En el Estado de Nueva York, en la costa Este estadounidense, se encuentra Lake Placid, una pequeña localidad de apenas 2.600 habitantes. Un poblado conocida por ser sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en los años 1932 y 1980.
Sin embargo, en cada mes de junio, recibe a miles de runners, para celebrar su maratón internacional. El evento, además de un 42k, desde la edición 2005 también tiene una media maratón. El recorrido consiste en dos vueltas a un circuito que básicamente rodea el Mirror Lake y hace un bucle de ida y vuelta por la River Road (carretera del río). La salida se realiza frente a la Pista Olímpica de Patinaje de Velocidad, un lugar espectacular que también acoge la meta. Se podría decir que es un trazado olímpico, porque también pasa por las pistas de competición ecuestre, por la Academia Nacional de Deportes y, el punto culminante, por las pistas de saltos de sky olímpico.
En una zona montañosa como Lake Placid encontrar terreno llano para celebrar una carrera de resistencia es misión imposible, y realmente la carrera tiene diversas colinas que no facilitan la consecución de una gran marca. Lo peor está en el último kilómetro, donde los corredores se sorprenden ante una cuesta con un desnivel ciertamente inverosímil. No deja de ser una de las características más icónicas de la Lake Placid Marathon.
Tanto la organización como el público son una de las causas de su éxito. La atención personalizada del director de carrera Brad Konkler, colocando la medalla a cada uno de los finishers mientras los altavoces lo identifican con su nombre y lugar de procedencia; como los avituallamientos situados uno en cada milla (necesario con temperaturas medias de 22ºC); como la comida final después de la carrera y tantos otros detalles la hacen un gran destino. Sin olvidar el chapuzón en las frescas aguas del lago al finalizar la prueba.
Más info en su web oficial: www.LakePlacidMarathon.com