para el monarca de la categoría promocional era una prueba en el F1, que Risatti realizó en 2007 en Paul Ricard, con el modelo TF106B de la temporada 2006. El de Laboulaye se transformó así en el último argentino que giró en un Fórmula 1, racha que 16 años después cortará Colapinto a fin de este mes en Paul Ricard. En charla exclusiva con ESPN.com, Caíto contó cómo fue esa prueba y habló sobre la felicidad de tener al piloto de la Academia de Williams ante un desafío tan grande.

-¿Cómo tomás que todavía sos el último argentino en subirse a un Fórmula 1?

-Eso que decís es triste, pero es real. Desde el 2007 que no hay un piloto argentino arriba de un Fórmula 1. Cada vez que me decían y recordaban eso… Gracias a Dios se va a subir Franco ahora y no lo van a recordar más. Me da bronca, porque acá hay un nivel de pilotos de sobra y no está hecho el camino como para que un piloto argentino llegue definitivamente a la Fórmula 1; que tenga las posibilidades igual que el resto. Tener por lo menos un año de Fórmula 2 y poder mostrarse en un buen equipo. Sin preocuparse de nada. Me alegró mucho cuando escuché esta noticia de Franco porque creo que está en su momento. A mí me tocó algo parecido porque yo había salido campeón de la Fórmula 3 Española y es sponsor principal era Toyota y el premio era una prueba en Fórmula 1. En ese momento no había tantos programas de desarrollo de pilotos. Estaba Red Bull, el de Renault… Pero no era como ahora que hay más. En este caso Toyota usaba este campeonato para que el campeón se pudiera mostrar arriba de un Fórmula 1. Y fue lo que me pasó. Fue una prueba en Paul Ricard, una prueba privada del equipo, bien hecha, con cinco juegos de gomas nuevas, 70 vueltas, pusieron avión privado para que fuera con mi familia, estuvimos dos días en el taller para armar la butaca… Fue una prueba que no me olvido más. De hecho, ahora estoy pasando el video que armó ella a un disco rígido porque tengo miedo de perderlo. Cuando escuché la noticia, se me puso la piel de gallina con todos esos momentos que viví y Franco no se lo va a olvidar nunca. Ojalá que no sea solo la prueba y pueda correr.

-La prueba con el F1 te marcó, porque aún hoy tenés al Toyota como tu foto de perfil de Whatsapp.

-Me marcó, olvídate, es como tocar el cielo con las manos en el automovilismo. No se me va a borrar nunca. En ese momento yo sentía que estaba en algo importante, pero lo empiezo a valorar ahora, cuando veo los videos y digo mirá cómo llegué. O cuando veo que Franco va a probar y digo: “Yo también llegué”. Siento que hoy se está abriendo un caminito, como que hay más apoyo, las redes sociales ayudan mucho. Cuando yo estaba no había forma de hacer fuerza, más que reuniones físicas o algún llamado por teléfono. Esta movida que está haciendo Franco y los resultados también están ayudando a que pueda tener esta posibilidad y pueda seguir este camino tan difícil de llegar a la F1.

-¿Imaginabas que iban a pasar 16 años hasta que otro argentino probara un Fórmula 1?

-No sé, pero sí veía que cada vez eran menos los argentinos que nos íbamos afuera. Cada vez era más difícil. Yo tuve suerte, porque fui a correr un mini campeonato de invierno y me terminé quedando cinco años. Gracias al apoyo del dueño de equipo, sino era imposible. Con presupuesto propio, es imposible llegar. Y se fue dando todo, porque también tuve resultados, el dueño del equipo se embaló y firmé un contrato a futuro. Eso me ayudó a lograr el campeonato, hacer un par de carreras en GP2, correr en World Series. Todo eso fue suerte. Hoy lo veo distinto, porque Franco está dentro del programa de Williams y si él tiene resultados, el camino está abierto. Lo que le falta, seguramente, es conseguir parte del presupuesto, porque Williams algo está poniendo. Pero los números hoy son grandes, un presupuesto de Fórmula 2, por más que te pongan la mitad o un cuarto, el resto hay que juntarlo. Ojalá tenga un buen año, porque esto es una primera prueba, pero después va a tener que demostrar arriba del Fórmula 2 lo que es como piloto y tiene todo para hacerlo.

-¿Qué te sorprendió más aquel día? ¿La potencia, los frenos?

-La potencia no me sorprendió porque el auto tenía control de tracción y calculo que a Franco le va a pasar lo mismo. Porque el Fórmula 1, si bien no tiene control de tracción, el motor está hecho para que no patine. Pero un GP2 que manejé era muy bruto de abajo, era mucha la potencia. Si me sorprendió el freno y la carga aerodinámica en las curvas rápidas, cuanto más veloces, más pegado al piso iba. Eso me costó adaptarme. Pero tuve la suerte de que antes de la prueba corrí dos carreras de GP2 y estuve con Rubens Barrichello, quien me mostró la adquisición de datos y videos. Porque en ese momento no había simulador, no podía hacer 200 vueltas en el simulador. Era mirar cámaras, datos y tirarme a la pileta. Franco va a llegar más aproximado y preparado con el simulador. Pero en mi caso, Rubinho me dijo: “Mirá, en el cartel de 50, tenés que frenar, si te pasás, el auto va a doblar”. Claro, Paul Ricard tiene vías de escape grandes y si te vas afuera no rompés nada. “La curva 8 hacela a fondo en la primera vuelta. Si te vas afuera, ya sabés que dobla”, me dijo Barrichello. Así busqué los límites.

-¿Qué consejo le dirías a Franco?

-Lo importante es estar con los pies sobre la tierra, sabiendo que hay muchos que están la misma situación que él y es el momento de dar todo. Porque los momentos se pasan. Yo creo que son oportunidades únicas que hay que aprovechar. Pero más que nada, no será en esta prueba donde va a tener que exprimir el auto. Se va a tener que cuidar, no hacer macanas porque eso es mal visto. Porque si bien el riesgo está, lo más importante es que gire, que sea el primer contacto en pista con un Fórmula 1, pero lo que más tendrá que aprovechar, es la oportunidad de Fórmula 2 el año que viene. Que dé lo mejor de sí, que, si le va bien, en el año tendrá más chances de Fórmula 1. Y que lo disfrute, que es lo más importante. Yo en su momento no tenía noción del lugar en el que estaba. Quizás fue mucho o poco lo que hice, pero logré ese campeonato que para mí fue importantísimo, compitiendo contra pilotos que después llegaron a Fórmula 1. Sebastian Vettel corrió en ese momento cuatro carreras en Fórmula 3 y me pude medir y fuimos compañero de equipo. Hoy me doy cuenta de esas cosas y en el futuro esperemos que los rivales de Franco digan: “Corrí con Franco y hoy está en Fórmula 1”.

-Por unos días más seguirás siendo el último argentino en subir a un F1…

-Mejor que deje de ser el último argentino en un Fórmula 1. No tuve la suerte de vivir la época de Reutemann, después llegó Fontana, Mazzacane, Tuero. Esperemos que volvamos a tener un piloto argentino.