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Andrea Martínez, la chica que rompe la línea de la Liga Mayor en México

A lo largo de su vida, Andrea Martínez ha tenido dos pilares: un carácter persistente y su familia. Gracias a ellos está a punto de lograr un hecho sin precedente al romper la línea de la Liga Mayor del futbol americano en México y convertirse en la primera mujer que jugará en ella.

Martínez forma parte del roster de Pumas CU representativo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que este fin de semana arranca su participación en la máxima categoría del futbol americano colegial mexicano.

A pesar de que este deporte está por cumplir un siglo de practicarse en México, nunca sucedió que una mujer fuera inscrita para jugar la temporada de la Liga Mayor, lo que terminará con Andrea, quien participará como pateadora del equipo universitario.

Nacida en la Ciudad de México hace 21 años, Martínez dice estar ciento por ciento concentrada en responder a la confianza del equipo. Pese a su juventud, no se distrae con lo que la prensa, la comunidad del futbol americano o los aficionados expresen.

“No le he puesto atención a lo que está sucediendo a mi alrededor, ni tampoco me distraigo con lo que se diga en las redes sociales. Sólo me he estado enfocando en venir y entrenar. Sí me he encontrado gente que me dice ‘oye, muchas felicidades’, y eso es con lo que únicamente me quedo”, asevera Martínez.

Andrea da respuestas cortas y directas. No se siente un ejemplo a seguir y comenta que prefiere que el desempeño en el campo determine su trascendencia.

“Yo creo que la referencia la estoy haciendo o se va a dar conforme vaya haciendo las cosas. Sé que llegar aquí puede ser inspiración para muchas mujeres e incluso también para hombres, pero creo que se dará cuando se disputen los partidos, conforme vaya jugando”, comenta.

Pese a estar hoy por entrar a la trascendencia, una de las pruebas más duras a su persistencia la vivió durante la pandemia de los dos últimos años, en la que perdió a su padre y a su abuelo.

La muerte de su papá, Armando Martínez, le hirió especialmente el corazón. Él fungió como apoyo y consejero a lo largo de su vida y de quien se separó cuando él se contagió de Covid-19. No volvió a abrazarlo ni a verlo. Sólo lo reencontró cuando tuvo que reconocerlo en la morgue, tras su deceso.

Este sábado al mediodía, cuando Pumas CU consiga su primer touchdown, los goyas rompan el viento y se le encomiende a Andrea patear su primer punto extra, tiene claro a quién le dedicará la patada.

“Se lo dedicaré a mi papá porque él ya no está conmigo, se fue el año pasado y siempre me apoyó en lo que yo hiciera, específicamente en los deportes”.

Esa patada no valdrá un punto. Será un triunfo para sus dos pilares: la persistencia y la familia.

Estudiante, hija, hermana y también futbolista

Andrea Martínez es una joven que llena su vida cotidiana con una carrera universitaria; cumple su rol como hija de familia y hermana; entrena con Pumas CU, es coach de categorías infantiles y se da tiempo para cuidar a su mascota.

“Estoy en el noveno semestre de la carrera, llevo el curso superior de posgrado. Las clases en mi Facultad (Derecho) han sido en línea en su mayoría. Me levanto a las seis de la mañana, me baño, tomo mis clases de siete a once. Después de eso, ayudo a mi mamá lo que haya pendiente en casa y me preparo para llegar al campo de entrenamiento como a la una y media, empezar con la rutina en el gimnasio, tomar la proteína”, relata Andrea.

Junto con su coach de posición trabaja en la técnica como pateadora antes de que inicie la práctica con el resto del equipo. Hay ocasiones en las que repasan video para detectar lo que se puede perfeccionar. “Terminando el entrenamiento tenemos coucheo con los niños, y ya luego de eso, salgo alrededor de las siete y media de la noche y regreso a mi casa”.

—¿Hay tiempo para los amigos o hacer más cosas personales?

