El colombiano vivió una montaña rusa en la carrera larga del principado y terminó tercero, detrás de Jack Crawford y Leonardo Fornaroli.
Sebastián Montoya entra a la sala de conferencias con un chupetín colorado en la boca. El buzo abierto, desfachatado, se siente en el sillón después de haber finalizado tercero en la loca carrera larga de la quinta fecha de Fórmula 2 en Mónaco. Bromea con Jack Crawford y Leonardo Fornaroli, primero y segundo, respectivamente. El colombiano aguarda que la encargada de la conferencia reciba el ok de la señal internacional para conectarse. “Guys”, les llama la atención, van a salir al aire. Montoya se sube el cierre de su buzo y… ¡El chupetín! No sabía qué hacer, se lo quiso dar a Crawford, quien se ríe. Finalmente, lo envuelve en la toalla que tenía para secarse la transpiración y la tira al piso, al costado del sillón.
Montoya acababa de vivir una de las carreras más locas de su campaña. Tenía el quinto cajón de partida, una posición expectante. Pero cuando debió arrancar para la vuelta previa, ¡se para el auto! Exactamente la misma situación que había vivido en Imola, cuando debía picar segundo. Otro fin de semana tirado al cesto. Pero, no contaba con Alex Dunne, el piloto de la academia de McLaren, uno de los protagonistas de la temporada de F2 y quien picaba desde la pole. El irlandés perdió en el pique con Victor Martins y parece que no le gustó: se lo llevó puesto contra las barreras en Sainte-Dévote, la primera curva. Y ahí, el desastre. Detrás, uno tras otro se fueron chocando coches y la roja fue inevitable. En total, 11 competidores fuera de combate. Increíble.
Claro, Montoya, al partir desde los boxes por aquél problema en la vuelta previa, se salvó de la múltiple colisión. Pasó tranquilo y sin daños. Dirección de carrera decidió que, tras la limpiar la pista, la carrera se relanzaría en movimiento y respetando el orden de la grilla según la qualy. ¿Entonces? Claro, con todos los que faltaban, Fornaroli quedó primero y Montoya, segundo. Pero la locura no se terminó ahí.
Otro auto de seguridad por el choque de Joshua Dürksen (se tocó con Kush Maini) interrumpe la carrera. Pero siguen. Todavía quedaba la parada obligatoria de todos y, un detalle, la competencia ya era por tiempo y no por vueltas. Cuando quedaban ocho minutos, Dino Beganovic se fue contra el guardrail en el Casino. Todos se van a boxes, pero el más pillo fue Crawford, quien quedó primero. Montoya cayó a cuarto, detrás de Arvid Lindblad. FIA sacó la roja y final por los daños que había provocado el Dallara de Beganovic en las barreras de contención. Final, el colombiano cuarto. Pero…
Mientras se bajaban de los autos llegó la información: Lindbland era investigado por exceder la velocidad en la calle de boxes. Y cayó la sanción nomás: cinco segundos y podio para Montoya.
“Les presentamos a los tres integrantes del podio”, dice la encargada de la conferencia. Al nombrar a Montoya, el hijo de Juan Pablo aprieta el puño izquierdo. “Tuve que apagar el auto por un problema técnico y estaba en el avión otra vez, y cuando ya estaba en el avión, vi que parecía haber luces intermitentes y vi la mitad de la luz roja. Honestamente, llegué a la curva 1 y me sorprendió un poco no saber qué había pasado”, cuenta sobre el momento de la largada.
Después, con el auto de seguridad, cayó al cuarto puesto tras las detenciones, resultado que logró en pista tras la roja y final. “No estaba muy contento con eso. Pero por cómo empezamos el día, no estaba mal. Entonces, al bajar del coche, le di las gracias al equipo por la buena actuación. Y me dijeron que estaba tercero. Así que hoy fue una montaña rusa y estoy muy contento. Estoy muy agradecido. Trabajamos muy duro con el equipo. No ha sido la temporada más fácil, y tenemos mucho que decir. Estoy muy contento con los avances que hemos dado”.
Ante la pregunta de ESPN.com, sobre si el podio en Mónaco tenía un sabor especial, Montota respondió: “Sí, súper especial. Pregúntale a Jack (por Crawford) lo especial que se siente cuando la foto es de Mónaco. Sí, ésta pista es la historia. Es, probablemente, la más especial del calendario. Obviamente, me gustaría llegar allí en un año”, dice, señalando el lugar del ganador.
Para el final quedó el momento divertido, cuando la presentadora de la conferencia le pregunta a Montoya por los puntos que había sumado el sábado en el sprint (fue sexto). “¿Sumé puntos ayer? Ah, sí. La cuestión es seguir así”.