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Mejora tu velocidad corriendo cuesta abajo

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Comúnmente, muchos corredores pierden el entusiasmo cuando notan que no pueden mejorar el ritmo de carrera, a pesar de trabajar diferentes sesiones de entrenamiento. En este sentido, si bien la mayoría de los runners saben que las cuestas pueden ayudarnos mucho en aptitudes como el fortalecimiento muscular, sólo las usamos poniendo foco en los ascensos y tendemos a descuidar los entrenamientos cuesta abajo.

Sin embargo, entrenar corriendo cuesta abajo, y de forma controlada, es una excelente manera de acostumbrarte a correr a un ritmo más rápido con una zancada ágil, y al mismo tiempo fortalece tus músculos que no utilizas tanto en tus entrenamientos en llano o cuesta arriba.

Veamos un ejemplo concreto de estos entrenamientos. Para hacerlo busca un recorrido tenga al menos una sección cuesta abajo de un kilómetro. Si no es posible en el lugar donde vives, una opción puede ser ajustar la cinta de correr a un descenso del 2%. Una vez en el lugar, corre de 25 a 45 minutos a un ritmo bien cómodo, pasando en medio de este tiempo por la sección de cuesta abajo pero siempre a ese ritmo. Luego vuelve y corre otro kilómetro cuesta abajo pero de forma más rápida, y finaliza con un trote suave de 5 minutos como vuelta a la calma.

Puedes modificar esta sesión para que sea más desafiante haciéndola más larga, o mantenerla en estos términos. Eso sí, ten presente que, si bien la idea es correr rápido, debes mantener el control para evitar lesiones. Y no olvides que esta sesión trabajará diferentes músculos a los que estás acostumbrado, así que no te preocupes por acelerar el resto de tu entrenamiento.

¿Cómo te llevas con las bajadas? ¿Sentís que favorecen o entorpecen tus recorridos?