Sea por obligaciones y compromisos laborales, familiares, por lesiones o enfermedades hay momentos en los que es imposible entrenar. Y algunos de los fantasmas que persiguen a muchos runners en esos momentos son la ansiedad, la posibilidad de excedernos en el peso corporal, y de perder estado físico. Algunas ocasiones es indispensable faltar a un entrenamiento para atender otros asuntos. Lo primero que debes hacer es tratar de delimitar cuánto será el tiempo que pasarás sin correr, y tener en claro que quieres volver al running apenas puedas. Después de ello, necesitas poner en práctica estos consejos, y el primero de ellos es esconder la balanza, ya que no tiene mucho sentido en estos momentos mortificarse analizando cuántos kilos subes mientras momentáneamente no puedes entrenar. Cuando estás en un descanso debes alejarte de la báscula lo más que puedas, porque eso te hará preocuparte más y ayudarte a subir mucho más kilos.
El segundo consejo es que te permitas algunos gustos. Claro que no se trata de comer toda la comida chatarra del universo, pero la mejor forma de compensar un descanso es con otro tipo de cosas, como regalarte una sesión de masajes, salir con esos amigos que no has visto por tus entrenamientos, etcétera. Al mismo tiempo, el tercer punto es que busques mantenerte en movimiento lo más posible, por ejemplo con una ligera sesión de estiramientos, o incluso caminar algunos minutos al día son una excelente idea. Utiliza menos el coche o el elevador, y prioriza subir escaleras o trasladarte en bicicleta. Todo esto te hará quemar más calorías, mantener a tu aparato cardio respiratorio con cierta exigencia, y te quitará ansiedad. Finalmente, en este todo procura cuidar tus emociones. Ten presente que en estas ocasiones tu humor puede llegar a cambiar, pero recuerda que la tristeza suele provocar que comas un poco más, y que generes un círculo vicioso de ansiedad o depresión.
¿Qué otros problemas te genera no entrenar?