Conocida como "La Tormenta del Caribe", Ana Fidelia Quirot es un ejemplo de valor y dedicación al deporte. Brilló en las décadas 80 y 90, y se la recuerda ser dos veces campeona del mundo en 800 metros y tener una plata y un bronce olímpicos.
Nació en Palma Soriano, Cuba, el 23 de marzo de 1963, y su historia tiene verdaderos tintes trágicos. Comenzó a entrenar en 1974 y posteriormente en 1983 se incorporó a la selección nacional cubana de alto rendimiento. Participó en su primera competencia internacional el 13 de abril de 1985. Durante el año 1989, logró dos títulos en la Copa del Mundo en 400 y 800 metros, por lo que fue galardonada como mejor atleta femenina a nivel mundial. Era la gran favorita para imponerse en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, pero la no participación de Cuba en solidaridad con Corea del Norte le impidió convertirse en campeona olímpica. Además, obtuvo medallas en cinco Grand Prix de Atletismo: en 800 metros, 1987 (1:58,80); 1989 (1:59,02) y 1991 (2:00,17); así como otras dos en 400, 1988 (50,27) y 1990 (50,31).
En 1993 era ya una de las mejores atletas del mundo. Había logrado un bronce en los Juegos Olímpicos Barcelona 1992 y varios oros en Juegos Panamericanos. Pero en enero de ese año sufrió un grave accidente doméstico que le provocó quemaduras de segundo y tercer grado en el 40% de su cuerpo. Por si fuera poco, Quirot estaba embarazada de siete meses, y a pesar de que tras el accidente fue sometida a una cesárea de urgencia, perdió a su bebé.
Fue sometida a 21 operaciones quirúrgicas, y a finales de 1993 regresó, y a partir de ahí consiguió los mejores resultados de su vida. En medio de operaciones quirúrgicas y tratamientos de recuperación, Quirot obtuvo la medalla de plata en los Juegos Centro caribeños de Ponce (Puerto Rico). La sorpresa fue grande cuando la atleta se presentó en el Campeonato Mundial de Atletismo en 1995 en Gotemburgo, Suecia, y se llevó la medalla de oro (1:56,11). Semejante proeza se repetiría dos años después en Grecia, esta vez con tiempo de 1:57,14. En 1996, en los Juegos Olímpicos de Atlanta (Estados Unidos) ganó una medalla de plata. Obtuvo el premio otorgado anualmente por los medios de prensa especializados a la mejor deportista de Latinoamérica y el Caribe en cuatro oportunidades (1989, 1991, 1995 y 1997).
En la actualidad, Ana Fidelia, o simplemente "La Tormenta del Caribe", está retirada de la alta competición, pero aún participa en eventos de veteranos y para ayudar a desarrollar el atletismo en Cuba. Además es madre de dos hijos: Karla Fidelia de la Caridad y Alberto Alejandro.