El inglés comenzó a cumplir su sueño de correr en la escudería más importante de la historia de la categoría. Completó 30 giros en Fiorano con un SF-23.
El 22 de enero de 2025 se convirtió en un mojón en la historia deportiva del piloto más ganador de la Fórmula 1: se subió por primera vez a una Ferrari. Así, Lewis Hamilton comenzó a desandar el camino que lo llevará a cumplir el sueño de correr con la escudería más exitosa de todos los tiempos, que tendrá su primer capítulo oficial el 16 de marzo, cuando comience el Gran Premio de Australia, anotado como la primera fecha de la 76ª temporada del Mundial.
El heptacampeón coqueteó con Ferrari muchas veces, pero el tiempo pasaba y sus caminos no se unían. Finalmente, los planetas se unieron para que Hamilton pudiera desembarcar en la Rossa con 40 años recién cumplidos. El hombre clave para que se diera la mudanza desde Mercedes-Benz fue John Elkann, el presidente de Ferrari y quien siempre tuvo una muy buena relación con el británico.
El lunes 20 fue la primera visita oficial de Hamilton a Maranello, aunque ya había estado en las oficinas de Módena en secreto y lejos de las cámaras. El idilio con los tifosi fue automático. Cientos de fanáticos lo esperaron en la puerta y lo arengaron, mientras el corredor se acercaba a firmar autógrafos. Después de dos días de trabajo puertas adentro, con el simulador y de infinidad de reuniones con los ingenieros, llegó el momento de salir a pista.
El lugar elegido fue Fiorano, la pista de pruebas de Ferrari. Lewis, vestido de rojo por primera vez, se subió a una SF-23, modelo utilizado por Charles Leclerc y Carlos Sainz en la temporada 2023. Con ese auto, el madrileño ganó en el GP de Singapur, única carrera del año que no ganó Red Bull. El reglamento de la Fórmula 1 marca que se pueden realizar pruebas privadas con coches de, al menos, dos años de antigüedad. A las 9.16, con un flamante y reluciente casco amarillo, Hamilton salió a pista con el 44 pintado y con cubiertas de lluvia extrema. Y comenzó la historia: salió a pista y dios sus primeros giros.
Un gran número de hinchas desafió al frío para acercarse al circuito y vivir de cerca el debut de ese piloto que puede reverdecer los laureles del único equipo con presencia en todas las temporadas de F1, pero que hoy vive una sequía de 18 años sin títulos de pilotos (Kimi Räikkönen en 2007) y de 17 sin ganar la Copa de Constructores (2008, la última). Los tifosi están esperanzados en que Lewis les devuelva esa alegría de una corona y el inglés, claro, quieren convertirse en el más campeón de la historia y con Ferrari. Por ahora, está empardad con Michael Schumacher con siete campeonatos.
En su giro de instalación, Hamilton aprovechó para saludar al público desde el cockpit. Con niebla y una leve llovizna, Lewis siguió con su trabajo, focalizado en amalgamar al equipo y familiarizarse con el trabajo de los mecánicos e ingenieros. En total, Hamilton completó cinco salidas a pista, 30 vueltas y 90 kilómetros. Así cerró su primer contacto con Ferrari y se guardó 910 kilómetros de pruebas privadas para el futuro. El reglamento marca que esos tests con autos de al menos dos años de antigüedad para pilotos titulares de la parrilla tienen un límite de 1.000 kilómetros en el año. En los próximos días, Ferrari tiene en carpeta otro ensayo con Hamilton en Barcelona.
Un rato después de que el heptacampeón cerrara su trabajo en pista, y de acercarse al alambrado a saludar al público, salió a girar Charles Leclerc, el niño mimado de la Scuderia. Pero todos los flashes del día apuntaron a Sir Lewis Hamilton, quien, sin dudas, tiene un nuevo mojón en su laureada carrera deportiva.