—Sí hay tiempo. A mis amigos no es que yo les brinde específicamente ciertas horas del día, porque los tengo en todas partes. Los tengo en la escuela, los tengo en el equipo. Igual pasa con mi perrito, tengo una responsabilidad con él, llegó y lo sacó. El chiste es organizarte y saber que hay tiempo para todo.

Dicha carga de actividad no es nueva en ella. Su mamá, Josefina Sánchez, la vio así desde niña y no le sorprende que haya logrado la meta de cursar la licenciatura y jugar futbol americano.

“Desde niña era hiperactiva, siempre buscaba tener alguna actividad y lo mejor para ella siempre fue estar haciendo algún deporte”, comenta Josefina. “Estamos muy contentos que ahora su vida dio un giro rumbo al futbol americano, porque ella es una niña que lo que se propone, lo logra.”

Con el conocimiento que le da ser su madre, Josefina Sánchez describe el perfil de Andrea más allá de la vida pública: “es una chica introvertida y fuerte. Tiene mucha mucha resiliencia, ha pasado muchas pruebas muy complicadas”.

Cita como un ejemplo la etapa de Andrea en el futbol soccer profesional, un deporte que también le apasiona. En 2017, formó parte del Cruz Azul en la Liga MX Femenil. Jugaba como volante e incluso participó en el torneo de Copa.

“Le entristeció ser cortada en Cruz Azul, pero no se conformó con eso. Regresó para jugar con el representativo femenil de la UNAM y siguió adelante”, recuerda Josefina.

El destino le tendría deparado que el equipo que futbol americano abriría una convocatoria en busca de pateadores en 2022. Uno de los sitios a los que asistieron en pos de talento fue precisamente el representativo femenil de soccer, en el que jugaba Andrea.

Su persistencia, de nuevo, le traería algo bueno…

La llegada a Pumas CU y el reto de ser pateadora

El futbol americano no era ajeno para la familia Martínez Sánchez. El hermano de Andrea también jugó y fue campeón de la categoría intermedias, por lo que integrarse y adaptarse a Pumas CU fue relativamente sencillo

“Se abrió una convocatoria. El capitán del equipo de futbol americano fue a realizar una invitación para todas las jugadoras de soccer que quisiéramos probarnos para la posición de pateadora. Nos presentamos alrededor de 15 chicas, fue una semana en la que fuimos pasando filtros, hasta que quedé una seleccionada”, asienta Andrea.

Diego Pareyón, capitán del equipo, explica las razones del equipo.“Este año queríamos abrirles las puertas a las mujeres, porque Pumas es el equipo de la nación, es el equipo de la Universidad, y como dice la palabra, universales. Sabemos convivir entre géneros y estoy muy contento de tener a una mujer en nuestras filas. Es una guerrera y para nosotros es una hermana más que se ganó su lugar”.

Pareyón agrega: “La iniciativa nace del contexto que como país estamos viviendo. Es un contexto muy violentado para el género femenino y nosotros quisimos a través del futbol americano encontrar un túnel de luz, en el que ella sea sólo pionera y mañana haya más jugadoras. No es un tema de politiquería, sino un tema de hermandad”.

Andrea se esmeró en preparar su físico para la temporada que abre frente a Borregos Monterrey este fin de semana, pero sabe que como pateadora, la fuerza mental igualmente es muy importante.

“Siempre trato de concentrarme lo más que pueda, no únicamente durante un partido, sino también en los entrenamientos, porque justo tienes que entrenar como si fuera un día de partido. Te vas así acostumbrado a que el proceso mental sea más rápido, que no te desenfoques por cualquier cosa que suceda durante un partido”, relata Martínez.

Aunque estará especializada en ejecutar los puntos extras, Andrea se ha preparado ante una eventualidad que lleve a que intente un gol de campo.

Así, Andrea está lista para su debut en la Liga Mayor en la que buscará triunfar al amparo de los mismos pilares que la llevaron ahí: la persistencia y el apoyo de su familia.