El halo le salvó la vida a Luke Browning después de que un auto directamente le pasara por arriba en la segunda vuelta de la carrera corta de Spielberg.
Charlie Whiting, quien trabajara durante años como director de carrera de F1, bregó hasta el cansancio por la introducción del halo en los autos de fórmula de la FIA. El dispositivo de seguridad que recubre la cabeza de los pilotos está construido por titanio grado 5 y puede soportar kilos de carga. Finalmente, en 2018, la Federación Internacional del Automóvil lo marcó como obligatorio para F1, F2, F3, Fórmula Regional, Fórmula E y todas las versiones de F4. Desde entonces, son muchos los casos de pilotos que le deben la vida al halo: Romain Grosjean, Fernando Alonso, Charles Leclerc, Guanyu Zhou… A la lista hay que agregarle desde este domingo a Luke Browning tras quedar envuelto en un tremendo y milagroso accidente en la carrera sprint de Fórmula 2 de Austria.
En la segunda vuelta de la carrera corta de la décima cita, Sami Meguetounif llegó al frenaje de la tercera curva, el más fuerte de la pista, y trató de realizar una maniobra arriesgada y temeraria: se tiró por adentro, donde no había lugar, para superar a Arvid Lindblad. El francés pasó por arriba del piano y parte de la tierra, su Dallara se descontroló, se fue contra el del piloto de Red Bull, las ruedas se engancharon y voló. En el aire se dio vuelta y cayó de cabeza arriba del auto de Luke Browning. El halo fue el que evito que el inglés que pertenece a la academia de Williams no recibiera el golpe directo en la cabeza, que, sin dudas, habría marcado un desenlace fatal.
La carrera se paró de inmediato con bandera roja y la preocupación aumentaba porque la TV oficial no mostraba el lugar del incidente ni pasaba repeticiones, protocolo que se utiliza cuando hay algún piloto herido. Después de casi cinco minutos, las cámaras volvieron a emitir imágenes de la zona del vuelco y los protagonistas.
La competencia estuvo detenida durante cerca de 30 minutos, mientras se retiraban los autos y se limpiaban los líquidos que se habían derramado, antes del reinicio. Browning estaba bien, lo mismo que Meguetounif. Aquello por lo que tanto luchó Whiting, fallecido en 2019, volvió a salvar vidas.
